Al menos tres de ellos se inclinaron por una simbiótica curiosidad por la música como un todo y los sonidos extremos en particular. Mike Patton, Trey Spruance y Trevor Dunn obtuvieron en lo infinito de la música un universo donde volcar todas sus preguntas y obsesiones, utilizando la voz, la guitarra y el bajo respectivamente como un espacio en el que saciar esa curiosidad inabarcable.
Declarados fans de todo lo que fuera ruido en aquella época (thrash, punk, hardcore, death, etcétera) formaron una banda a la que bautizaron Mr. Bungle. Su primer demo “The Raging Wrath Of The Easter Bunny” –que representa el ADN del thrash más puro–, es hoy día una preciada pieza de colección, más allá de que, como dijeron sus protagonistas, “sonaba como a través de una aspiradora”.
Con los años Mr. Bungle cambiarían de piel numerosas veces y se convertirían en uno de los grupos más influyentes de la escena alternativa y experimental (como reseñamos en nuestro especial por los veinte años de su disco “California” de 1999); Bungle es un ente creativo que jamás temió a los límites y que con humor inconfundible entregó una triada de discos en los que el delirio se da la mano con la teoría y los universos paralelos experimentan curvas que los llevan a chocar, deshaciéndose para dar lugar a nuevas formas y percepciones. En la actualidad no hace falta hablar de quién es Mike Patton y, aunque obviamente menos populares, también sabemos de la genialidad asombrosa de Spruance (el hombre al frente de Secret Chiefs 3 y ex guitarra de Faith No More) y Trevor Dunn (colaborador de John Zorn, parte de Fantomas, Melvins, etcétera). Total que, tras años sin compartir escenario bajo el nombre de Mr. Bungle, este pequeño grupo de amigos tuvo la idea de volver a sus raíces. Y lo hicieron literalmente: regrabaron aquella mítica demo con la ayuda de dos míticos del thrash metal, Dave Lombardo (ex Slayer, Suicidal Tendencies, Fantomas) a la batería y Scott Ian (Anthrax, S.O.D.) a la guitarra.
El resultado es tan sorprendente como espectacular y, aunque deje con ganas a los seguidores que esperan una vuelta de Bungle en el formato de sus tres discos “oficiales”, es un gran comienzo para poder ver en el horizonte una reactivación de una de esas bandas que siempre estuvieron adelantadas a su tiempo y funcionaron como taller de inspiración para otros cientos de músicos.
Aquí abordamos la salida de “The Raging Wrath Of The Easter Bunny” desde la perspectiva de Trevor Dunn, quien tuvo la idea de regrabarlo y tocarlo en vivo y de Scott Ian, el último en subirse a este barco que navega a fuerza de distorsión, velocidad y un nivel técnico simplemente avasallante.
Trevor Dunn
Esta vuelta se siente tan extraña como emocionante…
(Risas) ¡Perfecto!
Pensando en la personalidad de la banda y su sentido del humor ¿esta es la manera más “bungleana” en la que podían volver?
¡La manera más bungleana! ¡Sí! A ver, no fue pensada de esa manera, realmente no pensamos en volver de la manera más rara posible, sino que creímos que era una buena y muy divertida idea, así que decidimos hacerla. Una vez que estuvo definida, ahí pensamos “mira, esto es exactamente lo que nadie hubiera esperado” (risas). Es básicamente un actuar muy Bungle: hacemos lo que queremos hacer y no nos preocupamos por las consecuencias. Es lo que hay (risas).
Este proceso, ¿supuso esto un redescubrimiento de las canciones o siempre estuvieron familiarizados con este antiguo demo?
Esta primera demo siempre tuvo un lugar especial en nuestros corazones. Trey, Mike y yo hablamos de mogollón de ella y hubo una serie de veces en las que tocamos algunas de esas canciones en vivo, las cuales por supuesto nadie conocía. Volver en el tiempo y aprender esta música de nuevo fue definitivamente un redescubrimiento. Indagar profundamente en estas canciones, aprenderlas de nuevo y cuestionar porqué escribimos aquel material fue casi como aprender canciones de otros, solo que esos otros éramos nosotros como adolescentes.
