En poco más de un año Benjamin Marra ha pasado de ser un total desconocido en nuestro país a convertirse en referente del cómic underground más salvaje. La culpa la tienen la gente de Autsider, que se han lanzado a la aventura de publicar volúmenes del norteamericano con desenfreno: “Sangre americana”, “El azote del terror: C.A.U.”, “Intermediary Mund” o este “Acero y láser”, cada uno con un formato editorial radicalmente diferente y planteamientos temáticos también distintos aunque todos ellos unidos por el inconfundible estilo gráfico de Marra y por su afición a la violencia gratuita y el sexo chungo.
Por supuesto todo eso está presente en “Acero y láser”, un entretenimiento de 36 páginas en bitono que argumentalmente se encuentra bastante cercano al “Pudridero” de Johnny Ryan. Como en este la dupla protagonista -una suerte de He-Man de movimientos inarticulados y su socio Láser, que obviamente recibe el nombre por su habilidad con el susodicho- recorre el Universo tropezándose con extrañas criaturas a las que inevitablemente tendrán que enfrentarse en combate a muerte. Con el cómic de superhéroes clásico la historia comparte la infalibilidad de sus protagonistas y, de hecho, el ejercicio de gamberrismo gráfico de Marra podría interpretarse como un broma y un guiño a todos aquellos niños que crecieron con Marvel y DC y hoy peinamos canas. Un ejercicio nostálgico de deliberado mal gusto que posiblemente provoque miradas a medio camino de la condescendencia y la reprobación entre el resto de componentes de la familia… Nadie dijo que llegado a cierta edad ser comiquero fuera fácil. Que se lo digan al propio Marra.
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