El hip hop español va camino de convertirse en el próximo hype nacional, repitiendo errores pasados. No seré yo quien pinche el globo rapero que crece sin mesura, pero lo visto en este Iparhop da que pensar. El primer gran festival de este tipo congregó a setecientas personas de media diaria en un recinto preparado para tres mil y donde el sonido rebotaba en todas partes. Por este motivo, las aceleradas rimas no eran fáciles de seguir, perdiéndose parte del conjunto. El breakdance fue sin duda la sorpresa positiva de la fiesta. El combo catalán Barcelonadictos encantó al público con molinos que dejarían en ridículo al olímpico Carballo. Su actuación en el escenario se complementó con demostraciones por todo el recinto. Lo suyo es pura devoción. Los británicos Second To None sorprendieron con un set repleto de soul y funk setentero. Y el trío francés Lunion introdujo la vertiente clásica del break callejero en el festival. Un acierto, como el concurso de graffitis y el taller de rima y scratch impartido por Geronación. La caída de The Roots dejó a los franceses Djangu Ghandal como únicos foráneos a la hora de rimar, demostrando que el rap francés es más confortable que el español. Ari, la fémina más importante del panorama nacional, nos heló la piel con su «¡me suda el chocho!», confirmando que las mujeres también pueden hacerlo (y bien). Sólo Los Solo, lucharon contra el sonido y la escasez de público, ganando el combate a los puntos. Del segundo día destacaremos la sabiduría (¿rap inteligente?) mostrada por Frank T, que supo ganarse al público y prensa con palabras curtidas por la experiencia. Es uno de los iconos del rap español, y lo demostró con un directo vigoroso y cerebralmente fiero. Boquiabiertos nos dejaron Scratch Perverts (UK). Cuatro Dj’s masacrando platos y haciendo que el scratch rimara y sonara salvaje cual MC. De otra dimensión. El plato fuerte del último día fueron 7N7C, que presentaban su nuevo «77». Mientras Geronación lo bordaba en otro recinto (ante treinta personas), Dive Dibosso exhibía un conjunto musical elaborado y personal, con pequeños visos aperturistas (no todo el mundo trabaja con DJ Vadim y Company Flow, y eso se nota) que sirvieron de fondo a la lengua viva de Mucho Mu y Eddie La Sombra. Aunque su presencia no atrajo más asistentes de los habituales, se empecinaron en mover al público, excesivamente pasivo en todo el Festival. Hubo más grupos en Iparhop, pero con más futuro que presente. El hip hop patrio está en pañales, refugiándose en el purismo y la simplicidad de las primeras generaciones del gansta angelino para dar autenticidad a su mensaje. Ello hace que los grupos suenen planos, sin diferencia aparente entre si. Y cualquier comentario negativo no apoyaría a un movimiento que debe crecer con serenidad. Como afirmaba Frank T: °El hip hop nacional está empezando!». Habrá que darle tiempo y paciencia. Y esperar que la moda no se lo coma. (¿Mantendré mis rodillas enteras tras esta crítica constructiva?).
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