Según la denuncia presentada el pasado 13 de agosto ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York, los hechos habrían sucedido en numerosas ocasiones entre abril y mayo de 1965, cuando el cantante tenía 23 o 24 años, en su apartamento del Chelsea Hotel en Manhattan. Dylan supuestamente utilizó su estatus de músico para ganarse la confianza de la víctima, conocida como J.C., y "obtener el control sobre ella como parte de su plan para abusar sexualmente de J.C.", además de "suministrar a J.C. alcohol y drogas y abusar sexualmente de ella en múltiples ocasiones", según la denuncia.
La supuesta víctima, una mujer de 68 años de Greenwich, Connecticut, le acusa de asalto, agresión, detención ilegal y daños emocionales. Además, establece una relación entre el alcohol y drogas ofrecidas por el artista, además de "amenazas de violencia física", para que estuviese menos cohibida y así "abusar sexualmente de ella". La mujer ha explicado que estos hechos le han llevado a sufrir problemas de depresión y ansiedad permanentes que le ha impedido llevar a cabo algunas actividades con normalidad.
Por su parte, el artista se ha pronunciado a través de su representante, quien ha negado los hechos y ha calificado que las acusaciones "de 56 años de antigüedad no son verdaderas y serán defendidas vehementemente". El abogado de Dylan, Daniel Isaacs, ha argumentado que "la denuncia habla por sí misma y probaremos nuestras alegaciones en un tribunal".
La denuncia se presentó un día antes de la finalización del período de abierto en Nueva York por la Ley de Víctimas Infantiles, que permitía presentar cargos de abusos sexuales infantiles que habían prescrito. La ley, aprobado en febrero de 2019 en el estado, tenía vigencia de un año, pero por motivos de la pandemia decidieron ampliarla un año más.
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