Spontaneous
Cine - Series / Brian Duffield

Spontaneous

7 / 10
Laura Càmara — 04-11-2021
Fotografía — Frame de la película

"Spontaneous" es la ópera prima de Brian Duffield, y a pesar de que probablemente se la tilde de "típica película de perfil Netflix", lo cierto es que Duffield lo ha hecho, como aquel que dice, chapó. Este coming-of-age es el híbrido perfecto entre un romance teenager y un gore totalmente aleatorio, y aunque ver como dos adolescentes se enamoran mientras sus compañeros de clase explotan (literalmente) sin ton ni son es una mezcla inaudita, lo confirmo: funciona.

Cuando "Spontaneous" empieza, la explosión de una alumna y los gritos despavoridos de adolescentes llenos de sangre que corren por el pasillo se llevan toda nuestra atención. El estilo desenfadado del film lleva a la protagonista, Mara (Katherine Langford), a romper la cuarta pared, y cuando dice que eso "volverá a pasar", nos mira a los ojos, como si nos avisara de lo que está por venir. Mara consigue, de la mano de Duffield, meternos miedo en el cuerpo para el resto del minutaje. Durante la hora y tres cuartos que dura el largometraje estaremos tensos, a la espera de que alguien muera, en un estado de paranoia que tanto recuerda a la ansiedad mid-pandemia con la que esperábamos un mensaje que dijera "oye, lo siento, pero he dado positivo y quizás tu también lo tienes".

Sin embargo, Duffield busca distraernos, y debo admitir que hay ratos en los que lo consigue. Dicha distracción aparecerá en forma de primer amor, y es que entre explosión y explosión nos sumiremos en la historia de Mara y Dylan (Charlie Plummer), a quién esto de que la gente esté muriendo repentinamente le sirve como empujón para declararse a la chica que le gusta. Lejos de ser un cliché frenético, sexualizado y alejado de la realidad, la pareja de jóvenes aportan un soplo de aire fresco a los personajes con los que nos encontramos habitualmente en la plataforma de streaming cinematográfico. Hay una sencillez inherente a la manera en la que evoluciona su relación —que atribuyo principalmente a la genial performance de Plummer— que resulta increíblemente genuina, y hace que como espectador, nos creamos su historia de amor de la forma más inocente posible.

Quizás lo que más chirría del film es el personaje de Langford. Una manic pixie girl en su máximo esplendor, es histriónica y, a ratos, un tanto insoportable. Lo de que sus padres sean igualmente cool se convierte en un sinsentido hacia el final, momento en el que todo se desmadra un poco, y el intento de justificar que no nos van a dar mucha explicación sobre por qué la gente explota más allá de "¿Por qué? ¿Y por qué no?" es un tanto frustrante. Pero, en realidad, es porque la película no va de resolver ningún misterio fantástico y aterrador.

"Spontaneous" va de lo efímero y las ganas de vivir, sobre el vértigo que da sentir que uno no conseguirá hacer todo lo que quiere a tiempo, y sobre la juventud que, como bien sabéis, se va para no volver. Es un film sorprendentemente tierno, una reflexión sobre el salto al vacío que supone el paso de la niñez a la etapa adulta en la que el gore de las escenas más sangrientas se equilibra a la perfección con los besos torpes de los protagonistas. Tiene un aire a "Las ventajas de ser un marginado", y podría estar basada en un libro de John Green (autor de "Bajo la misma estrella") si no fuera porque en lugar de llevar el dramatismo más serio por bandera, Duffield parte de una idea —basada en el libro de Aaron Stammer— en la que el buenrollismo y la ridiculez más arbitraria enmascaran los temas más arduos que presenta. Sencilla y sin pretensiones, "Spontaneous" es de aquellas películas que empiezas a ver sin muchas expectativas, pero que se acaba revelando como un producto bastante más interesante de lo que a priori podíamos imaginarnos.

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