Maika Makovski, amor a guitarrazo limpio

Complicado no caer rendido a sus pies. Difícil después de una tarde que comenzaba con la presentación del libro "Mujer y Música" de Toni Castarnado. Una hora de charla alabando el papel de la mujer en la música empezaba a construir los cimientos de lo que acabaría siendo una noche perfecta. Si a eso le sumamos el poder disfrutar de los Stringbones, una maravilla al más puro estilo de New Orleans con dos guitarras y una voz imposible, la rendición estaba cerca. Si a The Stringbones los ves en primera fila junto a la señorita Makovski, estás perdido. Y todavía faltaba que subiera ella al escenario, acompañada por tres músicos tremendos. Faltaba que se colgara la guitarra mientras iluminaba la totalidad de la sala con una sonrisa imposible de olvidar. Faltaba que comenzara a sonar "Game of Doses" y se acelerara el corazón de quien firma. Por fin iba a ver a la Makovski e iba a poder comprobar si como me habían dicho, tenía un directo impresionante. Lo tiene. Y la forma en la que hace crecer las canciones de su último disco acojona. "Devil Tricks" pone los pelos de punta, y antes de que te quieras dar cuenta estás sonriendo con los primeros acordes de "Friends". Repasa su cancionero mientras me agito como un reptil. Bendito dolor de cuello. "Oh M Ah" y ya no soy persona. Salvaje. Quiero más. Quiero "So far sober"quiero "No blood" y acabar de construir mi lesión de columna. No me arrepiento. "Song of Distance" y por fin "Lava Love" Sin palabras. Todavía estoy allí, reptando, sonriendo y rendido a los pies de la que es ya, por derecho propio, una gran reina del rock. Me pido caballero andante.