Nacidos en Vallirana (Barcelona) en plena eclosión de la independencia, hablar de Desechables significa hablar de la historia del rock de este país. No en vano se hicieron con un hueco gracias a una propuesta sónica poco usual (guitarra, batería y voz, sin bajo). Se les comparó a los Cramps, pero no cabe duda de que los catalanes iban más allá. Su rock’n’roll minimalista, agresivo y chirriante repasaba treinta años de rock dotándole de una clara actitud punk, que les llevaría a convertirse en una auténtica leyenda negra nacional. Eso de sexo, drogas y rock’n’roll acabaría convirtiéndose en una suerte de motor autodestructivo que desembocaría en la trágica muerte de Miguel, guitarra y fundador de la banda, al intentar atracar una joyería con una pistola de juguete. Miguel, Dei Pei (batería) y Tere (vocalista) formaron parte de esa juventud que viviría la transición española, esa juventud que debía romper con lo establecido para poder demostrar que estaba vivo. A Desechables debemos verles en este contexto. Ahora, más de una década después, Desechables vuelven a estar de actualidad por la reedición que Munster Records ha hecho de su material más explosivo y salvaje: su primera maqueta, fechada originalmente en 1982, y su primer álbum, «Golpe Tras Golpe», editado por primera vez en 1984.
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