MÚSICA DISCO, PODER POPULAR
Entrevistas / Cornershop

MÚSICA DISCO, PODER POPULAR

David Saavedra — 22-04-2002
Fotografía — Archivo

Desde su formación en 1992, Cornershop fueron unos anónimos en la escena underground londinense, en la que sólo podían adquirir notoriedad por su fusión entre punk, funk y cultura punjabi (de la que procede Tijnder Singh) o por sus piques con Morrissey, a quien recriminaron las presuntas connotaciones racistas de su canción "Bengali In Platforms". Su fichaje en 1995 por Luaka Bop, el sello de David Byrne orientado a la world music, empezó a cambiar las cosas hasta que todo se desorbitó con un single, "Brimful of Asha", que gracias a la remezcla de Fatboy Slim terminó encaramándose al número 1 de las listas británicas. Desde aquella han pasado cinco años que de vacaciones no han tenido nada. "Realmente empezamos a trabajar tras terminar nuestro tour del 98", explica el muy tímido Tijnder mientras se lía un cigarrillo. "Durante ese tiempo sacamos el álbum de nuestro proyecto paralelo, Clinton -"Disco And The Halfway To Discontent" (Astralwerks/ 00)- y pusimos en marcha nuestro sello Meccico. Ha sido bastante estresante".

“Queríamos tener nuestro propio sello y tratar a la gente como nos gusta que lo hagan con nosotros”

En cuanto al nuevo álbum, "tardamos como un año en hacerlo. Trabajábamos cinco días y descansábamos dos porque utilizamos mucha logística y a un montón de gente". Un disco claramente ambicioso "y que nos planteamos con una producción fuerte". Con una menor incidencia de los elementos punjabíes, "Handcream For A Generation" mezcla pop, política, funk, hip hop, hedonismo, dub, sitar-rock e ironía, pero, sobre todo, está claramente presidido por la cultura de clubs. Para muestras, "Motion The 11" (primer single, que fue presentado en discotecas londinenses) y "People Power", secuela del tema que abría el álbum de Clinton y cuyo estribillo ("people power/ in the disco hour") es bastante elocuente. "Sí, hay un sentimiento muy club en términos de sonido -afirma Singh-, pero en el aspecto comercial creo que no. No veo que la gente lo vaya a pillar inmediatamente, y tampoco hemos querido hacer 13 canciones como ´Brimful Of Asha´, sino algo muy diferente. Queremos tomar riesgos, porque es la filosofía que hemos mantenido desde nuestro primer EP". A pesar de sus palabras, hay dos temas ("Staging The Plaguing Of The Raised Platform" y "Lessons Learned From Rocky I To Rocky III"), que tienen bastante en común con el gran hit de la banda, aunque con contenidos mucho más complejos. Sobre el primero, Singh dice que "es muy difícil de explicar pero, básicamente, se refiere a cómo el establishment utiliza el poder de los escenarios para extender su pensamiento", mientras que el segundo "habla de la influencia que han tenido las diferentes secuelas de Rocky sobre ciertos comportamientos de la industria musical". Tras algunas divagaciones, prosigue contando que "hay otro icono muy famoso al que también mencionamos, que es ´´Tiburón´” y también que “recurrimos mucho a los setenta, sobre todo en la producción. Nos gusta mucho la tecnología, pero en el aspecto de la grabación preferimos lo orgánico". El disco cuenta, además, con dos colaboradores de lujo como son Noel Gallagher y su ex compañero Paul Guigsy McGuigan. ¿Cómo los convencieron? "Negociando en habitaciones diferentes", responde Tijnder jocoso. El bajista interviene en "Staging The Plaguing", mientras que el mayor de los Gallagher lo hace en otro de los estandartes del disco, "Spectral Mornings", 14 minutos de sitar-rock en la onda de aquel "Indian Vibes" de Paul Weller y que, en el momento de la entrevista, estaba en vísperas de someterse a la remezcla más larga de la historia. "No sé si la más larga, pero sí bastante extensa, ya que va a durar 24 horas. Resulta delicioso pensar en hacer eso con un tema, porque todo puede suceder. Estará en nuestra página web (www.cornershop.com)". Prácticas revolucionarias que, en el fondo, se vuelven coherentes con la política de la discográfica Meccico, cuyo primer fichaje ha sido la banda The Toes. "Tenemos nuestra visión de cómo la industria trata a los artistas, por eso era bueno para nosotros tener nuestro propio sello y tratar a la gente como nos gustaría que lo hicieran con nosotros. Hemos perdido mucho dinero pero lo hemos hecho por un montón de razones". La tienda de los “pakis” de la esquina se ha convertido en la fundación asiática del post-mestizaje. ¿Próxima estación?

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