"Una cosa que me encanta de esta versión de Bungle y de tocar metal de nuevo es que exactamente eso, algo físico. Sienta muy bien".
En la hoja de prensa del disco se os califica como “death metal virgins”. ¿Cuál es la relación del hecho de haber crecido en un pequeño pueblo y el haberse convertido en death metaleros vírgenes?
(Risas) Primero de todo, más allá de quien haya dicho eso, no fue una broma: éramos literalmente vírgenes (risas). Y sí, vivíamos en un lugar bastante aislado. No muchas bandas tocaban en vivo allí, así que si querías ver shows tenías que conducir cinco horas al sur hasta San Francisco. Al estar tan aislados, debíamos crear nuestras propias formas de entretenimiento, algo típico de los millones de pequeños pueblos de Estados Unidos en los que hay pobreza y los chicos no tienen muchas opciones. Así que comienzan a beber de muy jóvenes, a hacer fiestas, a drogarse. A nosotros nos pasó que afortunadamente estábamos interesados en la música, no sé por qué, pero fue una inclinación natural por la que estoy muy agradecido.
La idea de esta nueva forma de Bungle fue tuya, ¿verdad?
Sí, es algo que pensé apenas lo conocí a Dave. Esta música fue escrita pensando en Dave. Éramos grandes fans de Slayer como todo el mundo en los ochenta, “Reign In Blood” es uno de mis discos favoritos y cuando lo conocí pensé que era una buena idea regrabar esto con él, y tocarlo con la intención original. Les comenté la idea a todos los demás en un show de Dead Cross, ese día los teloneaban los Secret Chiefs 3, así que todo el mundo estaba allí. A partir de eso, fue como una bola de nieve.
¿Cómo te sentiste luego, cuando Scott completó la formación?
Oh, genial. Y él estaba súper emocionado también. Nos sorprendió que conociera nuestra demo. Resultó que él es un gran fan de Bungle, lo cual es totalmente loco para nosotros ¡Es como un gran Thrash Metal Love Fest! (risas).
Los tickets para los shows y los vinilos se vendieron muy bien, lo cual demuestra que la popularidad de Mr. Bungle creció mientras estuvísteis inactivos. ¿Crees que el público está más preparado para Bungle hoy día que en el pasado?
Mmm, no sé. Mr. Bungle nunca hicimos suficiente dinero hasta los dos últimos tours de “California”. Luego dejamos de tocar y diez años después comenzamos a recibir ofertas de todo el mundo, y más importantes que las que solíamos tener antes. Es una cuestión de demanda, quieres tener lo que no puedes. Y eso jugó en nuestro beneficio, pero por supuesto ahora nadie puede tocar, así que estamos jodidos igual.
Trey, Mike y tú siempre os embarcáis en proyectos desafiantes. Más allá de lo divertido de esta historia y de contar con Scott y Dave y de tocar el disco mejor, con más habilidades, ¿hubo alguna necesidad personal que los llevó a realizar esta reunión?
No, creo que fue esa idea de presentar de una forma impecable una música a la que le tenemos mucho cariño. Fue una motivación puramente musical y terminó siendo mucho más divertida de lo que imaginamos.
Imagino que esta música os pide mucho en cuanto a lo físico. ¿Cómo describirías el placer de tocarla a esta edad?
Una cosa que me encanta de esta versión de Bungle y de tocar metal de nuevo es que exactamente eso, algo físico. Sienta muy bien. Lo coreográfico y la interacción en el escenario, el crear esa suerte de drama dentro de las canciones… Eso es lo mejor de todo tipo de música pero en el metal, que es súper agresivo lo sientes en el cuerpo. Y por supuesto tener a Dave en escena es brutal. Tiene fuego en el culo constantemente (risas). Pero bueno, lo que me gusta de mi carrera es que puedo ir y volver hacia distintas cosas, quiero decir, esa también es la manera en que escucho música. No me interesa volcarme a algo por mucho tiempo.
Entonces ¿eres de escuchar metal normalmente?
