Quizás Indigo Swing no sean tan populares como la avanzadilla del neo swing encabezada por Royal Crown Revue, Cherry Poppin’ Daddies o Big Bad Voodoo Daddy, ni tan enérgicos como los indispensables The Atomic Fireballs o Alien Fashion Show, pero no cabe duda de que tienen mucho que decir. Así lo demuestran sus tres álbumes hasta la fecha, «Indigo Swing» (publicado por su propio sello, Welt And Placket), «All Aboard!» y el reciente «Red Light», sobrados todos ellos de west coast swing purista y jump-blues de nivel. Nacidos en San Francisco en 1994, Indigo Swing evidencian influencias de Willie Dixon, Count Basie y, según las propias palabras vía telefónica de su vocalista Johnny Boyd –célebre coleccionista de corbatas vintage en los Estados Unidos-, también Chuck Berry o Sam Butera, aunque año tras año han ido fijando una personalidad más férrea que les ha dirigido desde un repertorio formado eminentemente por versiones a componer la mayor parte de sus piezas. «Siempre es magnifico interpretar un clásico, pero aún así lo principal es luchar por dar con tu propia identidad y creo que lo estamos consiguiendo». Habituales de clubes como el Deluxe o el Inferno Lounge en San Francisco y el Athletic Club en Los Angeles, Indigo Swing parecen mantenerse al margen de todas esas formaciones de neo-swing tan amigas de formar parte de completos carteles junto a bandas de rock, ska, pop, hardcore e incluso metal. Poco importa, el caso es que Indigo Swing son relativamente populares en los Estados Unidos –obviamente, en Europa su nombre apenas empieza a sonar- gracias a sus álbumes, de los cuales dos andan en manos de Time Bomb Recordings. «Aunque se trate de una independiente tenemos distribución multinacional mediante Bmg, así que lo único malo es que Time Bomb no cuenta con el suficiente dinero para promoción. De todas formas, ahora hasta Royal Crown Revue están en una independiente y eso que se trata de la formación swing más grande del momento».
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