El inocente
Cine - Series / Oriol Paulo

El inocente

7 / 10
Luis M. Maínez — 11-05-2021
Empresa — Netflix
Fotografía — Archivo

“El inocente” es una serie interesante y bien planteada que, sin arriesgar demasiado (otro thriller policiaco español más), aporta detalles que la hacen sobresalir entre otras apuestas de la plataforma en los últimos tiempos.

Está protagonizada por Mario Casas y por algunos de los intérpretes más solventes del país, entre los que, como siempre, destaca una enorme Alexandra Jimenez. “El inocente” tiene un guion atrevido y solvente (basado en la novela del mismo título del escritor estadounidense Harlan Coben) en cuanto a lo estructural (cambio de narradores, buen uso de flashbacks y elipsis, mantenimiento de la tensión…), pero unos diálogos muy flojos. Hay momentos en los que cuesta creer una sola palabra de lo que dicen los protagonistas. Incluso buenos actores como José Coronado ven lastrada su interpretación por unas frases de estado de MSN. Solo faltan los emojis y combinar mayúsculas con minúsculas. A propósito de las criticas a Mario Casas, creo que su problema es, al menos, tanto suyo como de los guiones que elige. Hay ciertas condiciones bajo las que es imposible brillar.

La serie cuenta con aciertos claros. Es inteligente en su planteamiento y sube bastante el nivel respecto a sus hermanas de género, ya sean españolas o internacionales: casi consigues llegar al final sin saber lo que va a pasar. Casi. Sin embargo, también tiene errores garrafales, que se condensan todos en un quinto capítulo con el que dan ganas de dejar la serie a medias. A saber, un malo malísimo que no aporta nada a una serie basada precisamente en claroscuros; una trama alternativa de prostitución ilegal plagada de gente poderosa con máscara que tiene mucho que perder. No tiene nada que ver con el tono del resto de la serie (aunque he de confesar que es mucho mejor que toda “Sky Rojo”, quizá la peor serie del año) y las actrices protagonistas están en su peor registro de los ocho capítulos, como si estuvieran alucinando con que la serie hubiera derivado en eso. Como si esas páginas del guión se las hubiesen ocultado. A los espectadores les debe pasar algo parecido. Más allá de este traspiés, el trabajo de Oriol Paulo, que ya colaboró antes en “Contratiempo” con Casas y Ana Wagener (también genial en “El inocente”) es realmente bueno y deja con buen sabor de boca. Además, consigue algo que en los thrillers es muy complicado: que te sientas cerca de todos los personajes y no sepas posicionarte. En estos tiempos de buenos y malos sin matices, apostar por los grises es un acto de heroísmo narrativo.

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