Second, obstinados

Los que seguimos a Second desde antes incluso de “Invisible” (supongo que había unos pocos en la sala) nos sentimos algo extraños por momentos en su show de anoche. Pero también muy felices de comprobar lo variopinto del público que había en la Joy, y una comunión y sincronía con el respetable que alcanzó algunos momentos emocionantes. Ya sabíamos que los murcianos tienen uno de los mejores directos del pop español, pero “Demasiado soñadores” pasó la prueba del público madrileño con nota. Abrió la premonitoria “Mañana es domingo”. Después, la canción que da título al disco terminó con un alud guitarrero a lo (sí, ¿por qué no?) Coldplay, mientras que “Muérdeme” sonó a hit por los cuatro costados y favorita de los fans, que se apuntaron al baile frenético de “Autodestructivo”, para cerrar la primera parte del concierto. No faltaron tampoco mi favorita personal (“Horas de humo”, en la que sobrevuela maravillosamente el espíritu del mejor pop de autor de los 80, léase Granados o Los Pistones), ni las favoritas del disco anterior (“Rincón exquisito”, la muy solicitada “Más suerte” o “Rodamos”, con la que el carismático Sean Frutos se mezcló entre el público). Y dije que me sentí extraño por momentos, y fue al comprobar por fin el éxito (merecido) y la aceptación popular de un grupo al que la propia escena indie siempre miró con sospecha. Los cabrones han sido obstinados. Y de su éxito yo, personalmente, me alegro mucho.