Being the Ricardos

‘Being the Ricardos’ nos recuerda que llevamos años viendo películas originales de las plataformas de streaming que jamás hubiéramos consumido de haber tenido que ir al cine a pagar un ticket. Como cuando empiezas a salir con alguien normal y te das cuenta de que con tu ex tenías una relación tóxica, ‘Being The Ricardos’ te abre los ojos al cine que habías olvidado.

Quizá el mal momento de la crítica cultural tenga mucho que ver, no solo con los problemas que atraviesa la industria, sino también con que el espectador/oyente ya no paga por el contenido de forma explícita. Así, puede dejar de preocuparse por lo qué va a ver porque con solo darle al stop y hacer un rato de scroll en Instagram se olvida de las decenas de mediocridades que tiene en su portátil por solo 7’99 € al mes. A menos responsabilidad, menos preocupación; algo que además de con los productos culturales, pasa con las parejas y con el trabajo; los dos ejes sobre los que gira en maravillosa armonía ‘Being The Ricardos’.

Porque no estamos solo ante un retrato de pareja, también ante el de una era iconoclasta a través de dos de sus ídolos, que comparten cama y set de rodaje. Sorkin es lo suficientemente inteligente para esbozar un universo con precisión realista para que el espectador sea capaz de rellenar la historia con su propia ideología. Algo cada vez menos habitual en tiempos teledirigidos y que entronca con el clasicismo de la obra. Un clasicismo que resulta menos hegemónico gracias al ritmo y al uso del tiempo narrativo; en ‘Being The Ricardos’ los tiempos del relato se entrecruzan con la maestría que caracteriza a Aaron Sorkin -“Molly’s Game”, ‘Algunos Hombres Buenos’, ‘La Red Social’-, quizá el mejor guionista vivo y un más que solvente director.

‘Being the Ricardos’ consigue aunar el tono de las narraciones clásicas de la época en la que se desarrolla la serie que sirve de leit motiv a la película -’I Love Lucy!’, la primera sitcom de éxito masivo en Estados Unidos, que a día de hoy se sigue estudiando en todas las escuelas de guión- con una estructura narrativa contemporánea y consistente.

Bardem y Kidman comparten el protagonismo de la película prolongando el momento dulcísimo que viven en los últimos tiempos. El español es una explosión de carisma, explota todos sus recursos a la perfección y demuestra su versatilidad arrendándose en el imaginario reciente del espectador con una propuesta bien distinta a la de ‘El Buen Patrón’. Kidman, por su parte, que viene de hacer ‘Nine Perfect Strangers’ (también en Prime) afianza su lugar en el star system hollywoodiense después de años con un perfil más bajo. Su tándem rueda veloz y seguro y las escenas se suceden con la complicidad necesaria para que nos creamos el día a día de su matrimonio sin renunciar al brillo propio de las estrellas clásicas que interpretan.

Resolver con éxito las tensiones entre clasicismo o tradición y modernidad o posmodernidad es donde se juegan los all in a estas alturas de la partida en el arte y la cultura con intención de perdurar, y ‘Being The Ricardos’ aguanta sobrada el envite. Se aleja mucho de ser revolucionaria. Se conforma con mucho, con ganar la partida e irse a casa, mientras tú murmuras: “era esto, joder, era esto”.