“Vivir es evolucionar”
Entrevistas / Lorelei Green

“Vivir es evolucionar”

Kepa Arbizu — 07-09-2023
Fotografía — Adrián Morote

“LAVA”, segundo disco del proyecto encabezado por Leire Aparicio, se aleja de su formulación más acústica entorno al folk para, convertido en un cuarteto de contundente y orgánico sonido, trascender esas fronteras genéricas hacia un rock de intimista intensidad.

A pesar de no haber abandonado durante estos años los escenarios, ha tenido que transcurrir un lustro para que el debut de Lorelei Green, “Aviones de papel”, tuviera su continuación. Un segundo episodio que para nada ejerce como secuela de su predecesor, donde el pop-folk embriagador se adueñaba de las canciones, sino que se yergue bajo un aspecto sonoro más fornido y variado. Sin abandonar esas tonadas más delicadas, el repertorio se adorna y explaya entre ambientes oscuros y profundos, donde recalan figuras como PJ. Harvey o Anari; asesta aldabonazos eléctricos de contundencia noventera o se deja llevar por las cadencias funk. Elasticidad estilística que se hace verbo a través de una poderosa y cuidada lírica que redondea un trabajo sobre el que hablamos con su principal creadora.

Han pasado cinco años desde tu anterior, y primer, disco, ¿en todo este tiempo qué ha sucedido en el proyecto que ha demorado este segundo trabajo?
En realidad durante estos años apenas hemos parado. “Aviones de Papel” nos llevó a tocar mucho en directo, a experimentar con diferentes formatos e ir evolucionando. No perdíamos de vista el objetivo de ir a por otro disco que reflejase lo nuevo que estábamos llevando ya sobre el escenario, y casi a las puertas de dicho proceso nos dimos de frente con la pandemia. Con ella vino un cambio de formato y enfoque. Josu (baterista) se unió al proyecto, nos tomamos unos meses intensos de trabajo juntos y fue el soplo de aire fresco definitivo que nos llevó a no demorar más la entrada al estudio de grabación.

Teniendo en cuenta ese espacio de tiempo entre ambos trabajos, ¿las canciones de este álbum han sido creadas expresamente para él o provienen de épocas diversas?
Hay un par de temas compuestos expresamente para este disco, pero también escogimos varios de épocas diferentes que teníamos claro que queríamos que formaran parte de esta nueva etapa e hicimos un gran trabajo de deconstrucción/reconstrucción sobre ellos, llevándolos a nuevos lugares. El proceso de selección no fue fácil y de hecho no son pocas las canciones que, por un motivo u otro, terminaron por quedarse fuera.

El elemento sonoro más llamativo de “LAVA” es que ese pop-folk del anterior trabajo se expande mucho más hasta terrenos más eléctricos y roqueros. ¿Esa nueva condición ha crecido en paralelo a la consolidación de un formato de banda?
Claro. Ese cambio es fruto de un trabajo conjunto desde la raíz. En este nuevo álbum mis compañeros no han sido meros impulsores de unas canciones ya cerradas; las hemos remodelado y construido juntos y esto ha enriquecido y ampliado enormemente los horizontes del proyecto.

¿Y respecto al productor, se encontró con canciones ya muy definidas por vuestra parte o también tuvo un papel decisivo en el resultado final?
Las canciones estaban ya cerradas en cierto modo porque queríamos entrar al estudio con las ideas muy claras. Grabamos unas demos lo más ajustadas posible a la idea que teníamos de las canciones para poder quedar con James Morgan -el productor- antes de entrar a grabar y hablar largo y tendido de cada canción.

Aún así sabíamos que en el estudio de grabación pasarían cosas y habría algún que otro cambio de dirección, como así fue. El hecho de que James entendiera muy bien el giro que queríamos dar con este nuevo álbum hizo muy fácil que los cuatro nos dejáramos llevar cuando se abría un nuevo camino.

“Para mí las letras siempre han sido la espina dorsal de las canciones”

El repertorio de tonalidades que abarca el disco es muy amplio: desde las habituales más reposadas y folk pasando por el rock oscuro e inquietante, la contundencia hard-rock o la cadencia funk… ¿En este formato de banda es más fácil que afloren diversas influencias?
Si algo nos define actualmente es ser una banda compuesta por miembros que vienen de mundos musicales muy distintos y, sin embargo, con importantes puntos de encuentro. Hemos intentado disfrutar de esta característica al máximo, dando rienda suelta a lo que nos pedían las canciones en cada momento sin limitarnos a un hilo conductor muy marcado.

También hay un manejo de tu interpretación vocal más dinámico, con más acentos y fluctuaciones, ¿es consecuencia directa de lo que demandaba cada canción?
Diría que sí, que sencillamente las canciones lo han pedido, o me han permitido jugar más, y yo me he dejado llevar. En ese sentido ha sido una gozada para mí grabar este álbum.

El término con que das nombre al disco, “LAVA”, lo identificas con la necesidad de no quedarse quieta en el mismo sitio y ser devorada por ella, ¿entiendes la música como una constante reinvención o más como un recorrido hacia una meta concreta?
Hace años me sentí plenamente cómoda e identificada con mi primer trabajo, pero pronto dejé de hacerlo. Creo que vivir es evolucionar, y siendo de ese modo no existe un sitio exacto al que quiera llegar con la música para sentirme reflejada, porque ese lugar va a depender absolutamente del momento concreto, y esto me parece muy liberador. Que haya una meta a la que llegar parece implicar que el resto de lugares no son adecuados. La exploración da mucha libertad.

