Belle

Mamoru Hosoda, conocido por las increíbles “Wolf Children” (12), “Summer Wars” (09) y “La chica que saltaba a través del tiempo” (06), se lanza a la piscina en una reinterpretación modernizada de “La bella y la bestia”. Con una ambición demoledora combina un cuento infantil con el futuro Metaverso de Zuckerberg para expresar la herramienta más controvertida que nos ofrece Internet: una máscara.

Las pantallas, los encuentros virtuales, reinventarse en un nuevo personaje permite al ser humano acoger la valentía que, quizás, no tiene en la vida real. Ese es el problema de Suzu, una adolescente que, tras perder a su madre en un acto de altruismo desinteresado, se encierra en sí misma y deja de cantar. En cambio, en U, el Metaverso que propone la película, es capaz de deslumbrar a todo el mundo con sus canciones a través de su avatar, Belle, y de preocuparse por un ser al que llaman Dragón (ya nos empieza a sonar la historia, ¿no?). Ambos personajes poseen sus máscaras y en sus continuas interacciones virtuales, medidas en un apartado musical que nos impide separarnos de la historia, observamos una realidad que no nos es tan distante: el miedo a ser nosotros mismos en una época en la que parece no ser necesario.

De primeras, da la sensación de tratarse de una mezcla difícil de digerir, ¿verdad? Su inicio es prueba de ello, pues resulta algo forzado y rápido. Se introducen demasiados elementos para llegar a adentrarnos tanto en su simbología, como en el universo caótico que conforma U. Sin embargo, una vez superada la primera media hora y adaptados ya al ritmo frenético en que discurre la acción, estamos ante una historia adolescente llena de belleza colorista y musical que desborda en su clímax.

Otro elemento que dificulta la entrada a la propuesta de Hosoda es que la animación de la película se divide en dos: la del mundo real y la de U. Mientras que la del mundo real es una delicia mimada al detalle, a la de U se le notan los flecos de lo digital debido a unas texturas algo anticuadas. No obstante, no hay que despreciar que es una manera inteligente de hacer que la animación forme parte de la narrativa, un velo que separa ambos mundos.

Rodeados de los últimos titanes audiovisuales de la animación, como “Red” y “The Mitchells vs The Machines”, "Belle" se siente como una pequeña rosa en medio de un rosal, con sus espinas, sí, pero con su propia personalidad.