“Con cada elemento de este disco hemos tenido en cuenta la sostenibilidad”
Entrevistas / Panda Bear & Sonic Boom

“Con cada elemento de este disco hemos tenido en cuenta la sostenibilidad”

JC Peña — 31-01-2023
Fotografía — Archivo

La química entre Pete Kember (Sonic Boom) y Noah Lennox (Panda Bear) culmina enReset (Domino/Music As Usual, 22), trabajo luminoso y fascinante en el que su amor por ciertos sonidos de los años cincuenta y primeros sesenta se funde con la electrónica psicodélica futurista.

El ex Spacemen 3 y el miembro fundador de Animal Collective viven en Portugal desde hace años y han solidificado una relación personal y artística que se remonta al álbum de Panda Bear Tomboy (2011). Les ha ayudado a superar los estragos del confinamiento embarcarse en esta aventura que se ha convertido en uno de los álbumes más luminosos y especiales de 2022: toda una celebración de la melodía, que incluye samples de canciones clásicas de artistas como Eddie Cochran o The Everly Brothers, y acaba de ver publicada su edición física. Domino también ha publicado una versión ampliada que incluye varias remezclas de nombres como David Holmes. Hablamos con ambos a través de Zoom.

Dada vuestra amistad y relación profesional, ¿esta colaboración era en cierto modo inevitable?
(PB) Probablemente sí. Trabajando juntos nuestra relación personal se ha hecho más y más íntima y cercana. Así que tengo la impresión de que era un poco inevitable acabar cerrando el arco.
(SB) No ha sido algo que hayamos planeado conscientemente, sino que más bien lo hemos hecho sin más. Empezamos a jugar con ello, la cosa fue creciendo y nos gustaba lo que iba surgiendo. Al final decidimos recoger los frutos.
(PB) Incluso la primera vez que trabajamos juntos en “Tomboy" Pete tocó algunas partes instrumentales que había añadido. De modo que hemos tenido esta especie de ímpetu colaborativo desde el principio.

“Ha sido una de esas raras ocasiones en las que todo encaja”

¿Cuáles fueron los retos que tuvisteis que superar en el proceso, teniendo en cuenta que el disco se hizo durante la pandemia?
(PB) Trabajar en esto fue lo menos complicado del mundo. Lo difícil, en aquel momento, era lo demás. Fue muy fluido. Ha sido una de esas raras ocasiones en las que tienes suerte trabajando en algo y todo encaja y funciona. No tuve que preocuparme mucho de que las cosas quedaran bien, en la mayor parte me limité a seguir mi instinto y todo salió muy rápido.
(SB) Complicaciones no, pero una de la razones por las que pudimos hacer este disco es porque disponíamos de más tiempo. Gracias a que habíamos hablado de diferentes cosas y salido juntos, tuve la idea. No hablamos tanto de ello en concreto, pero le mandé material a Noah y la energía encajó mucho en un momento tan duro para trabajar. No es que fuera complicado, sino que a nuestro alrededor estaba ocurriendo una mierda demencial. Creo que a los dos nos afectó. Ser capaces de sacar este disco fue muy interesante. En aquellas conversaciones habíamos hablado de buscar una salida a la adversidad y a los tiempos duros, sin dejarnos arrastrar escribiendo canciones miserables. Cuando Noah empezó a cantar en las canciones que le enviaba, vi inmediatamente que había algo muy inspirador. Lo podía sentir de un modo directo. Fue un proceso duro pero alucinante: la posibilidad de tener este material, trabajar en él y disfrutarlo.

Parece claro que el tono jovial del álbum es una clara reacción a lo que vivimos en aquel momento.
(PB) Sí, queríamos hacer algo que fuera edificante y energético para la gente. Teníamos esa esperanza desde muy al principio.
(SB) Durante el confinamiento fue una de mis grandes escapatorias. Hoy me lo decía una persona con la que hemos hecho un vídeo: a mucha gente que tenía que ver con las industrias creativas de repente le pareció que lo que hacía era irrelevante dentro del gran esquema de lo que estaba sucediendo. Digamos que la cura no iba a venir por ahí. Pero según la cosa se desarrollaba, me empecé a dar cuenta de lo importante que es la música para mí, y qué es lo que puede hacer para cambiarme mi marco mental. Así que empecé a bucear entre mis discos para sacar todo lo que me pareciera optimista. Una vez decidimos que queríamos tener esa positividad, fue divertido tratar de pulsar todas las teclas que pudiéramos.

