"Nos peleábamos, pero no por la dirección artística de Neu!"
Entrevistas / Michael Rother

"Nos peleábamos, pero no por la dirección artística de Neu!"

Tomás Crespo — 18-10-2016
Fotografía — Archivo

Michael Rother es sin duda una de las figuras más relevantes de eso que solemos llamar krautrock. Miembro fundador de Neu! y Harmonia, actualmente se encuentra de gira en nuestro país interpretando en directo temas de ambas bandas y también de su carrera en solitario. Tras su paso por el Monkey Week sevillano, llegará este martes 18 de Octubre a Madrid (Joy Eslava) y el jueves 20 a Barcelona (Bikini) de la mano de SON Estrella Galicia. Aprovechamos la ocasión para hablar con él sobre toda su trayectoria y, de paso, repasar parte de la fascinante ola de música vanguardista que recorrió Alemania durante la década de los 70.

Nuestra historia comienza en 1971. Tras su breve paso por una de las primeras encarnaciones de Kraftwerk, Michael Rother conoce a Klaus Dinger y fundan Neu!, nombre con el que grabarían algunas de las músicas más bellas y extraordinarias que una batería y una guitarra eléctrica (y un estupendo técnico de sonido) hayan creado jamás. El dúo publicó tres discos que no deberían faltar en ninguna colección: “Neu!” (72), “Neu! 2” (73) y “Neu! 75” (75). El cuarto, aunque se intentó en varias ocasiones, nunca llegó: las divergencias personales entre ellos eran ya insalvables. Entonces Rother ya contaba con una prominente carrera en solitario, además de haber grabado otros tantos discos seminales bajo el nombre de Harmonia junto a Roedelius y Moebius (Cluster) y, eventualmente, Brian Eno. Contactamos con él para someterle a un pequeño cuestionario, pero la conversación se alarga hasta convertirse casi en un tratado sobre estética y sonido, idiosincrasia socio-cultural alemana y reconciliación con los muertos. Pasen y lean:


Eres, sin duda, una de las figuras más importantes del krautrock, aunque en realidad nunca te ha gustado la dichosa palabra…
Hace poco, tras un concierto que dimos en Londres, apareció una reseña en Times que me definía como “el arquitecto del krautrock” (risas). Es una etiqueta inventada por la prensa inglesa y originalmente tenía un poco de mala intención. “Kraut” es la palabra que utilizaban los soldados aliados durante la Guerra Mundial para referirse a las tropas alemanas. Tenía connotaciones peyorativas. Por eso cuando a principios de los 70 se empezaron a referir a grupos como nosotros con esa expresión a ninguno nos gustó demasiado. Llevo toda mi vida luchando para que dejen de utilizarla… pero con el tiempo también me he dado cuenta de que la palabra “krautrock” tiene un significado muy diferente para el resto del mundo. Fuera de Gran Bretaña, cuando viajo a países como Japón o España, donde la gente no conoce el significado original, se utiliza de una forma muy diferente. De hecho, es una expresión que se ha convertido en algo positivo y que se identifica con música vanguardista de calidad. Así que finalmente decidí dejar de luchar contra ello… incluso está empezando a gustarme (risas). Es una palabra clara y concisa que en realidad representa muy bien la amalgama tan heterogénea que surgió en Alemania en aquellos años.

¿Qué recuerdas de aquella época tan especial?
Bueno, en realidad yo a finales de los años 60 aún no me había dado cuenta de lo que estaba pasando. Ni siquiera conocía a CAN. Los escuché mucho después de que publicaran su primer disco. También en aquel momento yo estaba pasando por un etapa en la que decidí dejar de escuchar todo tipo de música. Quería hacer algo totalmente nuevo y no quería verme influido por nada que hicieran otros músicos. Tiempo después es cuando empecé a escuchar a otros grupos como Kraftwerk o Cluster, pero principalmente porque les conocía personalmente y me interesaba su visión. Cuando comencé a tocar con Harmonia si que volví a escuchar música, pero sobretodo lo que más escuchaba en aquel momento era música clásica.

