PODER LATINO
Entrevistas / Walter Salas-Humara

PODER LATINO

Aritza Basterretxea — 18-04-2000
Fotografía — Archivo

EL VETERANO WALTER SALAS-HUMARA, LÍDER DE THE SILOS Y CON UNOS ANCESTROS A CABALLO ENTRE ESPAÑA Y CUBA, PARECÍA LA PERSONA INDICADA PARA COMENTAR LA INTEGRACIÓN DE LA COMUNIDAD LATINOAMERICANA EN UN PAÍS TAN JOVEN, TAN PLURAL Y TAN ARROGANTE -LOS GUARDIANES DEL MUNDO SE AUTODEFINEN- COMO ESTADOS UNIDOS. Y MÁS AÚN HABIENDO VIVIDO EN FLORIDA Y NUEVA YORK, AUTÉNTICOS CRISOLES DE CULTURAS, RAZAS Y COMUNIDADES.

Una pregunta me venía constantemente a la cabeza mientras el bueno de Walter hablaba del cambio de mentalidad de los americanos anglos respecto a la cultura latina: ¿Qué hubiera pasado si Cristóbal Colón hubiese entrado a sus Indias particulares por el Norte, digamos por Boston o New York? ¿Estaríamos ante una supernación formada por una cultura evolucionada, con una mayoría de latinos, o por el contrario el particular proceso de inmigración de judíos, africanos, árabes, italianos, irlandeses y demás comunidades se hubiese producido de igual manera? ¿Habrían tenido los años suficientes para darse cuenta de que son una de las naciones más jóvenes del mundo, y que ahí fuera en el mundo existen otras culturas muchísimo más desarrolladas? ¿Serían más humildes? Y es que, hasta hace bien poco, la imagen que tenían de lo latino los americanos W.A.S.P. medios era la de un Antonio Banderas en “Los Reyes Del Mambo”, o la de Julio Iglesias en Las Vegas, o la de los numerosos salsa kids que proliferan en las listas latinas en Estados Unidos. Una visión un poco simplista, ¿no? “De lo que yo veo, a los americanos no les interesa ir Sudamérica. Los que viven en California, Texas,... viajan más a México y eso, pero los que viven más al norte ven a Latinoamérica como si fuera algo antiguo, como si vivieran atrasados. No se dan cuenta de que hay ciudades como Buenos Aires que están a la altura de cualquier ciudad europea”. Y es paradójico, porque hay ciudades como Nueva York, Miami, Houston o, cómo no, L.A., donde la presencia latina es espectacular. “En mi ciudad, Nueva York, la mayoría de la comunidad latina es portorriqueña y dominicana. Los portorriqueños celebran su día, y sacan las banderas a su calle en un desfile de cientos de miles de personas. La ciudad se convierte en portorriqueña por un día, es increíble”. También hablamos del español, segunda lengua más hablada en el mundo, en clara expansión en los Estados Unidos durante los últimos años. “Creo que la gente se da cuenta de que vale la pena hablar español. Yo nací en Nueva York, pero crecí en Florida, donde se estudiaba español. El pueblo americano está un poco aislado por su geografía, y no han visto la necesidad de hablar otras lenguas (salvo en zonas fronterizas, donde todos los carteles están en inglés y español). La gran mayoría de los americanos habla sólo inglés, salvo los que, como yo, venimos de una generación anterior, y hablábamos el idioma materno en casa. Esto está cambiando, y es más, yo creo que en cien años habrá un presidente de Estados Unidos que hablará español, es un proceso natural”.

Y llegamos a la parte a la que tenía ganas: la música. El compromiso en que están dejando a la cultura latinoamericana canciones como “Macarena”, “Livin’ La Vida Loca” y muchas otras ¿podrá paliar el posicionamiento de otras músicas de raíces latinas más interesantes. “En cuanto a la música latinoamericana, de España por ejemplo se conoce el flamenco, pero de una forma nada mayoritaria. No se conoce a las grandes figuras, sólo a Paco de Lucía, por sus colaboraciones con músicos anglosajones, y porque es un guitarrista-ninja (risas). El flamenco se ve como algo antiguo. El único español que ha llegado masivamente es Julio Iglesias, que hace unos años hizo un dueto muy famoso junto a Willie Nelson. Lo gracioso del tema es que Willie Nelson pensaba que había descubierto a un nuevo talento. Eso sí, la influencia de la música del caribe, la cubana por ejemplo, es muy grande. Hay grupos de salsa por todas partes”. Y terminamos la charla de forma agridulce. Tras la patética utilización de Elián, el niño balsero, como parapeto de sentimientos encontrados entre dos comunidades enfrentadas de un mismo pueblo, el cubano, le pregunto a un descendiente de cubanos su perspectiva, desde la distancia. “Los cubanos de Miami son muy de derechas, y están guiados por el odio. Para mí no pueden ver los dos lados de la situación, y tiene mucho poder en Washington. Por eso sigue el embargo a Cuba. A los WASP les da igual el embargo. Es una tragedia muy grande, porque este embargo ha aislado a Cuba. No estoy en contra del socialismo, pero lo que ha hecho Castro en Cuba es cerrar el poder sobre su pueblo. Sin el embargo, Cuba se hubiera desarrollado en un socialismo democrático. Lo que hay ahora es un culto a la personalidad. El centro de un sistema político no puede ser un ser humano, sino una Constitución”.

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