Descubriendo Portugal

Los portugueses Barry White Gone Wrong iniciaban en Zamora una generosa gira por nuestro país, amparados por la siempre loable iniciativa Artistas en Ruta. Un grupo prácticamente desconocido por estas latitudes que, sin embargo, despertó cierto interés entre aquellos aficionados que se molestaron en investigar en Youtube. Así, La Cueva del Jazz en Vivo presentó buen aspecto en el Día de los Todos los Santos, para recibir a un grupo que presentaba las canciones de su segundo disco "Done" (Independent, 19), publicado este mismo año.

Además de la ya de por sí vistosa mezcla de funky (la sombra de Prince sigue siendo alargada), blues e indie-pop trabajada por el quinteto, el elemento más llamativo de la ecuación reside en la figura del vocalista belga Peter De Cuyper, con su aire de crooner y remitiendo (según el momento) a Leonard Cohen, Mark Lanegan o Tom Waits. Con esta previa y a expensas de saber qué nivel mostraría el combo sobre el escenario, se preveía una de esas actuaciones emotivas y solemnes, en un error de cálculo que tardó poco en hacerse evidente. Porque si bien el concierto no caló con la profundidad imaginada, resultó a cambio de lo más entretenido, con el mencionado De Cuyper ejerciendo como líder descarado, simpático y sin prejuicios. Un protagonismo compartido con Miguel Décio, fino guitarrista, segundo cantante de la formación y, en realidad, pieza indispensable del proyecto. Precisamente en los juegos vocales entre ambos estuvo lo mejor de la velada, concretado en temas como “She Loves A Singer” y una fantástica “Finishin’ Circles”.

Momentos destacados a los que añadir “Chill Pill”, la excelente “Anonymus Believers”, “Glamour Road”, “Skin” o una agradecida versión del “Make It Wit Chu” de Queens Of The Stone Age. Barry White Gone Wrong se revelaron como una buena banda que aún tiene margen de mejora por delante -ése con el que lograrían un impacto más definitivo-, pero dotada con virtudes y un puñado de buenas canciones. Un descubrimiento, por tanto, interesante y que a su paso por la ciudad terminó por dejar buen sabor de boca.