Justin Vernon dice que concibe sus cuatro álbumes como las cuatro estaciones del año. Empezó su ciclo con el invierno más bello que hemos concebido jamás, "For Emma, Forever Ago" (08). Le siguió el florecer cálido de la primavera homónima, "Bon Iver" (11), llegando al verano electrizante de "22, A Milion" (16). Ahora, tras tres estaciones, llegará el otoño anticipado en forma de 13 temas para volver a abrir nuestro corazón a la magia de Bon Iver y su próximo "i,i"(19).
Es el cuarto de la saga, el que cierra el círculo. Y para Justin Vernon es algo especial: “Siento que es el disco más adulto, el más completo. Es como cuando vas pasando a través de esta vida, cuando el sol comienza a ponerse, y lo que ocurre es que empiezas a ganar perspectiva. Y entonces puedes aplicar esa perspectiva hacia un trabajo más honesto y generoso”.
Hay que tener en cuenta las dos etepas de grabación del disco. Una primera parte en Texas, en April Base, y la segunda en Wisconsin, Sonic Ranch. En este cambio se ve que Bon Iver aprovechó al máximo el espacio. Presicamente la estancia en Wisconsin condujo a Vernon a un estado creativo calmado, que canalizó hacia el corazón de cada uno de los temas que compuso. “Nos permitió sentirnos confiados y a gusto, plenamente libres de cualquier distracción”, afirma Vernon. “No creo que abandonase el lugar en seis semanas. Y en muchos aspectos la historia del álbum es más la historia de aquellas seis semanas que la de los casi seis años que tienen algunas de las canciones”.
La distorsión vocal ha quedado en el verano de "22, A Million", que en su día reflejo el miedo y el pánico. En este nuevo trabajo Justin Vernon nos canta sobre el balance entre individuo y comunidad, entre inspiración y creación. Ojala el 30 de agosto llegue pronto. Hoy, por lo pronto, actuará en el Mad Cool de Madrid, y mañana pasará por el NOS Alive de Lisboa.
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