¿Y por qué fueron ciertas canciones de finales de los cincuenta y primeros sesenta las que propulsaron el disco?
(PB) Lo más explícito son los samples. Aunque deberíamos decir que Pete me envió entre treinta y cuarenta loops y pasajes musicales, y lo que pasó es que los que me dieron ideas eran, a grandes rasgos, de esa época: finales de los cincuenta y sesenta. Las canciones se basan en música de ese periodo. Todo empezó con segmentos de música de entonces, así que era imposible sacar de las canciones esa especie de residuo. Pero creo que, al mismo tiempo, ambos queríamos hacer algo que mirara hacia delante. Tratamos de sugerir o inventar algo que fuera nuevo.
(SB) Sí, el disco no suena a nostalgia de un pasado que nunca existió, y muestra esperanza por un futuro que nunca llegará. De ninguna manera queríamos sonar retro. Lo que me gusta de trabajar con Noah es que a ambos nos interesa incorporar sonidos inusuales, pero sacándolos un poco de contexto. Ha sido bonito mezclar elementos y sonidos electrónicos que no existían en aquella era con música Do-woop o Motown. Hacer algo simplemente retro habría sido un bajón. Pero en este contexto, cosas que yo probablemente habría considerado cursis, como las voces del Do-woop o un solo de guitarra, de repente molaban. Ha sido divertido jugar con cosas así. Nunca lo había hecho antes y ha sido muy divertido.

¿Pero qué es lo que os atrae tanto de la música de ese periodo?
(PB) Creo que, por encima de todo, la energía. Pero lo que más mola, al menos para mí, es que tiene un espíritu que ni siquiera está tratando de molar o pensando en ser guay. Eso me gusta muchísimo, es algo que me dice mucho. Se limitan a lanzarse. No sé, hay algo ahí realmente poderoso a lo que respondo. Y yo, no sólo en este disco, sino siempre, trato de meterme en ese espacio mental sin preocuparme de lo que puede salir. Me da igual que consiga lo que busco mientras haya esa verdad y cierta pureza que me gustan.
(SB) Hay cierto optimismo ingenuo. Yo ni había nacido cuando publicaron esos discos, aunque sí que creí con algunas de esas cosas. Por alguna razón, en medio de la Guerra Fría, cuando cada colegio tenía su propio puto búnker, había ese optimismo ingenuo. A veces es refrescante no posturear demasiado. Me encanta esa era musical. Hay muchos hits alucinantes. Y el arte de la producción y las grabaciones es lo que te da esa energía instantánea: sólo un par de acordes de la canción y ya tienes esa energía inspiradora.

Teniendo en cuenta que habéis cantado los dos, ¿cómo ha sido vuestro enfoque con las voces y las armonías?
(PB) Cuando él me enviaba los loops no eran sólo de dos segundos, podía mandarme cuatro minutos. Eran partes más largas. Y a veces tenían finales que podían ser otro sample distinto. Pete hacía piezas y yo asumí que su duración era intencionada. Así que yo metía voces que encajaran exactamente en cada audio. En cuanto me llegaba un archivo, me pasaba el día tratando de sacar una arquitectura vocal o un arreglo. Puede que tuviera un par de letras, pero fue raro que las tuviera completas. Al final del proceso tenía una canción muy definida, o el molde. Cuando tuvimos tres o cuatro de ésas le sugerí a Pete que molaría que cantara tanto con voces principales o haciendo coros. En mi grupo siempre me ha parecido que los discos mejoran cuando se pone a cantar más gente. La voz mete tanto carácter y personalidad que tener varias en una canción o un grupo de ellas inyecta una dinámica instantánea. Mola mucho. Así que cuando había cantado tres o cuatro, decidimos que Pete cantaría también.
(SB) Fue bonito explorar el contraste. En el disco canto en un tono bajo y nunca había cantado canciones enteras así. Decidí probar. En cuanto a la composición, Noah tiene temas muy desarrollados y simples, en forma de mantras muy simples. Pero creo que en un grupo, cuando tienes diferentes compositores y cantantes, todo se hace mucho más interesante y fresco. Una de las razones por las que metimos mis canciones en donde están es porque había espacio para “limpiar la paleta” y mantener el flujo, dentro de la secuencia. De otro modo, el orden de las canciones habría sido en gran medida el orden en que fueron saliendo. Cuando Noah me mandaba las canciones muy al principio era divertido tener la sensación de que era como un musical a lo “West Side Story”…y aunque las canciones aguantaban solas, fue alucinante ver cómo se relacionaban entre ellas hasta tener esta especie de pintura.

