II

La cinematográfica propuesta del angelino Aaron M. Olson bajo su aias L.A. Takedown crece sobremanera respecto a su debut homónimo publicado en 2015. En esta ocasión el compositor se arropa de una banda formada por siete músicos para que cada uno de los temas de este “II” tenga un espacio vital muy amplio. La sensación que desprende el trabajo tras varias escuchas es la de estar viviendo diferentes películas de una forma muy intensa, ya que la gran concentración de melodías en determinados momentos supone un gran dinamismo en la escucha. Sin caer en ninguna ocasión en la saturación y el desorden, el disco se encuentra planteado a través de temas que sirven de pequeño oasis, como es el caso de “City of Glass” o “Us”, reflejando una mayor ligereza en lo que viene a ser una aproximación mucho más medida a un formato pop más reconocible. Al final, las ideas reflejadas de forma instrumental no distan demasiado del panorama que se presentaría si el apartado vocal estuviese presente, ya que las insistentes melodías, muy propias del kraut, actúan de perfecto vehículo a la hora de romper todo tipo de linealidad.

La conexión existente entre los temas se debe a la repetición de recursos instrumentales, más que optar por continuar las líneas de un género definido. Por ello, todo lo que aparece en el trabajo puede tomar aires muy diferentes según el momento en el que los escuches. Desde el contrapunto de guitarras sintetizadas muy al estilo de Ratatat, hasta los guiños a las bandas sonoras de Vangelis a la hora de ponerse más ambiental. Tampoco faltan los matices épicos, logrados al final de temas como “The Most Crucial Game”, creciendo de una forma escalonada para dejar el pabellón bien alto. La ambición de Aaron por reflejar escenarios de rodaje que se amoldan a situaciones diferentes es la más pura metáfora de lo que consigue constantemente con su sonido. De este modo, nos encontramos ante un disco que remite directamente al futurismo, intentando que los límites se encuentren totalmente difuminados.