Extra lo certifica en su intensa media hora: la rubia australiana no le hizo ninguna gracia Australian Blonde. Bueno, a ella sí pero a su entorno -discográfica y público- no. Al igual que con Los Planetas, nos comimos el oso antes de cazarlo. Y, meses después, nos dimos cuenta de que en el bosque indie había coto de caza. Vamos, que tan sólo unos pocos podían firmarla solicitud de entrada. Sí, ésos, los de siempre: los que habían seguido la explosión indie nacional con más ilusión que criterio; los que, bajo la inmunidad diplomática que otorga toda escena joven, habían proclamado a los cuatro vientos la fertilidad del movimiento. Una vez eliminados los integrantes de la parrilla de salida (Le Mans, Cancer Moon, Surfin Bichos, El Inquilino Comunista, El Regalo de Silvia o Faded Flower), la cabina de mandos ya sólo es cosa de tres: Los Planetas, El Niño Gusano y, claro, Australian Blonde. Con estos últimos vamos a quedarnos ahora. Porque "Extra", su brillante regreso tras el decepcionante álbum homónimo, rescata del pozo nuestra confianza en un grupo al que ya habíamos empezado a desclasificar.
Su nuevo álbum responde de la única manera posible a la desazón y el tedio de su predecesor. Inmediatez, urgencia, melodía, vitalismo e ilusión son los doctores encargados de hacerle la cirugía estética al grupo y su música. En las oficinas de RCA, Francisco Fernández (aquí, en los créditos, Fran) y José Benito Valdés (aquí, Tito) pormenorizan los detalles de la operación. (Fran) Sí, puedes ver "Extra" como un disco completamente opuesto al anterior. Si "Australian Blonde" era un álbum largo, con canciones largas y melancólicas,"Extra" parece un disco de singles: con canciones de dos minutos, más alegres, más enérgicas. A primera vista, digo, escucha uno cree estar asitiendo a esa prolongación de "Pizza Pop", su debut, que nunca llegaba. Ni "Aftershave" ni "Australian Blonde", segundo y tercer álbumes respectivamente, saciaron las expectativas (exigencias en algunos casos)de un público ansioso por repetir la experiencia de su ópera prima. Aun manteniendo las lógicas distancias, "Extra" dibuja esa continuación. (Fran) "Sí, eso es lo que nos ha dicho alguna gente que ha escuchado el disco". (Tito) "Nos lo pedía la gente pero también nos lo pedíamos nosotros mismos. Es un disco en el que queremos darle gusto a la gente y a nosotros mismos". Sin duda alguna, su álbum más americano. El hecho de haber trabajado codo a codo en las tareas de mezcla con John Agnello, uno de los mecenas del sonido indie yanki, ha añadido la ficha que le faltaba al rompecabezas. Sus producciones a Dinosaur Jr, Buffalo Tom, Redd Kross y gran parte de la plantilla del sello de emo Deep Elm, le convierten en una de las referencias básicas al otro lado del charco. (Tito) "Sí, aquí sí hay toda nuestra intención. Queríamos hacer un álbum básicamente americano porque ese es el sonido que nos gusta. Queríamos hacer un disco americano en el sentido de que las guitarras fueran muy fuertes pero todo se entendiera muy bien". (Fran) "Paco es un enamorado de las guitarras...".(Tito) "Sobre todo si son las suyas" (risas). "Lo que más le gustaba eran esas bandas de guitarras de principios de los noventa. Y eso es lo que trataba de conseguir en sus producciones. Lo que a él le obsesionaba era todo lo relacionado con la mezcla. Siempre se ha preguntado cómo lo hace esa gente para lograr que la guitarra se oiga tan alta, mientras que a la vez estás escuchando el bombo de la batería. John Agnello era quien ofrecía mejor relación calidad-precio. Además, claro, está el hecho de que nos gustan mucho los discos en los que ha trabajado". A partir de Agnello (impecable su trabajo en "Extra") llegaron diversas conexiones estadounidenses. La más importante, quizás, la encontremos en la realización de los dos próximos videoclips de los respectivos singles: "Drew And Cherri" y "Cool Dive". El tributo a los Beach Boys del primero y el espasmo noise-pop del segundo florecen visualmente bajo una estética de indie-college. Un producto vivo, cromático, rápido y efectivo. Un producto, en definitiva, ya exportable. (Fran) "Si la cosa funciona bien aquí, claro que sí". (Tito) "De hecho, los chicos con los que hicimos los videos nos hablaron de algunas compañías pequeñas que podrían estar interesadas en distribuir el disco ahí. El requisito imprescindible para entrar en el circuito indie de allí es tener el disco editado y distribuido. De todas maneras, es algo que nos queda muy lejos".
