Violeta (voz, bajo), Pablo (batería) y Fa (guitarra) me emplazan en un bar castizo del barrio de Prosperidad para hablarme de esta nueva singladura. Tan honestos, sarcásticos y directos como sus canciones de punk pop siniestro, me confiesan que su nuevo trabajo estuvo cerca de no hacerse realidad. Su nueva era empezó precisamente en ese mismo bar.
El caso es que Luis Fernández de Sonido Muchacho dio vía libre a su cuarto LP en el momento más delicado del grupo, y en los próximos meses tienen por delante la gira más potente que nunca han hecho por salas españolas: doce fechas con paradas en ciudades inéditas.
Tienen el mérito de haber hecho dos giras americanas que les dejaron muy buen sabor de boca. “Es verdad que en Estados Unidos nos suele ir bastante bien, no sabemos por qué -dice Fa-. Hay mucho público latino, y sobre todo en la zona de Los Angeles es muy agradecido”. Violeta afirma que en realidad es más fácil hacer una gira en Estados Unidos, “porque son vacaciones”, mientras que aquí hay que compaginar las fechas con el trabajo.
De octubre a marzo de 2026 vais a hacer la gira más ambiciosa que habéis hecho nunca por aquí, ¿no?
(Pablo) Sí, al entrar en Sonido Muchacho un poco lo que buscamos es también eso: abarcar un poquito más del espectro que teníamos antes.
¿Entrar en el sello lo veis como una culminación o el principio de una nueva etapa para llegar a más gente?
(Pablo) La intención es llegar a más público, cambiar el espectro.
(Violeta) Es que teniendo el sello en Londres, nos dimos cuenta de que nos conocía más gente fuera que en España. Cada vez que nos llamaban para tocar, era fuera. Habíamos tocado más en sitios de Europa, Estados Unidos…Y luego, el público de La Vida Es Un Mus nos flipa, es muy DIY punk, etcétera, pero estamos un poco viejos para eso (risas). Queríamos ver si salían otras cosas.
(Pablo) Queremos seguir haciendo cosas ahí, pero no exclusivamente.
“Lo único que te queda después de la rutina del trabajo es soñar con un paraíso al que nunca vas a llegar"
Primer disco para Sonido Muchacho, pero “Pesadilla adulta” transmite ese malestar con la realidad cotidiana que os caracteriza a vosotros y más artistas actuales. El disco se llama “Hawai”, que suena a algo muy utópico. ¿Diríais que el disco va muy por ese camino de escapismo?
(Violeta) Es nuestro camino, no conocemos otro. Nunca nos ha ido bien en la vida.
(Pablo) Lo único que te queda después de la rutina del trabajo es soñar un poco con un paraíso al que no vas a llegar (risas).
(Violeta) Barajamos varias opciones. En un principio queríamos hacer un guiño a “Cemetery Gates”, la canción de The Smiths, porque nos parecía que tenía un ambiente parecido. Y de hecho, en la portada hay un cementerio porque íbamos por ahí. Pero también queríamos hacer un juego de palabras poniendo mal el título. No nos acabó de cuadrar, le dimos mil vueltas y “Hawai” encaja mucho con lo que solemos contar: con ese pesimismo y a la vez optimismo naíf de juntar las dos cosas. Al final se quedó así. “Pesadilla adulta” es también un guiño a Juanita y Los Feos, porque es el nombre del disco de Juanita y Los Feos.
(Pablo) Además, la portada de Fa es un cementerio, pero tuvo la idea de hacernos una foto como en los catálogos de la playa de los cincuenta. Lo que menos pega en un cementerio es ir vestido de playera, ¿no? Pues ahí estamos.
En lo musical, ¿diríais que habéis querido expandir más vuestro estilo en dirección al pop?
(Violeta) Normalmente hacemos lo que nos sale. Lo que pasa es que nos hemos ido quitando restricciones. Al principio intentábamos huir a posta del pop, porque como convivíamos con Juanita (y Los Feos), intentábamos hacer algo muy diferente. Luego, con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que siempre acabábamos tirando hacia lo que siempre hemos hecho Fa y yo: un sonido más oscuro, pero pop.
(Pablo) Incluso empezamos a simplificar mucho las estructuras. A veces nos volvíamos locos por querer hacer algo más raro, y al final nos dijimos: “Vamos a hacer algo pegadizo y bonito”.
(Violeta) Vamos a hacer lo que nos salga, y a quitarnos la losa de tener que hacer punk porque sí.
