Han pasado ya varias semanas desde que se puso punto y final a Ebrovisión 2021, una edición singular, sin número ordinal asignado, marcada por las restricciones de aforo, la distancia social y el uso obligatorio de mascarilla. A pesar de las circunstancias, la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, organizadora de Ebrovisión, ha valorado muy positivamente el resultado de esta edición especial, tal y como nos lo comenta Rami, director del evento: "La verdad que muy contentos con el resultado, con el desarrollo del evento y sobre todo con la respuesta que tuvo el público ante las bandas, la situación y el respeto por las normas y por los demás. Es complicado disfrutar de un concierto con mascarilla, sentado y sin poder consumir y aún así lo hicieron y mucho. No fue el Ebro más difícil de llevar a cabo, pero fue sin duda uno de los que más vueltas hemos dado a su organización. Como ejemplo, hubo menos gente (850 fue sold out) pero hubo trabajando más personal en seguridad y cumplimiento de protocolos que una edición normal. Movimos más de 3000 sillas en todo el fin de semana...una locura. A día de hoy, ya hemos celebrado conciertos de pie nuevamente y mi sensación personal es que parece que toda esto que hemos vivido no hubiera sucedido jamás y que esta es la realidad, la de estar de pie, no existe otra, es curioso. Y ahora ya pensando al 1000% en el xx aniversario de Ebrovisión, que se celebrará el 1, 2 y 3 de septiembre de 2022, que será un bonito regalo para nuestro querido público y como tiene que ser siempre un regalo, será sorpresa, un auténtica sorpresa, un cartel ciego 100% y repleto de sorpresas. Algo que nadie se debiera de perder."
Alrededor de 2000 personas ha disfrutado de las tres jornadas de conciertos a finales de agosto, agotando las entradas para los que se celebraron en el Multifuncional de Bayas, el escenario con mayor aforo del festival, que el viernes acogió los conciertos de Tina Pámpano y Sidonie. Allí tuvo lugar el sábado ese esperado reencuentro del público ebrovisivo con La M.O.D.A.. El septeto burgalés dio, como suele ser habitual, una nueva lección de entrega y de actitud. Antes de ellos, el cuarteto malagueño La Trinidad llenó el recinto de ruido, electricidad y energía desbordante. Otro de los puntos fuertes del festival son las actuaciones matinales, donde el público vibró con el cuarteto navarro Kokoshca, reforzados con las teclas de Javi Betacam, y a Menta. El domingo, La Fábrica de Tornillos contó con la actuación de los veteranos Corizonas.
Pero esta edición no se ha quedado aquí: la música arrancó en julio con la actuación de Shinova en el teatro Apolo, y Mujeres y Grises en el Castillo de Miranda. Un gran aperitivo para el remate final que llegó al final del periodo estival. Ahora toca esperar algo menos de un año para esa impresionante XX aniversario que no decepcionará con un cartel sorpresa.
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