La verdad desnuda
Entrevistas / Lydia Lunch

La verdad desnuda

Half Nelson — 12-05-2005
Fotografía — Archivo

Pese a vivir en Barcelona llamamos a un número de Los Ángeles para escuchar la profunda voz de Lydia Lunch. Quizás su mixtura de film noir, jazz clásico, violencia verbal y lujuria implícita se explique mejor rodeada de palmeras y cadillacs en colores pastel, aunque una mujer como Lydia Lunch no necesita excusas que justifiquen su música: no tiene más que poner música a sus entrañas. Acaba de publicar “Smoke In The Shadows” (Everlasting).

Desde “Matrikamantra” no teníamos noticias discográficas de la gran diva del underground neoyorquino Lydia Lunch. Embarcada en mil giras y proyectos musicales, teatrales o literarios, combinando denuncia y cabaret con spoken word y la crudeza de sus alegatos sexuales, Lunch parecía no encontrar tiempo para entrar en el estudio y planchar algunos CDs. “Smoke in the shadows” (Atavistic / Breaking Beats / Everlasting, 05) rompe esa dinámica. “Este álbum fue grabado en dos partes a lo largo de dos años. Una con Nels Cline y otra con Len del Rio y Tommy Grenas. He tardado algo más de lo que había previsto, porque quería reunir una colección de canciones que fuera a la vez coherente y diferente”. Sin duda lo ha conseguido, ya que el disco bien vale la pena después de tanto tiempo. “Normalmente tengo un concepto muy fuerte de lo que ha de ser el disco y a la vez intento que la música sea de un género diferente en cada ocasión. Esta vez, el disco también tiene un concepto definido, pero para la música opté por una mezcla entre las películas de Orson Welles, el blanco y negro... por eso en la música hay banda sonora, jazz, grooves. Quise contraponer el concepto del disco con una diversidad de estilos, pero sin salir de la ‘late night music’”. Sin duda, el ambiente insano de los clubes nocturnos de Los Ángeles en los años cincuenta es el paisaje de este disco, igual que en las novelas de Raymond Chandler.

"El ´murder rap´ es la única música que me ha interesado durante años"

“Por eso también hay sonido latino, con esos pianos. Quería reflejar la mezcla entre las femmes fatales de los clubs, el sonido de la frontera y los toques latinos. ´Touch My Evil´ -el momento más latino del disco- se basa en la película de Orson Welles “Sed De Mal” (´Touch Of Evil´ en versión original) que tiene lugar en Tijuana”. Visto todo esto, pudiera pensarse que el interés de Lunch se ha decantado de la literatura al cine. “La literatura es mi mayor influencia, pero sí, el cine también es una de mis mayores pasiones. Sobre todo ese cine que ya no existe en blanco y negro, muy visual y siniestro. Después de Quentin Tarantino y Oliver Stone hay tanta violencia y tantos extremos en las películas que estoy algo saturada. Lo que quería para este disco era algo siniestro, seductor y al mismo tiempo amenazante. Pero tampoco quería sonar retro o anticuada”. Pese ese clasicismo, el interés por la cultura negra le da un barniz moderno nada impostado a través de temas como “Lost Word”, que revela una clara influencia del rap. “Es la única música que me ha interesado durante años, sobre todo el ´murder rap´. De hecho, ´Trick Baby´ está basada en un libro de Iceberg Slim, un proxeneta negro que escribió varias novelas en los sesenta. Es un homenaje al ´murder rap´, pero también al R&B. No es rap tan sólo porque rapee un poco como La Mala Rodríguez. Ella me gusta, pero me interesan más Geto Boys, Scarface o Mystical y todo el rap del sur y el crunk”. Una vez situados frente a su nuevo disco, es inevitable preguntar por su carrera, por el hecho de que habiendo compartido orígenes underground con gente tan ilustre como Sonic Youth o Nick Cave, su status esté hoy en día lejos del de aquellos. “En primer lugar, no llamaría una ´carrera´ a lo que he hecho a lo largo de los años. Es simplemente lo que hago, sea fotografía, vídeo, spoken word... Si la gente no puede seguirme porque hago demasiadas cosas no es mi problema. Mi trabajo no es desarrollar un público sino mantenerme fiel a mis propias ideas. Una o dos veces al año hago largos tours musicales, pero mi prioridad son los shows de spoken word y he sacado tres discos de ese género en los últimos tres años, pero eso es mucho más difícil de asimilar especialmente si existe la barrera del lenguaje. Siempre estoy haciendo cosas diferentes cuando quiero, con quien quiero y donde quiero, y así es como ha de ser”. Con Lydia Lunch es imposible deslindar su actividad artística de sus convicciones políticas como pudimos comprobar todos los que asistimos a su magnético pase de marzo en el Apolo barcelonés. “Una de las cosas que me condujo fuera de este país fue tener que soportar otra vez unas elecciones programadas para que ganara Bush. No pasa nada si pasas una temporada en los EE.UU., pero aparte de los años felices de la administración Clinton, mi vida entera ha sido una pesadilla en términos políticos. En este momento, EE.UU. va hacia atrás cuando Europa va hacia delante. Desde los años cincuenta, la vida en EE.UU. se ha convertido en una gran hipocresía y cuando vengo aquí y hablo apasionadamente o escribo o hago mis shows de spoken word me siento como una espía. Por eso hacemos una especie de broma privada y empezamos los conciertos con ´Spy In The House Of Love´ de The Doors. Siento que lo que yo hago es poner al descubierto los secretos de la hipócrita sociedad estadounidense”. Harta de esa hipocresía, nuestra heroína vive ahora en Barcelona, quizás buscando las raíces de uno de sus escritores favoritos, Juan Goytisolo.(Risas) Sin duda, me encanta como escribe Goytisolo y como sobrevivió... Es muy emocionante ver cómo ha cambiado España desde que salió del fascismo. Eso le dio nueva vida, nueva luz, pero eso muy interesante ver cómo antes de eso, bajo el fascismo, ya había gente que sabía crear cosas extremas”.

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