Reencuentro y despedida
Conciertos / El Columpio Asesino

Reencuentro y despedida

7 / 10
Raúl Julián — 03-12-2023
Empresa — Valladolindie
Fecha — 01 diciembre, 2023
Sala — Laboratorio de las Artes LAVA
Fotografía — @_sr_k_music

La extensa gira de despedida de El Columpio Asesino (que finalmente se alargará hasta noviembre del año que viene en La Riviera madrileña) llegaba a Valladolid de la mano de Valladolindie, inaugurando así por todo lo alto la 28 edición del veterano evento pucelano. Es indudable que los pamplonicas cuentan con uno de los catálogos más personales y valiosos del panorama patrio, acumulado a lo largo de dos décadas de ardorosa carrera de escenas sonoras de querencia apocalíptica, vicio explícito y, en definitiva, trazo inconfundible. Su paso por la ciudad castellana dejó un generoso repaso por esa trayectoria que va llegando a su fin, perpetrado por un quinteto al que, a estas alturas, le basta la inercia (y la fuerza intrínseca de sus propias canciones) para sonar potentes.

Precisamente, el músculo latente en un repertorio arrasador sirvió como principal argumento a favor del concierto materializado al amparo de una sala grande del LAVA que, con motivo de la mencionada despedida, rozó el lleno. Es difícil perder al amparo de una secuencia compuesta por latigazos inesquivables del tipo de “Babel”, “Ballenas muertas en San Sebastián”, “Entre cactus y azulejos”, “Ye Ye Yee”, “La marca en nuestra frente es la de Caín”, “A la espalda del mar”, “Diamantes” o “Perlas”, muchas de ellas mutadas directamente en himnos mucho más allá de la popularísima “Toro” (recibida, por supuesto, con la mayor histeria de la velada). Sin embargo, y quizás contagiados de la gélida noche que azotaba Valladolid, el concierto careció de ese tipo concreto de intensidad emocional que se esperaba dadas las circunstancias.

Un automatismo que, si bien no nos privó del placer derivado de una cita que hacía las veces de reencuentro y adiós para con el combo navarro, mermó ciertas sensaciones con respecto a lo que podría haber sido y no fue, en una actuación rematada en los bises con “Preparada”, “Floto” o una bien recibida versión del “Vamos” de Pixies como cierre. El Columpio Asesino ha sido un grupo único e inquieto, que nunca dejó de evolucionar picoteando en diferentes direcciones mientras mantenía la integridad de su esencia. Se les echará de menos y siempre se les recordará con una sonrisa pícara de satisfacción. Pero es probable que, quien más y quien menos, se decante por elegir otro (y no el de la pasada noche en Valladolid) como concierto inolvidable del combo cuyo recuerdo guardar a buen recaudo.

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