Retrovisor: The Associates
Especiales / The Associates

Retrovisor: The Associates

Luis J. Menéndez — 17-10-2016
Fotografía — Archivo

Origen: Dundee, Reino Unido. Etapa: 1976-1997

Uno de los aspectos más peculiares de la evolución de la música popular tiene que ver con el tiempo que un grupo tarda en quemar etapas y reinventarse a sí mismo. Curiosamente, aunque todo resulta infinitamente más inmediato hoy, ese proceso se ha ido alargando en las últimas décadas. Ejemplo paradigmático es el tiempo que va de “Rubber Soul” (65) a “Abbey Road” (69), cuatro años tan solo con radicales cambios de tercio estilísticos de por medio. Y algo parecido podría decirse de la primera etapa de The Associates, la que va de 1979 a 1982. Rankine y Billy Mackenzie se conocieron en Dundee en los años previos al punk y, como tantos grupos de la época, tenían tan claros sus referentes (Roxy Music, Bowie...) como los sonidos que consideraban detestables (básicamente el prog y las stadium bands). Si acaso y frente a otros compañeros de generación la pareja mostraba una mayor apertura de miras, lo que a la postre se tradujo en un sonido a caballo de la experimentación post-punk y el ala arty del movimiento new romantic, escurridizo, difícilmente catalogable en realidad...

Fiction Records firmó al dúo para convertir a The Associates en su principal baza comercial junto a The Cure, que por aquellos días también registraban su primer disco. No es el único paralelismo entre los escoceses y la banda liderada por Robert Smith: en ambos casos su evolución sonora fue tan fulgurante que a la hora de presentar en sociedad su debut ellos mismos lo calificaron de decepcionante. Además Michael Dempsey, bajista de The Associates y salvaguarda del legado sonoro de la banda, había formado parte de la primeriza formación de The Cure.

El inconformismo llevó a Mackenzie & Rankine a grabar en los siguientes meses una serie de singles que su nuevo sello, Situation Two, acabaría reuniendo en una suerte de recopilatorio, “Fourth Drawer Down” (81). A pesar de haber desarrollado un sonido cada vez más personal, de los experimentos sonoros de Rankine (grabaciones de la batería al sumergirse en el agua o el resultado de orinar sobre una guitarra acústica) y la resistencia de Mackenzie a girar y ceder a las exigencias de la industria, la popularidad del grupo iba en aumento, asomándose a las portadas de la prensa musical. En ese momento The Associates publican “Sulk” (82), el último disco en el que se presentan como dúo antes de que Rankine abandone el barco y posiblemente la mejor muestra de las múltiples caras de una banda capaz de componer hits como “Party Fears Two” en un contexto cercano a la vanguardia pop.

Billy Mackenzie aún publicaría dos discos más como de The Associates antes de caer en una profunda depresión y suicidarse en 1997, a los treinta y nueve años de edad. Rankine trabajaría en los siguientes años vinculado a diferentes artistas del sello Les Disques De Crépuscule y hasta echaría una mano en la producción del debut discográfico de otros escoceses ilustres, Belle & Sebastian.

Disco imprescindible:  “Sulk” (Beggars Banquet, 1982)
En realidad podríamos señalar como imprescindibles cualquiera de sus tres primeros discos, aquellos en los que Rankine afrontaba la parte musical y Mackenzie se centraba en las letras, aportando un impresionante registro de tenor ligero. Si acaso “Sulk” es aquel disco en el que el dúo mejor plasmó su concepción musical, con una cuidadísima producción y algunos de sus temas más reconocibles (“Party Fears Two”, “Gloomy Sunday” o “Club Country”).

 

Están de actualidad por: La reedición remasterizada por BNG/Pias de sus tres primeros discos (“The Affectionate Punch”, “Fourth Drawer Down” y “Sulk”) que además incluyen un segundo disco de bonus tracks.

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