Loli Molina estará actuando en Madrid (18 septiembre, Casa Brava), Barcelona (20 septiembre, Paral·lel 62 Club; junto a Carmen Aciar; dentro del CurtCircuit) y Tenerife (21 septiembre, Los Silos; Boreal Festival). Finalmente no actuará en Valencia, tal y como estaba previsto inicialmente.
Los conciertos son eventos de disfrute y unión por una misma causa: la música. De todo el bienestar que nos aportan, hay algo negativo a lo que, sin embargo, nos enfrentamos al acudir a uno de ellos. Por motivos de logística, ni el público, ni el artista, ni tampoco la organización, pueden escapar a la distancia física o emocional que acaba separando el primero del segundo. En este sentido, “Tercer Round”, el segundo disco en vivo de la cantautora argentina Loli Molina, ratifica el cariño que tienen artistas como ella hacia el arte que practican, además de demostrar que problemáticas como esa pueden ver paliados sus efectos con el simple gesto de darle al play desde el sofá de casa. “Lo mejor del disco en vivo es que no tiene edición alguna. En esta época es algo raro porque hay artistas que incluso los regraban para mejorar aspectos como el afinar la voz, pero para mí es importante sacar elepés con todos sus fallos y errores; mostrar eso es mostrar la verdad. A mí me interesa caminar por el camino de la verdad. Es uno de mis pilares como artista porque dice mucho acerca de quién soy y de lo que quiero transmitir al mundo. Me pone contenta que avive a la gente conectándonos un poco más entre unos y otros. Demuestra que el álbum está bien vivo, valga la redundancia”.
“Para mí es importante sacar elepés con todos sus fallos y errores; mostrar eso es mostrar la verdad. A mí me interesa caminar por el camino de la verdad”
A priori, lo que Loli pretendía hacer con “Tercer Round” era lanzar un proyecto que fuera una fotografía sonora del acontecimiento que protagonizó el 7 de septiembre del año pasado en su ciudad natal. Ilustrar, de algún modo, el ahora. “Estuvo muy bueno. La grabación fue fenomenal. No le agregué presiones innecesarias porque si empiezo a agobiarme por cosas así me desconcentro. El ser una persona extremadamente autoexigente y perfeccionista puede hacer que esas preocupaciones jueguen en tu contra. Tan solo tuve que enfocarme en el momento y pensar: ‘estoy tocando para estas personas que están en este teatro y que juntos hemos convertido en un contenedor compartido’. Aunque previamente me gusta concebir una estructura emocional a través de las canciones que tocaré, una vez subo al escenario, canto y ya. Así de simple. Por supuesto, luego siempre me tomo la libertad de desestimar el resultado si no me satisface·.
El tener tan claras sus intenciones ha favorecido que durante quince años la propuesta que presenta sea sólida, personal e intransferible. Un resultado que ni por asomo hubiera logrado de no ser por la multiplicidad de desafíos que empezó a afrontar desde el minuto uno. “Siento que han sido años formativos, años en los que se da una maduración del carácter y del mundo emocional en un sentido nada conclusivo; siempre estamos cambiando. Creciendo, diría yo. En década y media me han pasado un montón de cosas a nivel personal que están reflejadas en lo que hago. Jamás me interesaría tener una obra que no reflejase mi camino personal. Podría haber cogido y decir: como hace cinco años me funcionó esto pues lo reproduzco y me quedo anclada en esa fachada. ¡Rotundamente no! De haberlo hecho no hubiera vivido en todos los países que he vivido ni trabajado en las diferentes áreas de la industria que me han hecho aprender nuevas técnicas o nuevos oficios. El recorrido afila mucho más mi mensaje porque en mis trabajos alternativos pongo a disposición de otros mis habilidades, pero cuando se trata de lo mío me brindo el placer de ir tan hondo o abstracto como yo quiera. Aprovecho para compartir, un poco en relación con el tema, que el interrogante ‘¿qué es el éxito?’ se ha ido modificando muchas veces en mi cabeza. Cuando tienes veinte años piensas que consiste en tocar un montón y matarte a giras. En cambio, al cumplir cierta edad, te das cuenta de que -al menos en mi caso- es algo tan sencillo como el despertar y sentirte tranquila, en equilibrio. Lo demás son añadidos. Es importante avanzar sin quedarse sentado en la silla del pasado o cargando el peso de pensar en cómo deberían pasar las cosas. Hay que permitir que los conceptos del éxito y del ser artista muten con uno mismo.”