"Queríamos crear una nueva cultura e identidad alemana, radical y experimental"

¿Por qué crees que surgió aquella explosión musical y artística en Alemania en aquel momento?
Creo que por muchos motivos… de tipo social, político y psicológico. En aquel momento Alemania era una bomba de relojería. Fue la etapa de Willy Brandt como canciller. Eran tiempos de muchos cambios. Con la división en bloques, la República Federal Alemana tenía una actitud negligente con los países del Este… sólo mirábamos a occidente… Willy Brandt comenzó con la ostpolitik y acercó posiciones con la República Democrática Alemana, algo que no a todo el mundo le parecía bien. Había revueltas estudiantiles, teníamos el terrorismo del Baader-Meinhof… Y a nivel internacional también estaban pasando muchas cosas, como la guerra de Vietnam, que hizo cambiar la mentalidad de mucha gente con respecto a los conflictos armados… Era un periodo de transición, de transformaciones profundas. Nos planteábamos muchas cosas. De alguna forma comenzamos a rechazar la cultura popular anglo-americana, incluido el rock’n’roll, porque lo sentimos como algo ajeno a nosotros que había sido impuesto desde fuera. Que no tenía que ver con nuestra idiosincrasia. Mirábamos más allá de eso. Queríamos crear un nueva cultura e identidad alemana, radical y experimental, alejada de cualquier tipo de cliché.

¿Achacas entonces esa decisión creativa a un cierto posicionamiento político?
En mi caso dejar de lado la música americana fue algo muy natural. Durante muchos años solo escuchaba rock por influencia de mi hermano y había muchas cosas que me gustaban. Todavía recuerdo la primera vez que escuché a Little Richard. Se me ponían los pelos de punta. Y me sigue pasando. Es un artista genial. También me gusta mucho Iggy Pop y en general toda la música anglosajona de los 60, pero cuando comencé a tocar mi propia música me di cuenta de que yo nunca podría hacer eso. Nunca seré Jimi Hendrix, obviamente. No solo porque nunca voy a tocar así, sino porque mis circunstancias no eran las mismas. Es entonces cuando decidí volver mi mirada hacia otros sonidos, como la música clásica. Mi madre era pianista y solía tocar piezas de artistas clásicos y de alguna manera eso también formaba parte de mi bagaje musical. Además pasé parte de mi infancia en Karachi, así que también estuve expuesto a la música tradicional pakistaní desde muy pequeño… pero bueno, ese es mi caso personal. No puedo hablar por todos los músicos alemanes de aquella época. Tampoco quiero contribuir a esa idea romántica de que de la noche a la mañana toda la sociedad alemana se puso a hacer música experimental y vanguardista (risas). Eramos cinco o seis grupos y ni siquiera estábamos en las mismas ciudades. Pero supongo que si hubo un cierto despertar cultural en Alemania. No sólo en la música. Cineastas como Fassbinder o Werner Herzog empezaron también a desafiar las leyes cinematográficas con películas muy interesantes.

Centrémonos en ti personalmente, ¿cuando conoces a Klaus Dinger y cómo decidís empezar a tocar juntos?
Bueno, a Klaus Dinger le conocí durante nuestro breve paso por Kraftwerk. Formábamos parte del mismo pequeño círculo en Düsseldorf, en el que estaba también Florian Schneider, Ralf Hutter, Conny Plank… un grupo muy heterogéneo de músicos que teníamos objetivos comunes. Todos estábamos interesados en impulsar un lenguaje musical libre de blues. En aquel entonces el blues inundaba toda la música que nos llegaba de Reino Unido y América. Y nosotros queríamos hacer algo distinto, algo nuevo. El primer día que fui a tocar la guitarra con Kraftwerk, allí estaba Klaus. Me quedé impresionado por cómo tocaba la batería. Era un músico impresionante, con un empuje y una fuerza que yo no había visto nunca antes. Pronto decidimos dejar la banda y formar Neu!

¿En aquel momento tenías la percepción de que estabas haciendo algo importante o significativo?
(Risas) No, no. Principalmente estaba feliz. Cuando sacamos el primer álbum recuerdo una sensación de satisfacción tremenda. La gente estaba impresionada con lo que habíamos hecho. Pero si me preguntas en aquel momento si pensaba que nuestra música pasaría a la historia… probablemente me reiría a carcajadas. No pensábamos en eso, ni por asomo. Tan sólo queríamos hacer algo excitante y totalmente diferente a cualquier otra cosa que existiera. No soy ni he sido nunca modesto en mis ambiciones. Supongo que innovamos en muchos sentidos. Para empezar éramos sólo dos músicos, guitarra y batería, y en aquella época eso era algo muy peculiar. Luego sí han existido muchas bandas de solo dos miembros, pero entonces éramos bastante únicos. Realmente queríamos conseguir algo único y ciertamente creo que lo hicimos. Para ello también fue muy importante trabajar con Conny Plank. De alguna manera fue el tercer miembro de Neu! en el sentido de que sin él nunca hubiéramos conseguido aquel sonido. Nunca se involucró en la composición de la música, pero sin duda su forma de grabarla contribuyo enormemente a conseguir lo que buscábamos. Hace poco estuve revisando unas cintas viejas de sesiones con él para pasarlas de analógico a digital. Impresionante. Era un auténtico genio capaz de sacar oro de cualquier cosa que tocáramos. Tanto Klaus como yo nos entendíamos muy bien con él, porque ambos buscábamos hacer una música radicalmente experimental, pero nos acercábamos a ese objetivo de formas totalmente diferentes.

