Samaritan

No vamos a descubrirle nada al lector si decimos que la saturación del cine de superhéroes es evidente. Semana tras semana se lanza algún nuevo producto audiovisual relacionado con el género. Y esta pasada semana le tocaba el turno a Sylvester Stallone, con una película que llevaba en el cajón un cierto tiempo, “Samaritan”. La idea inicial era que se estrenase en salas de cine, aunque finalmente se ha optado por Amazon Prime para su lanzamiento. Puede que esa sea una pista lo suficientemente sólida de la confianza que se tenía en cómo pudiera funcionar la película en taquilla. Una vez vista, pocas dudas caben al respecto.

Dirigida por Julius Avery, responsable de la recomendadísima “Overlord” (18), y protagonizada por el ya citado Stallone y por el joven Javon Walton, quien encarna a un personaje mucho más inocente del que nos tiene acostumbrados en “Euphoria”, la película nos narra la historia de Sam, un joven de trece años obsesionado con un antiguo superhéroe, Samaritan. Aparentemente fallecido en un enfrentamiento contra su rival, Némesis, el chaval confía en que siga vivo. De hecho, tiene serias sospechas de que podría tratarse de su vecino, el señor Smith.

Si los referentes eran cintas como “Logan” (17) o un héroe más callejero como “Nobody” (21), Avery debería haber encontrado un tono mejor. “Samaritan” acaba por no ser ni una cinta muy adulta, ni una muy infantil, ni muy oscura, ni muy optimista, algo que acaba afectando a la forma que, como espectadores, tenemos de encararla o de disfrutarla. Si exceptuamos el carisma de sus dos protagonistas y la química que existe entre ellos, poco más tiene que aportar la película al género. “Samaritan” acaba naufragando en su intento de crear un mundo propio, lo cual no quita que pueda funcionar como una entretenida película autoconclusiva para una noche de verano.