Sí, definitivamente. Esta demo es ciertamente algo fuera de actualidad. Es thrash metal del 86, y las cosas fueron evolucionando, como todo. Me gusta bastante el grindcore, amo a Full Of Hell, a Cephalic Carnage y me gusta, como a la mayoría de los jazzeros, Meshuggah. Ya no escucho tanto como cuando era adolescente, hay muchas bandas de estos estilos y es difícil seguirles el paso, pero de vez en cuando sigo recomendaciones.
Me sorprendió mucho la cantidad de memorabilia que tenéis de la época de esta demo. ¿Cómo fue ahondar en todo ese material que representa una etapa de sus vidas?
Bueno, el tema es tramposo. Soy un poco Diógenes, conservo muchísimas cosas a través de los años. Cada artículo de periódico, muchas fotos, de todo. O sea que son cosas a las que siempre tuvimos acceso. Quizá alguna que otra foto que habíamos olvidado o nunca habíamos visto, y sí, está muy bien volver a verte como un niño loco y salvaje, viviendo de fiesta, con el pelo súper largo. Estábamos en ese rollo (risas). ¡Comprometidos físicamente!
El paso de “Raging Wrath” a la siguiente demo, “Bowel Of Chiley”, conllevó un cambio de estilo brutal. ¿Cómo llegaron ese tipo de decisiones artísticas? ¿Tanto cambiaron vuestras influencias en tan poco tiempo?
Creo que las influencias ya habían cambiado cuando hicimos la primera demo. Escuchábamos muchos estilos de música, a pesar de comenzar siendo una banda de metal. En cierto punto el hecho de escuchar mucho a Oingo Boingo y Fishbone, mucho ska, a Parliament, y todo eso, hizo que necesitásemos una sección de metales y un batería más versátil. El resultado de eso fue “Bowel Of Chiley”, que es bastante inmaduro, creo. Así como lo era “Raging Wrath”. Tuvimos que configurar una nueva forma de tocar. Fue un gran vuelco entre esas dos demos, pero al mismo tiempo también pensemos que “Bowel Of Chiley” no fue realmente un “lanzamiento”. La idea fue grabar las canciones para poder conseguir conciertos.
Aún así hay mucho metal en “Bowel”.
2020 es un gran momento para evitar preguntas sobre el futuro, pero yo soy muy obstinado, entonces ¿te gustaría continuar teniendo planes con Bungle?
¡Sí, claro! Por cierto, estuvimos planeando hacer más shows con esta versión de la banda. Ojalá podamos, nadie lo sabe. Sería genial. Sólo hicimos siete shows en California y Nueva York y nos encantaría ir a otras zonas del país, a festivales en Europa, Sudamérica y Australia, ¡claro!
¿Qué hay de los chicos que formaban parte de la última encarnación de Bungle?
Saben que estamos haciendo esto y están de acuerdo, no hay problemas con eso. Entienden todo, hablamos con ellos antes de hacerlo. Y ciertamente me encantaría volver a trabajar con esos tipos de nuevo. Yo siento que, y esto está hablado con nuestro manager y equipo en general, que somos como el “Bungle de Raging Wrath”. No somos como la versión que hizo los tres discos con Warner. Esa es la versión básica de Bungle y esto es una suerte de extraña nueva variación, diría.
Scott Ian
¿Cómo te sentiste cuando Patton te llamó para unirte a esta versión de la banda?
¡Muy feliz! Fue por mensaje de texto, y se ve que puse alguna cara muy rara porque mi mujer pensó que algo estaba mal, como si estuviera leyendo un texto horrible, como si alguien hubiera muerto. “¿Está todo bien?”, me preguntó preocupada. Levanté mi vista y le dije “Mike Patton me está invitando a unirme a Mr. Bungle ¡Coño!”. Me emocioné mucho. Fue un poco confuso para mí hasta que Mike me explicó la historia completa detrás de esto y enloquecí. Soy fan desde que escuché esta cinta, la original. Nunca me hubiese imaginado ser parte de Mr. Bungle y grabar un disco con ellos, hacer conciertos y dar entrevistas. Creo que es algo que nadie pensó nunca (risas).
