Explotando emociones
Conciertos / Kakkmaddafakka

Explotando emociones

8 / 10
Manuel Jubera — 17-11-2016
Empresa — Menos que cero
Fecha — 15 noviembre, 2016
Sala — Ocho y Medio Club
Fotografía — Andrés Abella

El éxito cosechado por Kakkmaddafakka en España en los últimos años es indudable, ahora bien, no esperaba encontrarme lo que hallé en el Ocho y Medio ayer. En primer lugar, una cola doble y con prisa, que daba la vuelta a la esquina de Barceló con Larra. Y en segundo lugar, un público constituido en su mayor parte por la figura de la indi teenager lacrimógena, además de, el novio que se está comiendo el marrón, chavales que transmiten esa intensidad-pop que se pierde con los años, y algún adulto desubicado que aún la conserva. La palabra que más se ajustaría a aquello es “tierno”, un público bueno y tierno. Tan bueno, que se masticaban las ganas que tenían de ver a “su” grupo, porque esa noche es lo que los KMF lo fueron

Si bien la aparición de Conttra desconcertó a una sala llena y nerviosa por ver inmediatamente a los noruegos, los teloneros estuvieron más que a la altura de una audiencia que los desconocía. Entre espasmos extáticos, alegría evidente, y un filtro pop que recordaba a los Waves Pictures, lograron que los que no les conocían les preguntasen a gritos su nombre. El momento culmen llegó con “I Love Your Sister”, tema con el que cerrarían el concierto, y que les llevó a soltar los instrumentos para ponerse a tocar una batería frenética con la que pondrían fin a su aparición.

Entonces cae el telón, pero no el ansia. Tras unos minutos de silencio suena la canción de la UEFA Champios league y los gritos son dignos de un Madrid-Barcelona. “Touching” ha empezado a sonar y el público la persigue sílaba tras sílaba. Axel Vindenes se hace cargo del coro fiel que le acompaña, haciédole participar en cada momento, dejando bien claro que aquello va a ser una fiesta, e incluso preguntando entre risas por las chicas sexis del lugar. Mientras tocan “Galápagos” y “Someone New” la dínamica distendida continúa, pero entonces suena “Young”; Pål Vindenes suelta la guitarra, y con la mezcla de ego y humildad propia del que sabe que va a ganar la partida antes de empezar, se come la sala. Tal cual, un minuto más y habría estado rodeado de sujetadores volantes y novios ulcerosos. Así, las canciones se suceden, mientras Axel juega con su cadera a ser Elvis, hasta que alcanzamos el momento más trascendete del concierto con “Fool” y Axel, Pal y Stian tocando agachados y en círculo. Hay lágrimas, suspiros, quejidos… cuando de pronto, Sebastian Emin suelta el piano y aparece ondeando una bandera gigante. La gente vuelve a enloquecer, y se hace evidente que los KMF saben explotar las emociones del público a cada minuto. Más, cuando Axel en el momento más incendiario del concierto se quita la camiseta. Se lo pueden imaginar, gritos hormónicos, manos en el aire, silbidos etc.

Entonces viene “Forever Alone” y Pål repite la operación: suelta la guitarra e hipnotiza a los asistentes haciendo que salten si parar. Los temas protagonistas del concierto, como podría ser también “If She”, los ha hecho suyos. Esto, me hace mirar a su hermano, y ver que lejos de cualquier sentimiento de recelo, se muestra alegre, contento, haciendo lo que tiene que hacer, haciéndome pensar en qué habría pasado si los hermanos Gallager se hubieran llevado bien. Después de este tema, la comunión del público es indisoluble. De hecho, imaginar la salida, es imaginar algo impracticable. Hasta que el suena último tema, “Drø sø”, un tema feliz, distendido, que lejos de causar esas sensaciones lo que logra es que en cuanto el grupo hace amago de despedirse la histeria aumenta y la primera fila desaparezca conviritendose en un encierro que me hace concluir que, alejados del prejuicio adolescente los Kakkamaddafaka lo han hecho muy bien, y que la salida buena está en las puertas de emergencia.

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