Bleeds
Discos / Roots Manuva

Bleeds

8 / 10
Raúl Linares — 24-11-2015
Empresa — Big Dada
Género — Rap

Rodney Smith aka Roots Manuva salió a la palestra en el 1999 con un “Brand New Second Hand” que fue publicado en el subsello de Ninja Tune Big Dada y que fue recibido con los brazos abiertos por esa comunidad hip-hop inglesa que siempre se había visto comparada y ninguneada con la escena norteamericana. Ese disco puso el foco de atención sobre un rapero con un flow lento y conciso, denso pero sin llegar ser espeso y con muchas cosas que decir y unas producciones que se alejaban de los estándares hip-hop del otro lado del Atlántico y las acercaban al sonido Bristol/ trip-hop. Ya con su segundo LP, “Run Come Save Me”, alcanzó su cenit de reconocimiento y de calidad, con un disco que no tenía prácticamente un segundo de relleno, repleto de clásicos (“Witness” como punta de lanza) y colaboraciones de artistas como Chali 2 Na de Jurassic 5, que le llevó a un público más amplio, alejado de la escena hip-hop y de las calles. Tras esto llegaron un disco de remezclas del “Run Come…” y algunos discos interesantes como “Slime & Reason”, en el que contaba con el apoyo en la producción de gente tan interesante como Toddla T. Entre medias le vimos colaborar con propuestas tan interesantes como Cinematic Orchestra, Leftield o Gorillaz, y poco a poco ir convirtiéndose en uno de los iconos de la escena. Pero poco a poco toda esa fuerza y esa novedad se fueron diluyendo en discos funcionales y correctos, que no llegaban al corazón como lo hicieron sus dos primeros lanzamientos.

Todo esto hasta la llegada de este “Bleeds” que nos ocupa, en el que Rodney ha decidido dar un paso más adelante y ha vuelto a ponerse en el escaparate mediático gracias al trabajo bien hecho. Parte de la “culpa” de esa vuelta la tiene ese equipo de productores del que se ha rodeado, en él podemos encontrar a gente como Four Tet, Adrian Sherwood, With You (aka Switch) y el joven productor Fred. Uno de esos planteles de lujo que sobre el papel quedan genial, pero que luego a la hora de la verdad pueden hacer peligrar la cohesión del disco ante los diferentes estilos que practican.

Pero es ponerse el disco y comenzar con “Hard Bastards” y las dudas se disipan. La producción suena actual pero sigue teniendo ese poso oscuro y levemente experimental que tanto nos gustó, y luego está el flow de Rodney, que se preserva con la misma frescura que la de los primeros discos, pero con ese poso de veteranía tanto en su voz como en las letras que le hacen único y difícilmente imitable. La primera producción de Switch, “Crying”, se encarga de subir un poco más el nivel con unos ritmos cercanos al trap y unos sampleos de un bebé llorando que queda de lujo lo que, unido a esa voz profunda, deriva en otro punto por gran temazo para este hombre. Todo este nivel sigue sin caer gracias a “Facety 2:11”, con Four Tet a los controles - lo que asegura calidad y clase – con una producción algo alejada de lo que nos viene ofreciendo últimamente y que recuerda un poco a MIA. “Don’t Breathe Out” tiene la ayuda a los controles del gran Adrian Sherwood y viene a dar un poco de luz a un disco que comenzaba algo oscuro y cabreado, con un sample bien escogido de Barry White. El momento emocional llega con “Cargo”, donde Smith se deja la voz para transmitirnos todo su pesar y que cuenta de nuevo con Sherwood a los controles. El nivel se mantiene hasta que llegamos de nuevo a otro de los momentos álgidos del disco, ese precioso “I Know Your Face” con la colaboración del compositor Max Richter, que le da su toque neo-clásico. La decepción del disco viene al final, con un “Fighting For?” algo blando y poco cohesionado, pero que no quita en ningún momento el buen sabor de boca que deja este disco, que nos ha devuelto a un Roots Manuva con muchas nuevas (y buenas) ideas y ha servido para volver a poner a este hombre donde se le merecía.

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