¿Quién sabe dónde? Los expedientes X del pop
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¿Quién sabe dónde? Los expedientes X del pop

Carlos Pérez de Ziriza — 06-06-2016
Fotografía — Archivo

Abanderaron desde Brighton un nuevo revival de los girls groups de finales de los 50 y principios de los 60, el eco de toda aquella miríada de bandas femeninas y marchamo philspectoriano (algunas de sus señas de identidad eran compartidas, de hecho, por The Long Blondes, otra supernova fugaz). Y lo hicieron con dos discos: el exultante “We Are The Pipettes” (Memphis Industries/Sinnamon, 2006) y “Earth Vs The Pipettes” (Fortuna Pop!, 2010), algo más discreto. Su eco se ahogó sin el estruendo de los anuncios de disolución, prácticamente por inanición creativa. Hasta que Gwenno Saunders, una de sus tres integrantes originales, se desmarcó de aquella herencia con el estallido de psicodelia retrofuturista plasmado en “Y Dydd Olaf “ (Heavenly, 2015), el último de sus dos discos en solitario. En su caso, no se vislumbra que su deceso como banda tenga vuelta de hoja: “Creo que The Pipettes son 2006, y que algunas cosas pertenecen a su tiempo, y es mejor dejarlas ahí”, dijo recientemente la galesa en una entrevista.


 

The Faint

Fueron portada de MondoSonoro en septiembre 2004. Y aunque no han dejado de editar discos, lo irregular de su cadencia (apenas tres largos desde “Danse Macabre”, el álbum que les dio a conocer en 2001) y el devenir de las tendencias les han relegado a un plano muy secundario respecto al rol que ejercían hace una década. “Doom Abuse” (SQE/Popstock!, 2014) fue la respetable última entrega de estos hacedores de dance punk sombrío y algo macarra, emblemas del sello Saddle Creek de Omaha (Nebraska). Y en esas siguen, tratando de perdurar, al mismo ritmo -por ejemplo- que otros viejos olvidados que aún no han tirado la toalla, Electric Six. Un reciente nuevo single, “Young & Realistic”, y una próxima gira con Gang of Four, en septiembre y octubre, son las últimas noticias que nos llegan de ellos.


 

Day One

Puede que la mayor parte de proyectos que alentó el sello Melankolic, regido por Massive Attack a finales de los 90, sea visto desde la perspectiva actual bajo el prisma de lo coyuntural. Pero ni los excelsos trabajos que allí registró el laureado compositor Craig Armstrong ni el fantástico debut de Day One, en clave de hip hop naturalista, merecen quedar sepultados por el olvido. Sin el fulgurante debut de estos últimos (“Ordinay Man”; Melankolic, 2000), en concreto, quizá no se entendería parte del éxito de The Streets un par de años más tarde. Desde entonces, tan solo dos discos les contemplan: el apañado “Probably Art” (One Little Indian, 2007) y el reciente “Intellectual Property” (Society of Sound Music, 2015), que puede descargarse gratuitamente a través de la web del sello. Más que unos desaparecidos, lo de Day One es una presencia espectral. Pero conviene no olvidarse por completo de ellos.


 

Six By Seven

La aparición de Six By Seven en la escena rock británica de finales de los 90 fue como un latigazo. Un revulsivo alentado por dos fantásticos álbumes, los dos primeros: “The Things We Make” (Interscope, 1998) y “The Closer You Get” (Mantra/Beggars Banquet, 2000). Lo cierto es que luego bajaron el pistón (y el listón), pero eso tampoco justifica que los lamentos por su disolución, allá por 2008, apenas trascendiesen el ámbito de su ya de por sí reducidísima base de fans. Hace cuatro años, y sin que -obviamente- mediase precisamente una gran demanda popular, Chris Olley y James Flower reflotaban la banda con la incorporación del batería Steve Hewitt (Placebo) y la edición del intenso “Love and Peace and Sympathy” (Borrowed Tune Motion Pictures, 2013), un álbum al que vale la pena prestar atención.


 

The Avalanches

Lo del segundo álbum de estos australianos (en la foto) tuvo durante años muchos visos de superar el culebrón de Guns N' Roses y su eternamente postergado “Chinese Democracy” (Geffen, 2008). Y si el resultado va a ser similar (crucemos los dedos), sería mejor -desde luego- que se ahorrasen el esfuerzo. De momento, ni el single “Frankie Sinatra” ni su “actuación” (porque fue un apañado DJ set, en esencia) en el último Primavera Sound despejan las incógnitas. El caso es que los artífices del mejor álbum de 2001 (el formidable “Since I Left You”, que elevaba la sampledelia a la categoría de arte) han estado durante eones anunciado su secuela. Teóricamente en el horno desde 2005, el sello Modular anunció a principios de 2014 que el nuevo material sonaba “asombroso”, pero no podía avanzar fechas aún para su edición. La espera, prolongada durante más de quince años, concluirá presumiblemente el 8 de julio, con la edición de “Wildflower”.


 

Radio 4

Fueron de lo mejor de la hornada del revival post punk bailable neoyorquino de los primeros 2000, pero desde que ventilaron su cuarto álbum (el correoso “Enemies Like This”, de 2006) apenas nos hemos podido dar cuenta de si sus constantes vitales se mantenían. Y no porque se hayan separado (no ha habido disolución oficial, y la banda ha seguido ofreciendo conciertos puntuales hasta mediados de 2012), sino porque su discografía se ha convertido en un páramo, helada en una foto fija desde hace casi una década. Orange Cassettes es el nuevo proyecto de Anthony Roman, su cantante y bajista, desde hace un año y medio. Y no sabemos aún si es un pasatiempo paralelo o el relevo oficial a la carrera de Radio 4, aquella banda que invitaba a bailar el underground sin complejos.


Outkast

Los de Atlanta fueron emblemas de una visión muy sureña del hip hop, retomando el relato de sus paisanos Arrested Development con ingentes dosis de imaginación para pergeñar una fórmula que aunaba funk sudoroso, r'n'b sin demasiadas sofisticaciones, soul humeante, melodías de pop dislocado y un flow exento de corsés. Con “Hey Ya” y el álbum que la cobijaba, “Speakerboxxx/The Love Below” (LaFace/Arista), se comieron el mundo. 25 millones de discos vendidos a lo largo de su carrera y seis Grammys les contemplan. Pero tanto André 3000 como Big Boi llevan ya muchos años operando por su cuenta (y colaborando con gente como Frank Ocean, Rick Ross o Gorillaz), desde que en 2006 editaran su último trabajo juntos, “Idlewild” (LaFace/Arista, 2006). Hace cinco temporadas anunciaron un nuevo álbum (aunque luego su mánager lo desmintió), y está por ver si lo que el escenario ha vuelto a unir desde 2014 (los nuevos conciertos de Outkast se cuentan por victorias) puede acabar realmente deparando un nuevo álbum.

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