Letras y rosas para ti
Conciertos / Tulsa

Letras y rosas para ti

8 / 10
Gonzalo Arranz — 15-06-2022
Fecha — 11 junio, 2022
Sala — Sala BBK (Bilbao)
Fotografía — Dave Blanco

A telón cerrado. Así comenzaba el show de Tulsa en la Sala BBK. Quizá por “el placer entre placentero y terrorífico” que le suponía a Miren Iza tocar en Bilbao, uno de los escenarios principales de su vida. En realidad fue más decisión artística que pudor, porque la artista vasca va sobrada de actitud; incluso se atrevió a pedirle cuentas a la ciudad en “Bilbao”. Miren te interpela, casi siempre cuenta las historias de sus canciones en segunda persona, como si estuviera obligada a ser directa por deformación profesional (además de música es psiquiatra). Lo hace, como se empezó a apreciar una vez abierto el telón, con una teatralidad característica adecuada para la atmósfera envolvente de sus canciones.

La banda presentaba “Ese Éxtasis”, último álbum del que tocaron casi todos los temas, pero fue intercalando composiciones de todas las épocas. “Yo sí creo en el amor” anunciaba al comienzo con una de sus mejores y más clásicas bazas: “Seguramente me lo merezco”. La narrativa de un escenario lleno de rosas anunciaba la continuidad de ese estilo propio que tiene querencia a hablarle de tú a tú a los viejos amores y a los actuales: “En tu corazón solo hay sitio en los suburbios”, “Destrucción mutua asegurada” y “Gran fuerza domadora” constataban la tendencia, al ritmo del afilado teclado de Javier Carrasco y el contoneo de la solista.

“Yo no nací así” se lamentaba antes de quitarse la chaqueta blanca y dejar al descubierto unos guantes largos a lo Gilda, protagonista del sopapo más famoso de la historia del cine. Aún así, el show tomó un aire más bien western al calzarse Miren la acústica, y entonar “Bilbao” y “Verano de Averno” con ecos bluseros y dark country. Todo quedaba en familia al dedicar a sus sobrinos una de las composiciones más cuidadas del más reciente LP, “Autorretrato”, muy bien vestida con sonidos mágicos. En “Tres venenos” y “Atalaya” dio rienda suelta a ritmos más experimentales, conduciendo por carreteras oscuras en el bólido de una banda que se lució creando la atmósfera rica y sinuosa que exigían las letras. Los aires más clásicos de “Matxitxako” fueron una agradable parada después del trajín.

Llegaban los bises y Miren ajustaba cuentas en “Yo no soy Penelope” “con un hombre un poco pusilánime” que se marchó y volvió. Completaron el cierre “Oda al amor efímero”, “Centauros” y “Los volcanes avisan” con más mensajes a posibles interpelados, a quienes imaginas con la emoción en erupción al escuchar fragmentos como: “No me importa si eres listo o idiota, te voy a querer igual” o “todo el mundo habla mal de ti, eso habla muy bien de ti”. Verdades afiladas, como canta un Calamaro que de la rosa se queda con las espinas; en esta ocasión, sin embargo, las rosas fueron para un público que rompía a aplaudir.

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