Loki (T-2)

Hace tiempo que parece que el fenómeno del Universo Cinematográfico de Marvel, ese que tantos años y tantos productos audiovisuales ha dado, está de capa caída, contando cada vez con más contenidos, pero sin la calidad de los primeros. Y esto es lo que ha venido a rescatar la segunda temporada de “Loki”, regresando a aquello que hizo triunfar a las primeras películas

Son seis capítulos que sirven para dar carpetazo a la historia que había arrancado en la primera temporada, en la que el Dios del Engaño era detenido por la Autoridad de Variación Temporal. Y a pesar de que el primer capítulo arranca muy bien, la trama va cayendo en el segundo y en el tercer episodio, a pesar de ocurrir cosas indispensables para el cierre, se sienten especialmente más lentos. Todo lo contrario que los tres últimos, en los que, nunca mejor dicho, el tiempo parece pasar de una forma distinta.

Mucha de la culpa de ello la tiene Tom Hiddelston y su brillante interpretación como Loki. Hace ya tiempo que, a pesar de ser un villano, se ha convertido en uno de los más queridos de este universo gracias a todo su arco evolutivo vivido durante estos catorce años y el gran cariño que le profesa el actor que lo encarna. Pero en esta temporada especialmente está muy bien acompañado.

La dupla que forma con Owen Wilson (Mobius) es una de las más especiales que se recuerda en el UCM, se nota la sintonía que ambos tienen en cada una de las escenas que comparten. Además, el hecho de sumar al recién ganador del Oscar a mejor actor revelación, Ke Huy Quan, como O.B. es un gran acierto, le da un toque aún más cómico a la ficción y se trata de un personaje que, si en algún momento decides revivir la serie, tiene mucho más que contar que lo que parece a simple vista. Pero, en términos generales, todos los personajes que ya conocíamos antaño como B-15 o Sylvie, hacen una gran evolución, mostrando que estos secundarios tenían mucho más que contar que lo que parecía en la primera tongada de capítulos.

En todos los episodios nos encontramos con diferentes easter eggs que hacen que despertemos una sonrisa o nos traslademos momentáneamente a algunas de las producciones pasadas de Marvel, especialmente a través de la banda sonora en la que de nuevo Natalie Holt lo vuelve a bordar. Y es que, a pesar del cambio de dirección respecto a la primera temporada, lo cierto es que Michal Waldron ha sabido agrandar aún más la épica y la perfección de los primeros episodios.

Por todo ello, la segunda temporada de “Loki” supone – supuestamente – el fin del camino de uno de los personajes más longevos del UCM. Una historia que estaba prácticamente marcada desde su primera aparición y que X ha sabido cerrar a la perfección. Esperemos que esta sea la primera piedra de una nueva época dorada del UCM y no se quede en una rara avis que se ha sostenido gracias a la gran interpretación de Tom Hiddelston y de la delicadeza y el cuidado de todo el equipo de dirección y producción para darle forma a estos seis capítulos.

(Spoilers más abajo)
En esta segunda temporada descubrimos como Loki acaba pasando de ser el Dios del Engaño al Dios de las Historias transformándose en el guardián de un caótico multiverso. En su primera aparición hace ya 14 años, nadie pensaría que el final de este villano sería sacrificar su propia vida para que todos los demás puedan vivir la suya. Un final que cierra a la perfección el capítulo de este Dios, aunque nos deja con ganas de ese reencuentro con su hermano en un futuro.

Y a la vez, esta serie nos genera más dudas en torno al gran villano de esta saga, supuestamente Kang, aunque en esta serie le conocemos por sus dos variantes “El que permanece” y “Victor Timely”. Los delitos supuestamente cometidos por Jonathan Majors parecen ser una gran losa para Marvel, ya que da la sensación de que no se atreven del todo a darle un papel más protagonista por si acaso. Por tanto, vuelve a quedar un poco descafeinado como ya pasase en “Antman and the Wasp: Quantumania”.