La sierra mecánica
Conciertos / Su Ta Gar

La sierra mecánica

8 / 10
Urko Ansa — 01-02-2016
Empresa — Jimmy Jazz
Fecha — 30 enero, 2016
Sala — Jimmy Jazz Gasteiz, Vitoria-Gasteiz
Fotografía — Sergio Martín

Nada menos que los reyes del metal y los faraones del stoner rock para amenizar esta fría noche de sábado. La elección era acertada: no había otro bolo comparable en 500 kilómetros a la redonda. Tutan Come On salió decidido: sonó aplastante y abrumador desde la primera “Beti heltzen da drama” y, a pesar de que fue una actuación exageradamente corta (¡8 temas! WTF?), aprovecharon su momento y dejaron impronta entre un público que poco a poco fue llenando la sala, a la espera (suponemos) de la actuación principal. Kanda y Salterain, dúo que suena a trío o a cuarteto, poseen seguramente uno de los sonidos más profundamente penetrantes del panorama. Dos tíos con un potencial temible.

Y en esas siguieron, tras cambiar Kanda su guitarra por otra con distinta afinación, con “Tutan Come On” del primer disco, del que sonó seguido “Jada hilda” que, como el anterior, sonó a gloria. Volvieron con decisión al nuevo trabajo, nada menos que con “Infernuko hegoaldean”, un “Otso bakartiaren balada” más Sabbathiano que nunca, la canción-título “Emaidazu mainstream” (una auténtica declaración de intenciones no exenta de ironía) y “Ezin zaitut begiratu”, para finiquitar con el portentoso “Microsievert” del anterior CD. Kanda mantiene ese timbre de voz entre demoníaco y melódico, mientras Salterain machaca y mantiene el ritmo –con sonido atronador, eso sí- con gran eficacia y seguridad.

Su Ta Gar ofreció un auténtico torrente de guitarras afiladas y velocidad, con su ya clásico galopar de batería y bajo como motor. Canciones del último disco como las tremendas “Txakurrak solte” o “Piztia” del anterior convivieron al mismo increíble nivel con los clásicos “Mari” o la apasionante “Begira”. El instrumental “Jaiotze basatia” fue tal vez de lo mejor de un repertorio impecable. Pocas veces veremos al público vivir de esa manera todos los pasajes, solos y desarrollos de un tema instrumental. Es como un auténtico hit pero sin letra. Increíbles, por su fuerza y velocidad, Galder a las baquetas (¿Cómo diablos puede hacerlo?), Xabi y Aitor sentando cátedra y un Igor ya totalmente integrado en la maquinaria de una banda para la cual no parecen pasar los años. Y si lo hacen, es para mejor. Igor, el benjamín de la banda y bajista del grupo Kalte, ha sido el último en llegar, pero se ha amoldado rápidamente en el engranaje de la banda y en directo ha adquirido mucha presencia.

Su Ta Gar por Sergio Martín

Sonaron muchos de los imprescindibles como “Etsi gabe”, la coreadísima “David eta Goliath”, “Nazka”, “Hitz margotuak”, “Gau iluna amaitu da”, “Arbasoen mendekua” junto a otras más recientes pero no menos míticas como el poderoso “Jainko hilen uhartean” (atronador como siempre), “Ametsak pilatzen”, “Itsasoz beteriko mugetan” o “Azken gurutzada”. Por lo demás, cada uno echará de menos sus favoritas, por lo que queda claro que este grupo tiene varios repertorios posibles. Siguen pasando por alto aquel “Sentimenak jarraituz” del 96 aunque también, al menos en esta ocasión (si no me equivoco), el “Munstro hilak” (93). Una vez más, “Jo ta ke” fue una de las triunfadoras, con el público cantando desde la primera hasta última letra, y con toda la sala puños en alto en el estribillo.

Nos esperaban unos generosos bises (8 en total), con nada menos que “Geroaren hazi heziak” y la balada por excelencia “Itxaropena” para abrir boca, para retirarse de nuevo con “Rotaflexa garraxika”. Tuvieron que volver, ya que de allí no se movía nadie, con las ya comentadas instrumental “Jaiotze basatia” y el increíble “Begira”, para atacar con “No somos nada” de La Polla Records. Cuando parecía que ya habían terminado, volvieron con esa maravilla de guitarras cortantes llamada “Agur jauna” y, ahora sí, con el acabose de “Haika mutil”, versión ultra-metalizada del clásico de Mikel Laboa (a su vez, una versión de un tema popular vasco).

Resulta, cuando menos, curioso que un grupo de estas características, que no ha publicado un disco malo y que el año que viene cumple 30 años, no tenga todo el reconocimiento que se merece en el resto del Estado. La historia les pondrá en su lugar, que no es otro que la primera división del metal europeo de los últimos 30 años.

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