¿Cómo llegó aquella demo a tus manos en los ochenta?
Solía intercambiar cintas todo el tiempo. Pareces lo suficientemente mayor como para recordarlo, pero en los ochenta había una gran comunidad que se enviaba cassettes de aquí para allá. Así fue como me descubrí mucho del metal de aquella época. Por ejemplo, descubrí a Mercyful Fate por un amigo trader de Dinamarca. No sabía ni qué imagen tenía King Diamond, sólo tenía una copia en cassette de su música. Intercambiaba cintas con gente de Los Ángeles, San Francisco, Reino Unido... Alguien que conocí en el Área de la Bahía me envió unas cintas y me advirtió “chequea a esta banda, es muy ruidosa, pero muy divertida, creo que te gustará”. Era una copia de una copia de otra copia. No tenía la portada original, solo ponía “Mr. Bungle. The Raging Wrath Of The Easter Bunny”. Recuerdo darle play y sentir que no entendía qué diablos estaba escuchando. Claramente se estaban divirtiendo y tenían un gran sentido del humor, me gustó. Dos años después salió la demo “OU818”, me encantó y poco después Mike entró en Faith No More y el resto es historia. Fui fan desde el comienzo y cada día lo soy más.
"Mike Patton es uno de los más grandes cantantes y frontmen, ciertamente desde finales de los ochenta hasta ahora. Pero si me preguntas por el cantante más importante de la historia, yo mencionaría a Freddie Mercury".
¿Crees que el thrash fue un buen trampolín para la musicalidad que Mike, Trey y Trevor desarrollaron después?
La cosa es así: yo aprendí muchísimo en el último año y medio al estar relacionándome con ellos. Hablamos de su historia y les pregunté todo lo que siempre quise como fan que soy. Ellos ya eran “músicos locos”. Trey y Trevor se conocieron en una clase de teoría musical cuando tenían quince años, así que ya estaban en su camino. Su música favorita en aquel momento era el metal pero ellos ya estaban metidos en todo ese otro mundo; jazz, clásica y world music a una edad muy temprana. Y en aprender teoría musical, aprender a escribir y leer. Muchas más cosas sobre Mr. Bungle tienen sentido para mí ahora que aprendí este material.
Cuando salió el primer disco de Bungle en 1991, me voló la cabeza porque ahí suenan tantos géneros y estilos y los arreglos más locos. Era como Frank Zappa encontrando a Slayer, muchas influencias y sonidos súper locos, no había escuchado nada como eso anteriormente. Ahora, conociendo bien este material, yo puedo apreciar, aún cuando lo que tocan son riffs de metal, su sabiduría y su habilidad para llegar a esos arreglos, que a simple vista parecieran no tener ningún sentido, pero cuando te metes en detalle, todo tiene su razón de ser. Estaban en ese camino desde chavales, me maravilló lo avanzados que eran a los dieciséis o diecisiete años cuando escribieron esta música. A millas y millas de distancia de dónde estaba yo u otras bandas de ese momento, incluyendo a los Big 4. Fíjate dónde están ahora, ¡son genios musicales! (risas).
¿Te gustan los tres discos que sacaron por Warner Records?
Sí, por supuesto.
¿Cuál es tu favorito?
No puedo decir cuál es. Son todos muy especiales. No fueron una banda muy productiva, sólo tienen esos tres discos en nueve años. A partir del 99 cuando lanzaron “California”, o más tarde cuando empecé a usar iTunes, armé un compilado con los tres discos de Bungle, enteros, lo escucho siempre en aleatorio, son unas treinta canciones. Entonces es complicado para mí decir cuál es mi favorito, porque todos son muy importantes para mí. Si me hubieses preguntado esto en 1995, luego de que salió “Disco Volante”, te hubiera dicho que me gustaba más el primero. Pero luego de unos años, “Disco Volante” me comenzó a parecer el mejor, porque era aún más profundo, raro, oscuro, inteligente, loco… Y luego salió “California” y se convirtió automáticamente en mi preferido, sólo por el hecho de tener canciones nuevas de Bungle. Así que sí, los amo a todos, hoy en día no tengo uno favorito.
