CONTUNDENCIA ARMADA
EntrevistasZombi Zú

CONTUNDENCIA ARMADA

Redacción — 27-04-2000
Fotografía — Archivo

LA CONTUNDENCIA ES LA MEJOR ARMA DE ZOMBI ZÚ. SU NUEVO DISCO NO ES PRECISAMENTE PERFECTO, PERO CONJUGA EMOTIVIDAD Y VISCERALIDAD CON ACIERTO. LA BILIS DE SUS CANCIONES TAMBIÉN ESTÁ PRESENTE EN SUS DECLARACIONES Y LA MEJOR FORMA DE COMPROBARLO ES LEYENDO ESTA ENTREVISTA. AGÁRRENSE.

Ana Zú (voz) y Marcos (guitarra) llevan todo el día haciendo entrevistas. Pero nadie lo diría. Ella habla sin parar y él puja por la palabra en cuanto su compañera se concede un respiro para oxigenar sus alvéolos. Parte de la culpa de esta excitación –intuyo que la restante se puede achacar a causas puramente naturales- la tiene “The Turning Of The Earth” (Recordings From The Other Side/Caroline, 00), el segundo disco de este quinteto ovetense. Un trabajo plagado de buenas y crudas canciones, que navega entre la furia de Polly Jean Harvey y el intimismo acústico de Ani Di Franco. Un disco con el que los de Vetusta, por fin, han logrado un anhelado y merecido respaldo discográfico, después de pasar por el peaje del háztelo tu mismo. “El primero (“Noisy Toxic Dumping”, Artizar/Caroline, 98) lo sacamos nosotros. Teníamos ofertas de otros sellos, pero las condiciones no nos convencían. Eran propuestas muy cortas de miras. Así que nos vinimos un día a Madrid, le dimos una vara que te cagas a Jorge (Navarro, de Caroline España) y nos llamó, primero para la distribución y luego para formar parte del catálogo de Caroline. Éramos tan inocentes y estábamos tan escamados con lo que habíamos escuchado en otros sitios que hasta nos lo pensamos. Pero hicimos lo mejor que podíamos haber hecho”. Para la ocasión, el quinteto (faltaron a la cita Sofía, David e Israel) ha vuelto a repetir con Paco Loco en los controles, dando continuidad a una relación de complicidad y confianza. “Los resultados son evidentes. Sabíamos que él nos iba a dar libertad absoluta. Él ya coprodujo nuestro primer disco, dejándonos trabajar, pero aportando cosas puntualmente. Además es fan nuestro y pensamos que nos entiende. Lo más importante es que da prioridad a nuestro rollo y no al suyo”. Esa alusión a su propio universo creativo no es tan gratuita como parece. Ana deja claro que los primeros en satisfacerse han de ser ellos. Si no la cosa no funciona. Los escasos retazos de electrónica (“Never Have A Friend”) responden a un capricho suyo, según confiesan. “El disco esta hecho para nosotros. Hay un componente electrónico que está ahí porque nos apetecía. Ya metimos algo de programación en el anterior y queríamos darle continuidad. Al que no le guste esa canción, pues que se la salte”. Quizá sí haya algunos que pulsen el botón de avance ante esa canción, pero creo que nadie va a soslayar la acertada y por momentos histérica versión de Nick Cave & The Bad Seeds (“The Mercy Seat”) que, les guste o no, roba protagonismo a sus composiciones. “Ya grabamos una versión maquetera. Era un regalo a nuestro manager. Le encanta esa canción y nos pidió que le grabáramos una canción de Nick Cave. Como somos un desastre, el día anterior a su cumpleaños nos coló un amigo que trabaja en un estudio de grabación y la grabamos improvisando. Como nos gustó bastante la volvimos a grabar pero intentando no hacer una copia sino que Nick Cave viniera a nosotros”. A ellos, que vivieron en directo aquellos años de frenesí musical y mediático, en los que Gijón parecía el centro del universo (nuestro Seattle particular, aunque no el suyo, desde luego) el tema no les parece tan claro. “¿Qué tienen que ver Cactus Jack con Undershakers o Manta Ray? Le estás preguntando además a un grupo -asegura Ana- vetado en Asturias, - en este momento Marcos pide sosiego a su compañera-; somos un grupo de allí, pero no tenemos nada que ver con nadie de allí. No me parece determinante a no ser que hagas folk, y no es el caso”. La acritud no disminuye a la hora de evaluar el hoy en día del pop nacional. A pesar de la valía de sus canciones, tienen muy claro que la veleta de las tendencias señala una dirección opuesta a la suya. Ana esboza (“No hacemos la música que está de moda ahora. Creo que los locutores nos escucharán y dirán ‘¿Dónde metemos a estos chicos tan majos?’”) y Marcos define (“Yo tengo la teoría de que estos nuevos grupos de pop les gustan a los locutores porque les recuerdan sus años de juventud, y por eso les mola tanto”) para que Ana termine de exponer la queja (“Me parece muy triste que chicas de veinticinco años tengan que recurrir a la época en que no tenían pelos en el pubis para que les salga una melodía. Es lamentable. Me da mucha pena que las cosas sean así porque este disco es cojonudo”.

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