Corten!

En “Corten!” el director Michel Hazanavicius hace un salto mortal con tirabuzón del que sale casi indemne, solamente con una o dos piernas rotas. Sí, ya no puede caminar, pero al menos está vivo...

Adaptación francesa de la película japonesa “One Cut Of The Dead”, la cinta se divide en tres partes claramente diferenciadas. Aunque en su estructura y su desarrollo es fiel al original, Hazanavicius introduce cambios concretos que le dan más dinamismo en la parte del desenlace, incluido su autoreconocimiento como remake –repite incluso una actriz–, y algún recurso cómico eficaz como la presencia del sonidista, inexistente en el original.

“Corten!” nos presenta el rodaje accidentado e histriónico de un film sobre zombies en que los muertos vivientes reales hacen acto de presencia. Esta primera parte es una muestra de humor histérico y simplón solo apto para imberbes, con un Romain Duris pasado de vueltas en el papel de apasionado cineasta todoterreno. En esta tortuosa parte, tanto para los personajes en pantalla como para los espectadores, uno se pregunta cómo es posible que Hazanavicius sea el único director francés en haber conseguido un Oscar a Mejor Director (por “The Artist”). Ni Renoir, ni Truffaut, ni Varda, sino Hazanavicius.

Sin embargo, se aconseja que, en una época en la que un adicto a las series es capaz de engullir tres o cuatro temporadas mediocres hasta llegar a la quinta que le ha recomendado su prescriptor de confianza como la mejor, el sufrido espectador aguante como un jabato durante solo media hora.
Como ya hiciera Jardiel Poncela en “Los habitantes de la casa deshabitada” y con la técnica de Michael Frayn en la exitosa “Al derecho y al revés”, Hazanavicius se dispone a partir de ahí a poner orden en el disparate previo. Sea por la necesidad del asfixiado espectador de encontrar un respiro o por un efecto catártico intencionado, “Corten!” acaba ofreciendo gustosas carcajadas cinéfilas y se erige como un entrañable homenaje a todos los Ed Wood del mundo.