“Klaus (Dinger) tomaba demasiado LSD… ¡Y se sentía orgulloso!”

He leído mucho sobre la relación entre vosotros dos, lo complicado que era todo… pero realmente nunca he llegado a entender al 100% cuál era el problema y por qué no seguisteis trabajando juntos…
Éramos tan diferentes. Nuestros caracteres no tenían nada que ver. Recuerdo como reaccionaba cuando algo no salía como él quería… Yo nunca quise ser su amigo. Lo digo así de claro. Nunca tuve esa intención. Sencillamente era un músico brillante y juntos fuimos capaces de crear algo que los dos disfrutábamos y amábamos…. Pero tenía muchas cosas que no me gustaban… no quiero ser malo… en realidad con el tiempo he aceptado que es imposible separar su carácter de su genio musical. Su fuerte personalidad inundaba todo lo que hacía: su determinación cuando tocaba en directo, etc. Las personas vienen con todo el equipo, no puedes separarlas en partes y quedarte solo con lo mejor…. realmente tampoco quiero profundizar mucho en esto porque por desgracia él ya no está aquí y no se puede defender. Pero tuvimos muchos problemas, Klaus era un hombre desesperado… a ver, tomaba demasiado LSD… no estoy diciendo nada que no sea público y notorio, él mismo lo dijo en muchas ocasiones ¡Y se sentía orgulloso! Si tomas tantas drogas como él al final tu percepción de la realidad se ve totalmente trastocada y ya no sabes lo que es real y lo que no… no sé ni que estoy diciendo, es una mierda que ya no esté aquí porque me encantaría ir a su casa, pegarle un puñetazo en la nariz y luego irnos a tomar una cervezas.

¿Es por eso por lo que decides formar Harmonia con Roedelius y Moebius de Cluster?
¡No! En realidad en el momento en que empiezo a tocar con ellos mi relación con Klaus no estaba tan mal o al menos todavía no era tan difícil. Aquello en realidad surgió de una forma mucho más casual. Los dos primeros discos de Neu! fueron un autentico fracaso comercial, en parte porque apenas hacíamos conciertos. Nos invitaron a tocar en Reino Unido, pero éramos conscientes de que solo nosotros dos no podríamos llevar el sonido del disco al directo, así que nos planteamos ampliar la formación. Yo había escuchado lo que estaban haciendo Cluster a través de Conny (Plank) que también les había producido y pensé en ellos como músicos de apoyo para nuestros conciertos. Hablé con ellos y me invitaron a su estudio… bueno, a su casa, porque vivían allí. Estaba en medio del campo, en un pequeño pueblo, Forst, donde ahora yo tengo también un estudio. Fui con la intención de convencerles pero al final me acabé quedando allí, tocando y experimentando con ellos. Así fue como surgió Harmonia.

¿Cómo reaccionó Klaus ante tu proyecto paralelo?
Bueno, nunca me dijo nada. De hecho seguimos trabajando juntos y todavía grabamos un disco más; “Neu! 75”, que para mucha gente es el mejor. Siempre se ha dicho que ese disco fue el resultado de una lucha de egos entre nosotros pero no fue así. Ambos queríamos lo mismo. Dos caras, una con una parte más atmosférica y otra más agresiva y que cada uno dirigiremos una de las dos. Nos peleábamos por muchas cosas, pero no por la dirección artística de Neu! Klaus quería tocar la guitarra y meter a otro batería; Hans Lampe, que después estaría también en La Düsseldorf y a día de hoy toca la batería conmigo…

