Skinamarink
Cine - Series / Kyle Edward Ball

Skinamarink

7 / 10
Pablo Tocino — 23-11-2023
Empresa — Filmin
Fotografía — Cartel de la película

Me encantan las películas de terror y, a la vez, me cuesta encontrar películas con la que realmente sienta terror. No hablo de la saga 'Scream'; me pasa incluso con películas cuya intención sí que es hacer sentir miedo, más allá de algún que otro jumpscare. Si te pasa como a mí, 'Skinamarink' puede ser una de esas pelis que sí te lo dé. Pero es curioso, porque empecé a verla en el salón y, tras un rato, lo que sentía era lo mismo que muchos que la están poniendo a parir: tedio. Fue cuando me mudé a la cama, a continuarla en el portátil, a oscuras (y solo en casa, bonus track), cuando empecé a pensar “quién me mandó a mí ponerme esto”.

'Skinamarink' puede ser un aburrimiento colosal, o toda una experiencia inmersiva similar a meterte en el Pasaje del Terror; tiene potencial de sobra para lo segundo, pero es cierto que tienes que poner de tu parte, y que puede hacerse muy cuesta arriba si no entras. Kyle Edward Ball, su director, ha querido debutar a lo grande en el largometraje (justo uno de los argumentos en contra es “esto tendría que haber sido un corto”, que se entiende por su naturaleza reiterativa) con una película que está llevándose alabanzas por todo el mundo. La fotografía nocturna tipo VHS, con más granos que un adolescente, el uso de planos detalle, fuera de campo y, sobre todo, un excelente manejo del sonido, acompañan una trama casi inexistente, pero que consigue ser un viaje acojonante, porque no hay nada que de tanto miedo como lo desconocido. O, como hemos oído siempre, lo más terrorífico está en la imaginación.

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