“No nos enorgullecemos de cantar mal"
Entrevistas / Boreals

“No nos enorgullecemos de cantar mal"

Fernando Fuentes — 15-01-2014
Fotografía — Archivo

Uno de los secretos mejor guardados del “sonido barcetrónico” perderá, desde ya, su parcial anonimato tras la presentación de este notable “Antípodas” (Irregular, 13). Y es que su post-rock electrónico con agrios tintes de free jazz y una fina capa de música balcánica -según ellos mismos- y su IDM aderezada con space-rock, breaks vs. sintes, armonías soleadas y guitarras humanizadoras –en mi modesto parecer- suponen una aventura fascinante a pesar de su juventud y alta capacitación científica.

Veintiún años de media, gente de números y pocas letras. Boreals son tres científicos sociales -expertos en cognición auditiva- que, con este “Antípodas”, no pretenden lanzar ningún mensaje específico. “Es una colección de canciones que hemos creado en el transcurso de un año. El nombre viene de las dos canciones que abren el disco, ‘Antípoda ‘ y ‘Antípoda II’ que representan dos lugares diametralmente opuestos en la Tierra, pero más allá de esto el disco no es conceptual en este sentido”. Sin duda lo que sí es “Antípodas” es un halo de esperanza ante un futuro de Boreals que puede ser realmente apasionante desde lo sonoro. “Solo esperemos que nuestro sonido siga evolucionando”. Lo que también queda patente al escuchar los nuevos temas, comparados con trabajos anteriores, es que su progresión aritmética musical es más que adecuada. “Más que nada ha sido una progresión en sonido y aprendizaje de cara a la utilización de nuestro equipo. Musicalmente no ha habido tanto cambio aunque sí notamos cierta evolución en nuestras ideas”.

Boreals son space-rock, breaks vs. sintetizadores, armonías destellantes, guitarras eléctricas, temas casi cien por cien instrumentales… y sin voz cantante. “Nosotros no nos enorgullecemos de cantar mal, así que lo hacemos cuando es imprescindible y muy flojo. Además creemos que la música por sí sola es expresiva, no siempre hace falta meter letras”. Entre unos Mogwai –aunque más luminosos y menos atormentados-, Boards Of Canada, Gold Panda y Explosions In The Sky podemos encontrar muchas de sus referencias sonoras más llamativas. “Sí, claro, pero no te olvides de Bach, Chopin, Nicholas Slonimsky y Kiko Veneno”. Lo que también es evidente es que sus compis de sello -léase Irregular- tienen un fuerte influjo en el sonido de Boreals. “Con Lasers grabamos y mezclamos ‘Antípodas’ en su estudio. También Monki Valley -Jano Gómez- ha sido una influencia en cuanto a sonido ya que nos produjo el ‘Grecia EP’ y tocamos juntos a menudo”.
“No te metas las manos en los bolsillos” es el primer single del álbum, ¿pero por qué? “Porque no se parece en nada al resto del disco, así la gente se mal acostumbra”. Ya, pero no cabe duda de que representa perfectamente el sonido de Boreals en este 2013: entre lo intrincado y lo dulce anda el juego. Aunque, quizá, lo mejor del álbum sean los cortes “Kodama” –con Lasers- y “Tiempo líquido” en el que, tras ese halo de melancolía casi permanente, hay una luz que deslumbra y que dibuja sonrisas. En fin, así Boreals demuestran que en este perro mundo hay todavía lugar para el sonido de una banda que solo busca emocionar al oyente… y al precio que sea.

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