El dragón no tan dormido
Conciertos / Resurrection Fest Estrella Galicia Limited

El dragón no tan dormido

8 / 10
José Luis Villar — 07-09-2021
Fotografía — Javier Bragado

Se puede. A diferencia de otros formatos-trampa de festival realizados en el este peninsular que se han retratado unos días después de terminar, con cientos de contagios, el modelo seguido por el Resurrection Fest Estrella Galicia Limited se ha revelado posible en este período de interregno pospandémico.

Cierto que la escena pierde al estar sentados, con un único escenario, sólo quince bandas y sin mosh ni circle pit (ojo, que sí hubo mucho “chair pit” con la resignada connivencia del personal de seguridad y la organización), pero la apuesta de los de Viveiro por la música en directo es un maldito triunfo que nos ha aliviado el mono de caña (por ahora) y mantiene la llama de cara a la ambiciosa edición de 2022.

Tres días de festival con este formato no encajan con el tipo de público y la entrada lo notó (medio aforo salvo la jornada del sábado, con más afluencia), sin zonas de acampada, sin ambiente de festival y sin el centro de Viveiro lleno de camis negras.

Pese a todo, el clima de la mariña lucense abrió la mano contribuyendo a la causa desde el primer día, jueves, que abrieron los vigueses Aphonnic con potencia y sonido impecable, presentando su disco “La Reina” (2020) ante un público aún en tránsito. A continuación, volvía Viva Belgrado a un Resu, con la formación en corro buscando la catarsis emocional que consiguen transmitir con pildorazos como “Flores, Carne” o “Apaga la Llum”.

Menuda banda las Bala. Estas dos gallegas aprietan los dientes en directo, duplicando la fuerza de sus grabaciones. Venían a presentar “Maleza” (2021) dejando claro por qué las ha fichado Century Media. Abrieron con “Agitar” y el público se entregó hasta el último tema, dejando su bolo entre lo mejor de todo el festival.

Angelus Apatrida son una familia y en Viveiro juegan en casa, con un nivel técnico apabullante y plena conexión con el público. Algunos problemas con el sonido al inicio no evitaron que con “Vomitive” se montase revuelo entre las sillas y mesas, que fue in crescendo hasta el cierre con “You are next”.

Siguiendo con el thrash, volvían a Viveiro Kreator, cerrando la jornada con una producción escénica y un sonido perfectamente engrasado, pero más fríos y menos conectados con el público que los albaceteños Angelus Apatrida. Aún así, su clásico “Pleasure Kill” de cierre partió todos los cuellos de los presentes.

El viernes abrieron los catalanes Bellako renovando su hardcore cargado de crítica social, para dar paso al ultrafuckingthrash de Crisix, aquienes asociamos a fiesta, circle pit e hinchables volando, pero que se supieron adaptar a un formato complicado presentado su nuevo lanzamiento “Pizza EP”.

Los alemanes The Ocean repetían actuación (Resu 19) con su post metal de ritmos progresivos e intensos, que tal vez se adapten mejor a este formato, presentando su último trabajo “Phanerozoic II: Mesozoic | Cenozoic”, con entrada de los Resukids incluida, dando paso al grupo más esperado del día, Jinjer.

Los ucranianos combinan una calidad técnica de conservatorio con el carisma de su frontwoman Tatiana Shmaylyuk, peinando para atrás a todo el público. Lo dijimos en la crónica de 2018, han pasado de banda novel a merecida primera línea.

Cerraron el día Eluveitie con el contrapunto de folk metal suizo, con vientos, mandolinas y actitud festiva.

La última jornada aumentó un poco el aforo, abriendo la jornada True Mountains que retomaron las raíces del Resu, con su formato eléctrico de punkrock y guiños a la generación xabarín. A partir de ahí, empezó el sábado metalcore con los asturianos Teksuo - espectacular registro de su vocalista- y Landmvrks, franceses muy entregados que se bajaron del escenario varias veces para conectar con su público.

Los alemanes Destruction vinieron a hacer (bien) su trabajo, son capitanes del thrash europeo, pero quizás fuera de onda ante los sonidos más modernos del sábado, no llegaron a conectar con un público que venía a ver al cabeza de cartel más esperado, While She Sleeps, quienes volvían a Viveiro de nuevo con problemas en la formación, en 2019 sin su vocalista Loz Taylor y en esta ocasión con la baja de última hora de un guitarra, pero que atronaron Celeiro en un breve (acortado veinte minutos) pero muy intenso concierto en el que presentaron su último trabajo, “Sleeps Society”.

Este momento fue el más próximo a una edición normal del Resu, con todo el público moviendo la cabeza al unísono y agarrándose a las mesas para no montar un circle pit que volverá el año que viene, más rápido, más alto y fuerte.

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