Bien.
La respuesta correcta era “¡“The Raging Wrath Of The Easter Bunny” es mi favorito!” (risas).
¿El hecho de formar parte de un proyecto retrospectivo como este, te hizo sentir nostalgia por un género que contribuiste a crear?
¡Sí! Esa es una muy buena pregunta. Sí, así fue. Porque ¿cuándo iba yo a tener la oportunidad de tocar thrash compuesto en 1986? Casi nadie había escuchado esta música antes. Y fue escrita en 1985/6, en ese momento, cuando la génesis de mi banda y de Megadeth, Metallica, Slayer, Exodus, Possessed, y cientos más. Eso me llevó a un gran lugar en mi cabeza, especialmente cuando comencé a aprenderme los riffs porque muchos de ellos me sonaban muy familiares. Trey y Trevor hicieron nuevas demos de este material, para que lo pudiéramos aprender, porque no había manera de aprenderlo desde la cinta original. No podías descifrar lo que sonaba, aún ellos no podían hacerlo, tuvieron que repensar algunas partes. Cuando empecé a sentir esos riffs me encontré con S.O.D., con Slayer y todo comenzó a tener sentido musical para mí. Algunos riffs son muy difíciles de tocar al ser tan rápidos, pero amé ese feeling, esa vibra. Y por supuesto esto me llevó a escuchar un montón de discos del 84, 85 y 86 que no había escuchado en mucho tiempo.
Apuesto que habrá sido muy loco para ti tocar una música que no es tuya, pero que fue creada bajo tu influencia.
Sí, claro. Ah, e iba a decir esto: ellos hicieron estas nuevas demos. Por ejemplo el de la canción “Sudden Death”, me mandaron el track y yo lo disocié todo: “Riff número 1: Slayer. Riff número 2: S.O.D.”. Fui nombrando los riffs de acuerdo a cómo sonaban para mí y eso me ayudó mucho a recordar las partes. Así que, sí, todo me sonó muy familiar.
Has declarado en varias veces ser fan de Faith No More y ahora estás compartiendo banda con Patton, a quien algunos informes declaran como el cantante más grande de la historia del rock. ¿Cómo es para tí trabajar con él?
Bueno, es subjetivo. Tiene que ver con tus sentimientos y gustos. Mike Patton es uno de los más grandes cantantes y frontmen, ciertamente desde finales de los ochenta hasta ahora. Pero si me preguntas por el cantante más importante de la historia, yo mencionaría a Freddie Mercury. Pero sí, yo mencioné muchas veces a Faith No More, a Bungle, a Patton públicamente porque soy un enorme fan de todo su trabajo. Él lo sabe porque somos amigos desde hace mucho y siempre le dije cuánto le admiraba (risas). Estar en una banda con él es un sueño hecho realidad. Es maravilloso estar en la banda con el maestro y ver cómo trabaja. Ahora estoy de su lado, lo puedo observar más allá de ser su fan y verlo desde fuera. Bueno, estoy haciendo ambas cosas ahora y es una experiencia increíble estar en su perímetro y trabajar con él. Él nunca dirá algo así sobre él mismo, por supuesto, pero es un vocalista increíble, no sólo por su rango sino por su habilidad de hacer de todo con su voz, que funciona realmente como un instrumento, ya sea como una percusión, o un sonido de cuerdas o vientos.
¿De quién fue la idea de hacer la versión de S.O.D.?
De Mike. Estábamos pensando en algunas versiones para los shows, porque sólo con las canciones de la demo no nos alcanzaría para completar un show. Dijimos que sería bueno tocar temas que escucháramos mucho entre 1982 y 1986, thrash, crossover, hardcore, punk, ese rollo. Pensamos en bandas como Circle Jerks, Cro-Mags, The Exploited, Corrosion Of Conformity. Entonces Mike dijo lo de S.O.D. y yo dije “Genial”. Mike preguntó “¿cuál hacemos?”. Y yo les dije que la decidiesen ellos. Unos días después me envió un texto con la idea de hacer “Speak English Or Die” pero como “Speak Spanish Or Die” como para de paso decir “Fuck Donald Trump”. A todos nos pareció una idea jodidamente brillante. Eso es tan perfectamente S.O.D., porque eso es lo que la banda es: algo totalmente incorrecto políticamente y que se ríe de las cosas que odia. Y todo el mundo en esta banda odia a Donald Trump (risas). Pensamos que era una muy buena manera de no ser demasiado político y básicamente reírnos de esto y llevar algo que ya era una broma a un nuevo nivel de broma.
