Alcarràs
Cine - Series / Carla Simón

Alcarràs

8 / 10
Mar Rubio Boné — 04-05-2022
Fotografía — Frame de la película

Sol abrasador, una gran casa de campo yace sobre un mantel verde y anaranjado de árboles frutales y una luz cálida baña el seco paisaje del municipio leridano de Alcarràs.

Desde que tienen uso de razón, o incluso desde antes, los miembros de la familia Solé se han pasado todos los veranos recogiendo los frutos de sus melocotoneros. Es lo que siempre han hecho, algunos están más satisfechos con este estilo de vida y otros menos, pero es a lo que se ha dedicado la familia desde antaño.

El conflicto que encontramos en el filme casi neorrealista se nos presenta poco después de que este empiece y nos situemos en el escenario donde tendrá lugar toda la historia. La cosecha de este año será la última. Aunque varias generaciones de los Solé se han hecho cargo del terreno, no les pertenece, y los propietarios tienen otros planes para este. El acuerdo de palabra entre los patriarcas de las familias Pinyol y Solé, una cesión de las tierras para el cultivo a cambio de una comisión y como muestra de agradecimiento por haberlos escondido durante la Guerra Civil, parece haber perdido su valor. El heredero de la familia Pinyol avisa a la familia que va a destinar el terreno a poner placas solares, y les ofrece trabajo en su empresa.

Delante de esta realidad encontramos posturas muy distintas de los miembros de la familia, pero lo que logra la película de Carla Simón, ya conocida por "Estiu 1993", es que el espectador pueda conectar y empatizar con todas ellas. A través de una narración coral bastante compleja y a la vez fácil de entender, muestra la realidad de gran parte del campesinado actual. La directora, con solo 35 años, muestra una madurez y sensibilidad desbordantes que no tienen la mayoría de los autores de su generación. Se trata de un retrato crítico, sin edulcorantes, pero desde una mirada de profundo respeto y cariño.

Para ello, la directora ha trabajado con actores no profesionales, personas reales de Alcarràs que tienen una conexión con la tierra y que tienen situaciones similares a la trama de la historia. El equilibro entre la improvisación y el guion ha sido clave para hacerlo. Las asombrosas interpretaciones de los niños de la familia aportan una espontaneidad y una naturalidad a las dinámicas familiares que vamos viendo a lo largo del metraje. Esto le ha aportado al filme muchas características de la no ficción que se suman al paisaje bucólico donde se encuentran los Solé y la hechizante dirección de fotografía de Daniela Cajías para crear una especie de documental costumbrista y sin duda poético.

A algunos de los actores, como Jordi Pujol Dolcet, que interpreta a Quimet, el único hijo varón de la familia y el que se encarga de gestionar las tierras y el cultivo, les daba miedo que no se retratase bien la realidad de los campesinos de la población leridana. De hecho, el equipo de dirección y producción de la película dio con él en una manifestación de campesinos, no en una audición. Su primera respuesta fue un contundente rechazo, como contaba la directora en el programa de Jordi Basté de RAC1. Más adelante, cuando supo que se trataba de gente de la zona que quería hacer esta película y conoció un poco más las intenciones del proyecto, accedió a hacerlo, y ahora está muy contento con el resultado, Simón cuenta que le dijo que estaba muy orgulloso de haber participado en un proyecto como Alcarrás, que se llevó el Oso de oro en la Berlinale y que ha llevado a la reapertura de muchos cines de pueblo del territorio catalán. De esta forma, la cineasta, que recuerda a grandes nombres del cine como Agnès Varda o Chloé Zhao, ha sido la primera directora española en llevarse el gran reconocimiento en la capital alemana.

Alcarràs nos permite ver el funcionamiento de un modelo de vida que ha quedado obsoleto para algunos, pero que sigue siendo una realidad para muchos otros. En esta película también se reivindica la pluralidad en el campesinado y se da valor a la función de las mujeres en esta actividad milenaria. Alcarràs es una obra sencilla que nace de la verdad más absoluta y que demuestra que es posible llenar cines contando historias de una forma diferente.

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