Precisamente “Neu! 75” fue una gran inspiración para David Bowie. La influencia del disco en trilogía de Berlín es enorme… de hecho, el propio Bowie llegó a contactarte para que participaras en su creación… visto en retrospectiva ¿qué crees que pasó para que aquello finalmente no se materializara?
Bueno, fue todo un poco raro. Durante muchos años yo pensaba que aunque me propuso tocar con él finalmente cambió de opinión. Tampoco es que me importara, la verdad. En aquel momento yo era un músico relativamente conocido en Alemania. Acababa de publicar mi primer disco en solitario y por primera vez estaba funcionado bien económicamente. Yo estaba centrado en mi carrera, así que tampoco me lo tomé mal. Sin embargo, muchos años después, David Bowie dijo en una entrevista que aquello no salió adelante porque fui yo quien rechazó su oferta… cosa que nunca hice. A mí me llamó alguien de su compañía para decirme que finalmente Bowie prescindirá de mí en su nuevo álbum… Mi sensación a día de hoy es que nos engañaron a ambos. Los dos teníamos muchas ganas de trabajar juntos. Él conoció mi trabajo a través de Brian Eno y bueno… aquello fue una cosa muy simple: sencillamente dos músicos que querían juntarse para tocar. Ya está. Yo creo que lo que pasó fue que algún mánager de los muchos que le rodeaban decidió que aquello no era buena idea… a día de hoy todo el mundo piensa que los discos que hizo Bowie en Berlín son de lo mejor de su carrera, pero en su momento no funcionaron bien a nivel económico. Quiero decir para un artista tan famoso como era Bowie. La compañía esperaba que volviera a hacer un “Ziggy Stardust” y debieron pensar que lo último que necesitaban es que se juntara con otro músico alemán raro (risas), así que decidieron abortar aquella posibilidad.

Justo en ese momento es cuando comienzas a publicar discos acreditados a tu propio nombre. Después de dos bandas como Neu! y Harmonia, ¿por qué decides lanzar tu carrera en solitario?
Pues tampoco puedo decir que fuera una decisión como tal. Fue más bien algo que cayó por su propio peso. Harmonia era un autentico desastre a nivel de ventas. Vendíamos incluso menos discos que Neu! (risas). Por otra parte, las ideas de Roedelious y Moebius empezaban a ir en una dirección diferente a la mía. Ellos cada vez se inclinaban más hacia lo música ambiental, mientras que yo buscaba trabajar con sonidos más rítmicos. Así que la mezcla de esas dos cosas hizo que poco a poco Harmonia fuese dejando de existir. Nunca fue mi intención hacer discos en solitario, no fue el resultado de un plan maestro… sencillamente ocurrió así. El primero de todos, “Flammende Herzen” (Sky Records, 77), fue un gran paso para mí. Prácticamente lo hice todo solo. Toqué casi todos los instrumentos y hasta entonces nunca lo había hecho… aunque también conté con ayuda. Convencí a Jaki Liebezeit (CAN) para que tocara la batería… y también estaba Conny (Plank), claro.

“La compañía (de Bowie) quería un nuevo “Ziggy Stardust” y debieron pensar que lo último que necesitaba era juntarse con otro músico alemán raro”

Por primera vez en tu carrera vas a interpretar en un mismo show temas de todas tus bandas y también de tu etapa en solitario ¿Qué te ha llevado a hacer esto?
Pues no ha sido fácil, especialmente ahora que ni Klaus (Dinger) ni Moebius están aquí. Pero al mismo tiempo es muy natural. Son canciones que están muy cerca de mi corazón. La primera vez que toqué canciones de Neu! sin Klaus sí que fue más complicado. Entonces llevaba más de 22 años sin tocarlas… pero ahora es diferente, quizás he llegado a un momento en el que necesitaba hacerlo… Si me hubieras preguntado hace 16 años te hubiese dicho que jamas volvería a tocar Neu! en directo. De todas maneras no va a ser sencillamente tocar las canciones tal y como suenan en disco; habrá una parte de experimentación en directo, un sonido diferente que hará que todo tenga sentido. Pero tampoco serán cambios drásticos, el significado se mantendrá intacto. Además llevo una banda muy compacta, con Franz Bargmann de la banda berlinesa Camera y sobretodo Hans Lampe, que como te comenté estuvo también en La Düsseldorf… de alguna manera es como si cerrase un circulo.

¿Habrá algún tema nuevo? ¿Tendremos un nuevo disco de Michael Rother en un futuro próximo?
Ummm… pues de momento no. Ya no me fascina grabar discos, he perdido un poco de interés en ello. El año pasado grabé la banda sonora de dos películas (“Die Räuber” y “Houston”) y fue una buena experiencia, pero es diferente. Se trataba de crear música inspirada en imágenes, no es como hacer un disco que me represente a mí. Aunque igualmente te digo, quizás en unos años esto pueda cambiar y vuelva a interesarme… ¿quién sabe? Pero de momento, creo que no. Me interesa más presentar la música en vivo, ver la reacción de la gente, eso es lo que realmente me gusta y lo único que me apetece hacer a día de hoy.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.