Lo mejor que le puede pasar a una banda que aspire a salir en todas las portadas, pisar alfombras rojas y esnifarse todo su capital es parir una de esas canciones que suenan diez veces por hora en las radios comerciales. Ese tipo de canción por el que tanta gente odia ya a Black Eyed Peas o de la que Cindy Lauper vivió tanto tiempo. Hits incontestables que de tanto girar sobre el tocadiscos acaban por rallarse. Si, por el contrario, el grupo en cuestión pretende continuar con el curso de su carrera sin sobresaltos, con un éxito moderado que les permita pagar el alquiler, entonces lo peor que le puede pasar es parir un tema como “Brimful Of Asha”. Hoy, casi tres lustros después de ese éxito, sigue siendo tarea casi imposible lidiar con un nuevo trabajo de este cuarteto obviando el listón y el empalago de aquel pegajoso estribillo. Y mi consejo, simple y llano, es que, a no ser que sean fans acérrimos de la banda o estén muy en la onda del banghra o de grupos que lo renuevan, ni siquiera hagan el esfuerzo. El poco interés que pueda tener la combinación de hip-hop, banghra, electrónica y pop en este disco quedan aniquilados por la extenuante cantinela de la cantante punjabi Bubbley Kaur.
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