De hecho, estar fuera de competición no le ha impedido llevarse a casa el Méliès de Oro a Mejor Largometraje. Puede verse en cines desde el pasado viernes.
No puedo evitar empezar la entrevista preguntándote por la abarrotada sesión de “Cerdita” en el Auditori del festival de Sitges ¿Cómo lo viviste desde dentro?
Fue muy emocionante. La verdad es que tenía bastante miedo. En el Auditori he llegado a ver reacciones bastante tibias. La noche anterior lo pasé bastante mal. Tuve pesadillas y todo [ríe]. Pero fue muy emocionante, nunca nos habríamos imaginado algo así. Lo recordaré toda mi vida.
¿En qué momento te das cuenta de que tu cortometraje “Cerdita” puede llegar a ser un largometraje?
Fue mientras rodábamos la última secuencia del corto. Me di cuenta de que el conflicto de Sara –la protagonista– era demasiado potente como para dejarlo escapar. Creímos que sería interesante construir desde ahí un thriller moral sobre una persona que decide no hacer algo. A esas alturas tanto Laura Galán como yo nos habíamos enamorado del personaje principal.
“La experiencia humana no existe sin la comedia”
¿Por qué en Extremadura?
Escribimos el corto en Extremadura. El largo tenía que ser ahí. Es un lugar muy hermoso en el que pueden suceder cosas muy trágicas. Extremadura es la Texas española [ríe].
De hecho se ha hablado mucho de “Cerdita” como “La matanza de Texas” extremeña. ¿Hay alguna otra película de género que haya sido influyente para este proyecto y que quieras reivindicar?
Hay muchísimas. Por ejemplo “¿Quién puede matar a un niño?” de Ibáñez Serrador, por hacer ese terror a plena luz del día, y encima en España. “Eden Lake” de James Watkins, por esos adolescente terroríficos pero muy anclados a la realidad. También “Deliverance” de John Boorman, por ese terror tan real. “Trouble Every Day” de Claire Denis, por esa forma de filmar los cuerpos al mismo tiempo que juega con el género. Y “El desconocido del lago” de Alain Guiraudie, por la pulsión sexual de la muerte y el sonido de las chicharras.
¿Te consideras una cineasta de género?
A mí me encanta el cine de género, así que yo me considero una contadora de historias [ríe]. A mí lo que me interesan son las historias. Cuanto mayor sea el conflicto del personaje, mejor.
¿Cómo ha sido trabajar con Laura Galán? Al fin y al cabo se ha enfrentado a un papel que no le da ni un segundo de tregua…
Ha sido una experiencia muy intensa. Ensayamos y hablamos mucho antes de rodar. Se podría decir que esta película la hemos hecho Laura y yo de la mano. Hemos estado las dos en todo momento muy cerca de Sara.
Esta intensidad también se compensa con ciertos destellos cómicos durante el relato. ¿Cómo de presente queríais que estuviera el humor en “Cerdita”?
El casting estuvo enfocado a que este humor funcionara. Pilar Castro es una actriz cómica excepcional. Carmen Machi más de lo mismo. Teníamos que tenerlas porque son el tono de la peli. El tono de “Cerdita” es la mezcla del humor con el terror. Para mí la experiencia humana no existe sin la comedia. Simplemente no me la creo. Sin humor a mí me sacas de la realidad. Yo soy un poco así, también. No me tomo muy en serio a mí misma. Me decían que las mezclas de géneros no suelen funcionar. Eso echaba atrás a mucha gente respecto a la película.
No quería acabar esta entrevista sin preguntarte por tus gustos musicales. ¿Estuve presente la música durante la ideación de la película?
Soy una devoradora de música. De hecho, la playlist que preparé para la película era absolutamente ecléctica. Tenía desde Ginebras hasta Camilo Sesto [ríe]. Tenía demasiadas cosas. Yo siempre escribo con música. Antes de empezar cualquier proyecto escojo la música que me va a marcar el tono.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.