(Pablo) Aún así, la forma que tengo yo de tocar la batería, e incluso cómo Fa hace los punteos de guitarra, es como pop pero está dentro de un espectro punk. Pero si dijimos que el disco anterior era el más pop, éste es el más pop del pop (risas).
(Violeta) Y si hacemos otro, seguramente será más pop (risas).
Bueno, un trío tampoco te da tanto margen. Tienes pocos elementos a tu disposición.
(Pablo) Claro, vas jugando con la estructura básica.
(Violeta) Yo creo que el sonido es muy parecido, lo que cambia son las melodías y las estructuras, que hemos simplificado un poco. Pero al final, hagamos lo que hagamos, siempre acaba sonando a nosotros.
(Pablo) Esta vez la producción de Fran (Meneses) nos va perfecta. Ha perfilado más el sonido de la guitarra, incluso las baterías tienen un sonido más…¿cómo decirlo? Presente.
Hay una economía importante, de las estructuras a la instrumentación. Es decir, vais muy al grano.
(Pablo) Sí, y nos dimos cuenta en los ensayos. ¿Cuánto dura esto? Dos minutos (risas). Pero bueno, el primer disco tiene doce canciones y dura veinte minutos, esto no ha cambiado…
Has mencionado a The Smiths, y percibo una influencia en cuanto a la forma en que interaccionan guitarras limpias, baterías marcadas y bajos muy presentes. Me recuerda a los grupos alternativos británicos de aquella época. ¿Esto es deliberado?
(Fa) Desde que empezamos. Siempre hemos querido hacer punk, por meterlo en un género, pero desde que montamos el grupo hace mil años yo siempre tuve claro que había un estilo de punk que era el que me gustaba y yo quería hacer: con guitarras súper limpias, las melodías que hace Violeta encajan guay ahí.
(Violeta) Siempre hemos tendido a The Cure. Un punk más melódico…no sé cómo decirlo para no ofender a nadie.
Más “refinado”.
(Violeta) Lo has dicho tú…(risas).
Entiendo que era el sonido que buscabais con este disco.
(Pablo) Sí, llevábamos tiempo intentando que fuera un sonido más así, pero yo estoy bastante contento del sonido del anterior.
(Violeta) Hubo un punto de inflexión en el disco rojo (“Justicia cósmica”), que grabamos con Paco Loco. La grabación nos gustó mucho, pero la mezcla, con el tiempo, no nos acabó de convencer. Creo que el sonido era demasiado sucio.
Bueno, ésa es su especialidad…
(Violeta) Efectivamente. Nos encanta lo que hace, teníamos mucha ilusión de grabar con él, fue la hostia, pero al escuchar el resultado dijimos: “Joder, esto no es lo que nosotros hacemos”. Entonces, después de esa grabación intentamos volver a la limpieza, a las capas pero con espacio.
Hablando de temas concretos, me ha llamado la atención la letra de “Si no eres”. Es un enfoque original.
(Violeta) Eso es porque estuve hablando con mi terapeuta, y una de las cosas que me repetía era que yo no era una persona especial. A mí eso me cabreaba muchísimo (risas). Yo le hablaba de “la gente” y él me respondía: “La gente eres tú, eres parte de un ente comunal, no puedes abrazar la individualidad” y tal. A mí eso me tocaba mucho los huevos, y cuando quería provocarme, me lo repetía. De eso se trata la terapia…¿He aprendido algo? No, pero por lo menos he hecho una canción reflexionando sobre ello.
“Nos hemos quitado la losa de tener que hacer punk porque sí”
A la hora de componer, ¿vuestra idea es simplemente tratar de hacer la mejor canción que podéis en cada momento?
(Pablo) Siempre ha sido lo mismo. O Fa trae un riff, o a Violeta se le ocurre una melodía en el coche. Después lo vemos entre todos en el local, y vamos haciendo descartes. Lo que pasa es que con este disco han pasado tres años, porque se quedó un poco en standby…
(Fa) El grupo tuvo un momento crítico.
(Violeta) El disco casi se queda en la retaguardia por problemas personales. Casi fue una ruptura.
¿Y eso?
(Fa) Cosas de la vida, de los grupos… Nos juntamos porque estábamos haciendo las canciones que habíamos grabado en el local, y nos dimos cuenta de que teníamos un disco y que molaba.
