Hater
Cine - Series / Jan Komasa

Hater

8 / 10
Luis M. Maínez — 20-08-2020
Empresa — Netflix

“Hater” es el “Atrápame si puedes” de los llamados millenials, una generación que vive (vivimos) en una suerte de distopía laboral en la que las élites y sus redes de contactos dominan el ecosistema profesional, universidades privadas mediante. La película, que supera con creces las dos horas de duración debería ser considerada una de las películas de nuestro tiempo.

Jan Komasa ha conseguido condensar las grandes patologías que aquejan a la maltrecha sociedad europea en la actualidad. Trabajos a los que solo se consigue acceder mediante relaciones sociales –si tienes la suerte de pertenecer a la parte alta de la pirámide del estatus– o a través de jornadas humillantes de veinte horas al día únicamente soportables con grandes cantidades de cafeína, drogas o bebidas energéticas. También la deriva identitaria de la que se aqueja el viejo continente, con trabajadores precarios, excluidos del reparto de privilegios por no tener suficiente formación o no ser suficientemente talentosos o guapos, convertidos en extremistas nacionalistas y violentos a un lado; y unas élites culturales progresistas, europeístas y defensoras de los valores de democracia y libertad, pero absolutamente hipócritas y desconectados de los problemas de la clase trabajadora al otro.

Entre medias, haciendo de puente entre ambas, y de única casa común, el lugar donde todos conviven, las redes sociales. Porque “Hater” es una película que articula como pocas otras (pienso ahora en la analogía con “Enemigo Público” de Will Smith y Gene Hackman) uno de los movimientos sin los cuales somos incapaces de entender el mundo actual en todos los sentidos: la creación artificial de discursos de odio en redes sociales, ya sea para poner de moda un nuevo producto revolucionario (¿alguien habla ya del satisfyer?), defenestrar a creadores de contenido (¿se acuerdan de Forfast?) o destrozar a un político hasta que su imagen pública queda en el fango con un escándalo tras otro, muchas veces parte su vida privada, hasta que dimite o le echan (¿cómo pasará los días Cristina Cifuentes, después de ver lo que hacen quiénes no dimiten?).

Es aquí donde se mueve como pez en el agua Tomasz Giemza, un joven proveniente de una familia rural sin recursos en cuya granja veraneaba la familia Krasucka, perteneciente a esta élite cultural y monetaria que se ríe de él en secreto mientras le paga una beca para ir a la universidad como acto de caridad, aunque se niega durante un año a recibirle a cenar en su casa. Tomasz es ambicioso y está determinado a hacerse un hueco en el mundo que tanto le rechaza. Lo consigue trabajando en una agencia de marketing (y propaganda) digital. En su trayectoria hacia el éxito se cruzará en su camino Pawel Rudincki, un prometedor político polaco que quiere hacerse con la alcaldía de Varsovia apoyado precisamente por la familia Krasucka. Es en esta convergencia donde “Hater” brilla apoyada en una dirección eficaz, limpia y que potencia la ya prometedora trama con una narración de primera, protagonizada por un Maciej Musialowski sencillamente genial.

Cuando vean la película –háganlo, merece la pena– pueden investigar lo que desgraciadamente pasó en Gdansk en enero de 2019 relacionado con el alcalde de la ciudad polaca. La película se filmó antes de esa fecha y su estreno se aplazó algunos meses para distanciarse de lo acontecido.

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