“Lo que más me mola de aquella música es que ni siquiera está tratando de molar”

En cuanto al sonido y teniendo en cuenta que Pete tiene sobrada experiencia en labores de producción, ¿cuáles fueron los retos?
(SB) Prácticamente se mezcló solo. En parte, por el modo en que Noah toca y hace sus arreglos. Desde el momento en que empecé a trabajar con él me di cuenta de que es muy bueno encontrando espacios. Siempre ha sido muy bueno, y en este disco seguro, evitando que las cosas se superpongan al mismo tiempo o que ciertas frecuencias se confundan. Todo tiene su espacio, y cuando esto se hace bien, se produce algo mágico. Kraftwerk lo consiguieron a veces de modo sublime: tienes una cantidad mínima de elementos y todo el mundo está mirando de reojo a todo el mundo, pero se complementan. Me pareció que con las melodías y su manera de tocar las partes de teclado y bajo, Noah estaba pulsando botones de alegría, tratando de concentrarse en ese tono. Y la cosa salió muy bien.

Cuando empezasteis con el proyecto, ¿teníais en mente también la versión expandida?
(PB) No. En realidad todo empezó porque queríamos tratar de hacer una canción. No teníamos ni idea de a dónde estaba yendo o lo que sería. Se trataba de hacer algo juntos. Queríamos tener algo en lo que pensar. Una vez tuvimos cuatro temas, quedó claro que con un par más íbamos a tener material para un buen álbum.
(SB) Si te refieres a la versión expandida que acaba de publicarse, ha salido porque hemos tenido ciertos problemas de fabricación. Nosotros queríamos sacar el disco en digital el primer día, pero cuando trabajas con sellos estás asociado a ellos, y tienes que encontrar el modo de trabajar. No queríamos ir al modelo estándar de ir sacando un single cada tres meses. Acordamos que sacaríamos la versión digital antes y que el vinilo llegaría después, a ver si funcionaba en estos tiempos en los que todo es diferente. En los últimos dos años todo ha cambiado. A título personal, creo que es bueno buscar modelos nuevos para hacer las cosas. Si algo no parece estar bien, vale la pena buscar otras maneras. Fuimos de un extremo a una solución de compromiso con la discográfica.

Desde vuestro punto de vista, ¿es más fácil hacer canciones tristes buenas que canciones luminosas buenas?
(PB) Mmm… No creo que sea más difícil si es un reflejo de donde estás, o de donde te encuentras mentalmente. Creo que es difícil hacer canciones felices si estás hundido, y del mismo modo, es complicado hacer canciones tristes si te sientes muy bien.
(SB) Algunas de mis canciones favoritas, como “Holocaust” de Big Star, son oscuras y deprimentes, y no cabe duda de que he hecho material en esa dirección, pero es mucho más divertido compartir el material optimista. Es bonito compartir esa onda, y con este disco es así.

¿Tenéis planes para llevarlo al directo?
(PB) Sí, lo hemos hecho cuatro veces y es probable que hagamos unos cuantos conciertos más el año que viene. No serán giras muy largas, sino cositas cortas aquí y allá. El directo es muy fiel al disco, lo tocamos un poco de principio a fin. Hay algunas diferencias sutiles, pero la intención es recrear el álbum.

¿Sólo los dos?
(SB) Sí. Con cada elemento de este disco hemos tenido en cuenta la sostenibilidad. Si haces vinilos, vas a usar plásticos petroquímicos para tus productos. Y con todo, del merchandising a la funda o el tour -viajando los menos posibles-, hemos tenido en cuenta que la cosa fuera lo más sostenible posible para el planeta. Además, no creo que perdamos nada haciéndolo, es sólo pensar un poco en ello. Noah y yo ya habíamos hablado de estas cosas antes de la pandemia, y nada de la pandemia ha hecho que pensemos menos en cómo la humanidad interactúa con todo lo que tiene ADN en el planeta en el que vivimos. Creo que tienes que considerar estas cosas.

Agenda de conciertos:

20.00h 22€
20.00h 20 €

 

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