(Violeta) De hecho, en ese momento yo dije: “Vamos a grabarlo y ya está”. Luego, empezamos a tocar las canciones y a grabarlas y pensamos: “Igual no se acabó”.
(Pablo) Es más, quedamos en este mismo bar para decidir qué hacíamos con la grabación; si se la llevábamos a Sonido Muchacho o seguíamos en el mundo de La Vida Es Un Mus. Se lo enviamos, y en el mismo día Luis dijo que quería el disco. Así que de la tumba a… (risas).
(Violeta) …una gira de veinte fechas (risas).
La gente no lo sabe, pero los grupos son así: muchas veces están en el filo.
(Violeta) Total. También es que llevamos mucho tiempo. Es muy difícil hacer algo diferente, no repetirnos. Habíamos hecho esas canciones, y ni siquiera le habíamos dado importancia. Cuando las volvimos a escuchar fue como: “Hostia, esto no se puede quedar ahí”.
(Pablo) Combinar un grupo con las vidas adultas, el trabajo y demás, desgasta mucho.
¿Qué dificultades encontráis para seguir con la ilusión?
(Violeta) Cada vez es más difícil compaginarlo con los trabajos, y también te haces mayor. A mí me flipa esa red del DIY que te acoge, te arropa y te cuida, pero a la vez tienes cuarenta y pico años y ya no quieres dormir en el sofá de un fulano. A la gente eso le cuesta mucho comprenderlo. Les dices: “Gracias, pero prefiero irme a un hotel”, y a veces se cabrean. Y joder, soy una señora mayor, tenéis que entenderlo. Yo ya he dormido en muchos sofás y suelos, y no me apetece. Me flipa que me hagas la cena, y me encanta conocerte y gracias, pero me voy a dormir a un hotel con mi mantita.
(Pablo) La otra cara es el festival donde te ponen cuatro patatas rancias porque no eres Fulanito. ¿No me puedes tratar mínimamente normal?
(Fa) Normalmente, en las okupas el catering es mil veces mejor que en muchos festis.
“Hay una generación de gente que desde el principio quiere ir bien”
Ahora que empezáis nueva etapa en Sonido Muchacho, que lleváis bastantes años y habéis visto todo el entramado de la escena, ¿qué opiniones tenéis de este mundillo postpandémico?
(Violeta) A mí me parece demencial, la verdad. La escena musical me parece cada vez más una lotería. Por supuesto, hay grupos muy buenos que lo petan y me parece la hostia que lo peten, pero hay otros exactamente igual de buenos a los que nadie hace ni caso.
Y hay otros tantos malísimos tocando en festivales.
Sí. Y conociendo el entramado y el mundo desde dentro, y la locura que se está liando con los cachés, yo creo que no es sostenible. Me alucina que haya gente que esté tocando en la Wurli y tres meses después, porque le ha nombrado Fulanito de tal en no sé qué programa, esté cobrando 33.000 pavos por bolo. Eso…
Se llama burbuja.
(Violeta) Claro, yo creo que tiene que reventar, pero parece que la gente no lo entiende. Creo que no saben cómo funciona esto.
(Pablo) Nosotros empezamos el grupo poco a poco. Y vas teniendo resultados. Ahora hay una generación de gente que desde el principio quiere ir bien.
(Violeta) Nosotros hemos visto cómo nos adelanta todo el mundo por la derecha (“y sin intermitente” matiza Pablo con guasa). Yo me alegro, pero también flipo. Hay veces que no te alegras tanto.
(Fa) A ver, yo creo que cuesta un poco de asumir y entender en qué sitio está tu grupo. Nosotros no nos podemos quejar, tampoco hemos hecho muchas intentonas por petarlo, haciendo un disco con más instrumentos y arreglos y buscando un productor más “moderno”. Siempre nos hemos mantenido en lo que nos gusta a nosotros, ya no tanto porque nos guste, sino porque es lo que creemos que sabemos hacer. Es nuestra forma de verlo.
(Violeta) Nunca hemos tenido ninguna intención de vivir de la música. Si lo fuera, estaríamos más jodidos. Siempre nos lo hemos tomado como algo al margen de nuestros trabajos, que hacemos porque nos hace sentir bien. Si viviésemos de esto, creo que se pervertiría absolutamente. Pero a la vez, ves a gente que acaba de empezar y te adelanta y dices: ¿Cómo es posible? ¿Qué ha hecho esta peña? Yo lo veo cada vez más como una especie de lotería.

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