Esto me hace pensar en tí y tu forma de hacer política. No te considero un músico directamente político, pero sí que haz hecho política indirectamente, ya sea con la colaboración de Anthrax con Public Enemy en el pasado y también con las camisetas que tú y Charlie (Benante) usaban en los ochenta y noventa, que eran de grupos que no relacionarías para nada con el sonido de Anthrax o S.O.D., como The Police, Bob Marley, The Smiths, etcétera. ¿Crees que esa es una manera de hacer política sin hacerla directamente?
¡Oh, sí! Si eres alguien que en estos días está en el ojo del público, en las redes sociales y tu imagen recorrerá Internet, todo lo que hagas puede ser considerado una declaración: la camiseta que uses, la gorra que uses, lo que digas, obviamente.
Y en aquel entonces, sin redes sociales, sin Internet, lo único que había eran revistas o algo de televisión. Por supuesto que era aposta. Cuando yo vestía mi camiseta de Public Enemy en 1987, estaba haciendo una declaración. Nadie en el metal usó una camiseta de una banda de rap antes que yo. Nadie. Fue una declaración bien clara: me gusta su música, su política, me gustan como gente y voy a apoyarlos usando esta camiseta y así quizá tú los descubras y también te molen. Charlie contó una historia hace un tiempo: la primera vez que escuchó algo sobre Trust, de quienes hicimos con Anthrax el cover de “Antisocial”, fue porque vio a Steve Harris de Iron Maiden vistiendo una camiseta de Trust en una foto de 1982. Se interesó por ellos y comenzó a comprar sus discos. Sin dudas: ponerse una camiseta puede ser una gran declaración de principios.
Eres más bien conocido por Anthrax, pero S.O.D. es una gran banda de culto ¿Qué significa para tí S.O.D.?
Diversión, risas. De esa idea nació, y de mí dibujando cómics de Sargent D, haciendo bromas, chistes muy políticamente incorrectos para 1984/5. Eso fue cuando estábamos en el estudio haciendo “Spreading The Disease” con Anthrax. Salió de mi sentido del humor y nos hizo reír. Cuando hice la letra de “Kill Yourself”, le tuve que dar muchas vueltas para que fuera lo más tonta posible. Ese era el punto, hacer el disco más estúpido y divertido posible. Y también divertirnos a partir de cosas que odiábamos. No podíamos creer que hubiéramos hecho un disco entero compuesto sólo de idiotas chistes internos ¡y que a otra gente le gustase! Ya sea que entendieran lo que decíamos o no, porque creo que hubo gente que pensó que de verdad decíamos que si no hablabas inglés debías morir. Que lo entendieran o no me daba igual, yo lo hacía sólo por diversión.
Dave Lombardo dijo que tú eres el Malcolm Young del thrash metal ¿cómo definirías tú a Dave?
¡Guau! Bueno, si yo soy el Malcolm Young del thrash, él es el Neil Peart del thrash (risas). Le devuelvo el cumplido. Dave es un grande. Soy su fan desde el primer disco de Slayer. Fue una parte enorme del sonido de Slayer y del thrash o speed metal en general. Es uno de los originales, lo escuchas y te das cuenta que es él, tiene su toque completamente personal. Es un genio y soy muy feliz por el hecho de que, después de todo este tiempo, hicimos un disco juntos. Y que el material sea tan bueno. Nos enfocamos, compartimos el estudio, trabajamos duro juntos para lograr algo genial. Toda esta experiencia es maravillosa y compartirla con Lombardo es magnífico, porque más allá de ser uno de mis baterías favoritos, es un gran tipo. Le quiero mucho como amigo desde hace muchos años.
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