Canciones dentro de canciones
Conciertos / Vetusta Morla

Canciones dentro de canciones

9 / 10
Don Disturbios — 09-03-2020
Empresa — Festival Guitar Bcn
Fecha — 08 marzo, 2020
Sala — Auditori del Fòrum, Barcelona
Fotografía — Eloi Sellés

Canciones dentro de canciones. La verdad es que dicho así suena un poco raro. Quizás por eso Pucho, ya en el tramo final de su tercer concierto en el Auditori del Fórum de Barcelona, se explaya a explicárnoslo con más detalle. Atentos. Todo empezó como surgen muchas ideas: como una reacción a una acción importante de la banda. Tras el histórico y multitudinario concierto del grupo en la Caja Mágica de Madrid, una amiga y colaboradora del grupo les sugirió irse al otro extremo de la jugada. Mostrarse ante un auditorio más reducido, buscando proximidad, pero también cierta complicidad con su público. El escenario elegido fue La Quinta de Torrearias en el barrio madrileño de San Blas, uno de los pocos espacios naturales que quedan en la capital y un lugar fuertemente reivindicado por los vecinos del barrio. Allí, Vetusta Morla descargaron sus canciones ante tan solo dos mil asistentes y les quedó el gusanillo artístico de poder hacer algo similar en el futuro. Dicho y hecho. Aunque, si tenemos en cuenta que en la cabeza de Vetusta Morla no cabe lo sencillo, estaba claro que iban a darle un par de vueltas a la idea. Los madrileños no se podían conformar con tocar tan solo su temario habitual en auditorios y teatros en petit comité. Se trataba de ir un paso más allá y darle un nuevo revestimiento a sus propias canciones. Repensarlas y hasta cierto punto deshuesarlas para ir tras su esencia, en busca de su pureza. De ese proceso de deconstrucción, que el propio Pucho nos explica sobre el escenario que es algo así como hacer magia sin trucos, va a surgir un disco que se editará a finales de este mismo mes de marzo y del que ya se puede escuchar “23 de junio” como adelanto y que bien podría considerarse una pequeña muestra sonora de lo que hicieron sobre las tablas y durante tres días seguidos en Barcelona.

El magno escenario del Auditori está totalmente a oscuras. Suenan los primero compases de “Mismo sitio, distinto lugar” y los focos nos muestran a la banda enjaulada en el interior de varias capas de cortinas confeccionadas por finos tubos de plástico, a las que le irán sacando partido escenográfico a lo largo del concierto. El inicio es de tanteo y la voz de Pucho parece un tono por encima de lo habitual. De hecho, no es hasta “Fuego”, tercer tema de la noche, que la cosa ya empieza a sonar ajustada. Sensación que queda del todo certificada con una excelsa “El discurso del rey” en la que, por primera vez, el vocalista surge de detrás de la última de las cortinas para dejarse ver con nitidez ante un publico que lo vitorea. Es el momento de hacer un primer parón para dirigirse al público en catalán y castellano y recordar que hoy es 8 de marzo y que muchas de nuestras compañeras han protagonizado una nueva jornada de históricas protestas en contra del hetero-patriarcado y sus desmanes. A partir de aquí el acelerón va a ser de aupa. A “Maldita dulzura” le suceden “En el río”, “Guerra Civil”, “Golpe maestro”, “Los buenos” y ”23 de junio”, el único de los temas que hemos podido escuchar con sus nuevos ropajes. Aunque sería mucho más adecuado hablar de gasas vaporosas. Porque lo que han hecho Vetusta es quitarle a sus canciones la esencia rockera de guitarras, bajo y batería, para sugerirla con mucho más tirabuzón percusivo en el que los teclados, pero también las acústicas, el ukelele, el xilofón e incluso el armonio son los protagonistas. Teclados que, por momentos parece de juguete, se suman al mayor revestimiento electrónico de algunos pasajes, pero dejando siempre en primer plano a la que se erige como auténtica protagonista de la noche: la voz de Pucho. El cantante es el pilar sobre el que bascula todo, y sus notas se proyectan con una pasmosa solidez sobre las butacas del Auditori para deleite de los presentes. En “Baldosas Amarillas” pone a todo el público a cantar para secundarle en los coros; en “Consejos de sabios” logra erizarnos el vello con el crescendo final y, en un tema tan exigente como “La marea”, sale del envite electrónico con una facilidad tan pasmosa que nos deja noqueados del todo. Además Pucho no ha tenido inconveniente en asumir sin complejos su papel como maestro de ceremonias, centrando todas las miradas en su persona para descargo del resto de la banda. Le ha dado igual marcarse unos pasos de baile junto a los dos tramoyistas que han estado presentes sobre el escenario, para trazar diferentes puestas en escenas con las cortinas,  enfundarse una peluca de mujer a lo Freddie Mercury en “I Want To Break Free” o estirarse sobre las tablas para contemplar las 'estrellas'. Y es que ya son doce años los que han transcurrido desde la publicación de su primer disco, en los que la banda ha crecido de forma exponencial, logrando un estatus que les permite hacer cosas con la confianza del que sabe que no solo serán bien recibidas por su público, sino que también cerrarán la boca de muchos de sus detractores.

Vetusta Morla demostraron anoche en Barcelona que no solamente son una gran banda, sino que son la banda mejor posicionada del indie-pop hispano. Un grupo que puede atreverse a hacer lo que le de la gana porque siempre obtendrá respuesta. Y no solo por la incondicionalidad de sus fans, sino también porque han logrado acertar a la hora de buscar esa vía alternativa a sus propias canciones. Pero lo que quedó anoche meridianamante claro es que cuentan con el talento natural de una voz que haría palidecer en matices incluso a la del propio Bunbury. Así que glosemos una nueva victoria sobre el cuadrilátero y una nueva excusa para disfrutar de su cancionero de otra forma, una mucho más próxima y, por encima de todo, con un hilo de complicidad que los hace la mar de entrañables. La banda perfecta para presentar a los padres.

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