After The Rain
Discos / Benjamin Francis Leftwich

After The Rain

6 / 10
Guillermo Chaparro Terleira — 16-08-2016
Empresa — Dirty Hit
Género — Folk

Cuenta el propio Benjamin que estaba viendo una película sobre una orca australiana en el sofá junto a su novia cuando escuchó por primera vez el nombre de Tilikum. Le gustó tanto que su pareja y él coincidieron en llamar así a su primer hijo. Años después, rompería con aquella chica y aquel nombre pasaría a ser el título del single y tema que abre su nuevo álbum, “After The Rain”.

Cinco años han pasado desde el lanzamiento de su primer trabajo, "Last Smoke Before The Snowstorm" (2011). Un largo periodo justificado por una ruptura amorosa, situaciones complicadas varias y tragedias familiares (en concreto la muerte de su padre). Circunstancias que le apartaron de la música de la misma forma que, posteriormente, le devolvieron las ganas o, mejor dicho, la necesidad de escribir y de componer para “mantenerse vivo entre tanta atmósfera de tragedia”, tal y como confiesa el músico de Yorkshire. La tarea no era sencilla, pues afrontaba este segundo álbum tras vivir la cara y la cruz de un primer lanzamiento. Por un lado, "Last Smoke Before The Snowstorm" le había posicionado como uno de los cantantes más prometedores de la escena indie-folk, logrando incluso que su canción “Shine” fuera el tema más escuchado en Spotify en el año 2014. Pero claro, esto le dejaba grandes expectativas sobre su segundo álbum, un papelón difícil del que más de uno y de dos no han sobrevivido, ¿o acaso no os suena el término de one hit wonder?

Bajo la producción de Charlie Andrew (ALT-J, Money), “After The Rain” se presenta como un disco elaborado a fuego lento y de atmósfera tenue, como se puede percibir desde los primeros acordes de "Tilikum". Por supuesto, el amor y las tragedias vividas son el timón que guía las letras y la naturaleza del álbum donde los sentimientos van y vienen entre una visión gris y otra más esperanzadora. Mientras que, por ejemplo, "Cocaine Doll" nos advierte de lo peligroso que puede llegar a ser dejarse llevar por el mundo de la otra persona, "Some Other Arms" nos habla sobre otro tipo de amor, aquel que sentimos por alguien que, pese a no estar ya juntos, seguimos deseando que sea feliz. Siguiendo con esta ambivalencia de sentimientos nos encontramos con "Summer", tema que aporta al disco un halo esperanzador.

Esta intención de indagar y crear su camino entre la oscuridad y la luz le hace correr el riesgo de perderse, lo que en el disco se traduce en un cierto acercamiento al pop empalagoso y artificioso en ciertas canciones y que nos hacen recordar, por desgracia, al sonido de los últimos trabajos de Chris Martin y los suyos, como sucede en "Kicking Roses" y "Just Breathe", alejándose así del indiefolk por el que se dio a conocer y que, por otro lado, aún queda bien representado en temas como "Groves" o "Day By Day".

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