"Asumo también que lo que yo hago, o mejor dicho, mi manera de moverme tiene mucho de marginal en el sentido que no llevo una carga"
Aquellos que, leyendo estas líneas, hayan visto despertado su interés en acudir a un concierto de Loli están de suerte. De ahora en adelante pondrá en pausa el parón que ha dedicado a su vida personal, así como a los talleres de composición online que imparte, para dar comienzo a la nueva gira que ofrecerá por España. Recorrerá ciudades como Madrid, Barcelona (dentro del CurtCircuit) o Tenerife (formando parte del Boreal Festival). Quiénes no la conozcan, pueden empezar descubriendo un poco de su mundo escuchando “Lo azul sobre mí” porque según dice ella: “Si yo tuviera que decir cuál es mi mensaje en la Tierra, no dudaría en decir que ‘Lo azul sobre mí’”. Precisamente, en este último álbum la ha incluido junto a un pedacito de la canción “Guatú” del dominicano Vicente García, compositor al que está muy unida debido a la conexión que siente entre ambas piezas. De hecho, Loli está muy atenta a lo que sucede a su alrededor, cosa que explicaría por qué cada paisaje, vibración y persona con la que se encuentra influyen tanto en su obra. “No es lo mismo estar en las montañas de Argentina (hemisferio sur) que en ciudad de México (hemisferio norte). Cada elemento con el que compartí e intercambié está presente en mí. El ser humano es una esponja que está todo el tiempo absorbiendo información; su obra tan sólo es un destilado de lo que va viviendo".
Otro aspecto destacable que no hemos mencionado, y que es consecuencia de todo lo anterior, es el enorme reconocimiento que la industria le ha mostrado. Más allá de tocar al lado de Fito Páez, Chico César o Fernando Cabrera y participar en los homenajes sinfónicos a Gustavo Cerati y Violeta Parra (que no es moco de pavo), Loli fue galardonada en 2009 como Mejor Artista Nuevo en los Premios MTV Latinoamérica además de haber sido nominada a los Premios Gardel. Al preguntarle acerca de su opinión al respecto nos contestó lo siguiente: “Es lindo sentir cierto reconocimiento. Te recuerda que estás siendo apreciado. De todos modos, no veo la industria como una entidad de la que espero que me reconozca nada. Me honra un montón recibir invitaciones y formar parte ella, pero no me ciega el ‘a ver como voy a encajar’. Asumo también que lo que yo hago, o mejor dicho, mi manera de moverme tiene mucho de marginal en el sentido que no llevo una carga. En el punto en el que estamos existe una propuesta de hegemonía cultural centrada en las redes sociales; en el autoengaño de creer que con ellas podemos automanejarnos sin admitir que nos gobierna un algoritmo. A mí me encanta desplazarme por los márgenes y entiendo que quizás no quepa en algunos lugares, y está bien. El mensaje que transmito va a llegar siempre y cuando las personas a las que les intereso quieran encontrarme. El querer estar en todos lados no es mi estilo". Próximamente, Loli volverá a compartir música, belleza y arte que sirvan para que el mundo sea un lugar mejor. Y, aunque diga que no tiene ya grandes sueños, muy pronto viajará a Corea del Sur cumpliendo el reto de presentar el folklore argentino -acompañada de Pedro Rossi- a un público virgen; el asiático.
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