Otro concepto con mucha presencia en el disco es el del fuego como señal de ruptura, ¿ha significado un trabajo especialmente liberador de cara a expresarte de forma mas personal?
No sé si usaría esas palabras concretamente, pero el fuego desde luego es un elemento muy potente y si algo caracteriza a este trabajo es esa fuerza y, eso sí exactamente, esa especie de ruptura, aunque de algún modo para mí no es más que una continuación -que tiene su lógica- respecto a la anterior etapa.

Tus letras son especialmente logradas, y si ya lo eran en tu anterior trabajo en este incluso van un paso más allá en el manejo de la lírica, de lo simbólico, ¿ha sido una escritura más laboriosa en esta ocasión o un paso evolutivo en tu faceta como escritora?
Ahora estoy en otro lugar y es desde ahí desde donde escribo. Ya no podría volver a escribir las canciones de hace años, aunque lo intentara, así que, a pesar de que me alegra que pueda percibirse de ese modo, no ha habido una evolución consciente en lo que a las letras se refiere. Para mí siempre han sido la espina dorsal de las canciones. Es una de las partes que más me llena: buscar las palabras, construir las imágenes mentales y saber que quien las reciba hará después lo que quiera con ellas.

Y a la hora de escribirlas, ¿cuál suele ser el primer germen desde el que nacen?
Para componer tiro mucho "de tripas”. Decía Thoreau: “Escribid mientras haya calor en vosotros”, alegando que el escritor que aplaza el momento de dejar constancia de sus pensamientos es como el granjero que pretende agujerear la madera con un hierro ya frío y no podrá “inflamar” las mentes de los lectores. Sin ser yo escritora… Me resonó mucho la frase, porque es así como lo vivo. Soy una persona muy reflexiva y disfruto de dar muchas vueltas a los temas que, por lo que sea, me tocan. Cuando llega a mi mente una frase que me resulta evocadora tiro de ese hilo con urgencia. También me puede pasar leyendo, o incluso viendo una película, o serie. Me lo imagino como una suerte de pequeñas luces LED que de pronto se encienden en una zona de mi mente y abren un universo que explorar.

En “Fuera del foco” cantas: “El aplauso ya no es motor”. ¿Se trata de reivindicar el arte, en este caso musical, como una expresión íntima y no supeditada a la mirada o beneplácito externo?
Absolutamente. “Fuera del foco” habla por una parte de la industria musical y por otra -no podía haberlo expresado mejor- de cómo para mí el verdadero motor de todo esto es la creación de las canciones en sí misma. Fuera del foco sucede el noventa por ciento de lo que nos ocupa.

“Somos una banda compuesta por miembros que vienen de mundos musicales muy distintos y, sin embargo, con importantes puntos de encuentro”

Al igual que en tu anterior trabajo has incluido una canción escrita en euskera, “Amildegian”, ¿encuentras diferencias a la hora de escribir en un idioma u otro?
Muchas. Me encanta escribir en euskera, aunque mi tendencia natural sea hacerlo en castellano. Lo percibo como un idioma muy rico y agradecido a nivel de pronunciación y construcción de frases pero, más allá de la parte racional, siento que es parte de mí y por ello no quería cerrar este álbum sin incluir también una canción en euskera. Compusimos “Amildegian” expresamente para el nuevo álbum y ahora es de los temas que más disfruto en directo.

El disco ha sido editado tras una campaña de crowdfunding, ¿este tipo de experiencias responden a la necesidad de contactar más íntimamente con el público o son a una necesidad práctica de recabar apoyos para posibilitar la publicación de artistas que trabajáis desde la autoedición?
Pues ambas cosas (risas). El crowdfunding fue una herramienta increíble de comunicación directa con las personas que nos siguen y, aunque supuso una inversión tremenda de energía y tiempo, nos hizo llegar el apoyo y las ganas de la gente de escuchar lo que nos traíamos entre manos y esto fue un gran chute de energía. Y, efectivamente, también hizo viable la edición física tal y como la teníamos en mente.

Una publicación del disco que ha renunciado al CD para hacer un formato vinilo realmente cuidado, ¿ha sido un capricho personal o también la reivindicación de una forma de acercarse a la música mucho más completa a la que se oferta habitualmente desde plataformas?
Tú lo has dicho. En un momento en el que la tendencia es la de ir sacando singles porque ya no es común tomarse el tiempo de escuchar un trabajo de principio a fin y en que cada vez es menos habitual tener donde reproducir un CD, el vinilo está volviendo con fuerza y reclama una escucha muy distinta, entre otras cosas más atenta y “cariñosa”. Hemos cuidado cada detalle con mimo y ni que decir tiene que esta edición limitada para nosotros -melómanos empedernidos- es un pequeño tesoro.

¿En la actualidad dirías que Lorelei Green es más que nunca una forma de expresión musical que va más allá de únicamente la figura de Leire Aparicio?
Sin duda. En este nuevo trabajo, “LAVA”, Lorelei Green somos Alex García, Ricardo de Lucas, Josu Polanco y Leire Aparicio. En él hemos imprimido cada cual su propia huella para formar conjuntamente una nueva.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.