Decir que la figura de Michael Jackson provoca sensaciones contradictorias es algo evidente. Igual que lo es el asegurar que estamos ante uno de los más grandes mitos de la historia de la música popular. Su carrera, musicalmente impecable, se acercó a lo esperpéntico con su forma de vestir, su manera de comportarse en su vida diaria, y sus continuas operaciones de estética, pero alcanzó lo dramático, e incluso punible, con las acusaciones de abuso sexual a menores. Un hecho este que, por supuesto, nunca se ha probado de forma concluyente, pero que parece no para de acumular un montón de pruebas a favor. Eso hace más complicado acercarse a Michael Jackson con un libro ilustrado, algo que se presume puede hacer que se interesen por la obra niños o jóvenes. Incluso podría existir la tentación de que Guillermo Alonso y Carla Fuentes pasaran por alto las partes más turbulentas de la vida de Jacko. Pero no lo han hecho, y eso demuestra su valentía.
Sus extraños matrimonios, sus adicciones a medicamentos, su curiosa manera de tener hijos y las acusaciones hacia él de abusos están presentes en la obra con absoluta normalidad, y eso es de agradecer. Un volumen que es esencialmente biográfico, pero que se enriquece con los magníficos y personales dibujos de una Fuentes que no se limita a plasmar lo que ya nos indica el texto, sino que acompaña a este para completarlo visualmente. Estamos pues ante una obra para adultos que, por qué no, bien puede explicarse a un niño si se utiliza de la manera adecuada. Y es que educar no tiene que ser precisamente esconder la realidad. Para colocar al lado del “Bowie” de Marta Hesse y Fran Ruiz.
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