En una escena de la que prácticamente ya sólo quedan vestigios, Australian Blonde han aguantado el tipo. Con mayor o menor acierto, pero lo han aguantado. Y si en "Australian Blonde" la silueta parecía desinchada, en "Extra" ésta recupera los kilos perdidos. Un disco que no engaña a nadie porque en ningún momento lo pretende. Y nosotros tampoco. Los hits se suceden (yo he contado siete singles clarísimos) y tan sólo los dos temas finales parecen querer decirnos algo diferente. Algo así como un matiz que, sinceramente, no necesitábamos. La gente, la prensa y ellos mismos quieren discos como "Pizza Pop", como "Extra"; ahí se acaba la discusión. (Fran) "Hay una búsqueda deliverada del single porque creo que es lo que quiere la gente. Y también nosotros, no te vamos a engañar. Siempre ha habido mucha hipocresía acerca del hecho de vender discos, estar en sellos independientes o multinacionales. Nosotros queremos vender discos haciendo la música que nos gusta, y creemos que "Extra" puede conseguirlo". El problema surge cuando se malinterpreta el sentido del término comercialidad. La accesibilidad bien entendida no tiene porqué andar sujeta a ceños fruncidos y miradas de desconfianza.(Fran) "Yo creo que es un disco comercial, pero en el buen sentido de la palabra. Es un disco con hits. Y creo que, precisamente por culpa de eso, es nuestro mejor disco. Lo digo en el sentido de que está formado por mejores canciones. Quizás lo que ocurre es que cada vez le estoy perdiendo más vergüenza al rollo de la autenticidad y la independencia; a esa gente que te dice lo malo que es el dinero, el mercado y la fama. Luego, cuando fracasas te das cuenta de que todo el mundo se te echa encima por no haber vendido muchos discos ni haber conseguido ser famoso. En ese sentido sí que existe una hipocresía con la que nosotros no queremos jugar". A esta salturas ya no es necesario justificarse: "Extra" es un álbum notable porque es un álbum descarado, directo, persuasivo... y sí, comercial. Un disco que representa su papel a la perfección; sin doble moral, sin lanzar la piedra y esconder la mano, con la verdad por delante. Una verdad -ese crédito recuperado- redactada a puño y letra por una banda que, hace poco más de un año y medio, sellaba la hipoteca imposible. "Extra" lo vuelve a poner de manifiesto: Australian Blonde siempre fue un grupo de fondo. Y cuando trataron de convencernos de lo contrario (el pop, indie o no, jamás entenderá de formas), pisaron la piel de plátano y resbalaron. En 1999, por suerte, el póster de la formación vuelve a estar centrado y las chinchetas bien clavadas. Después de mucho tiempo, la foto vuelve a dibujar una sonrisa en el rostro de la rubia australiana. Que nada ni nadie lo tuerza, por favor.
"Pizza Pop" Subterfuge, 1993
Visto y no visto: el indie ya tiene padrino. Y "Chup Chup" es su regalo de bodas. Tres minutos (los de la gloria) enfilando la autopista hacia el cielo. No es una canción: es una garrapata. Piden los teléfonos a Dinosaur Jr., The Lemonheads, Buffalo Tom y The Pixies y hablan. El algodón no engaña ni lo pretende; Australian Blonde tampoco. "Straight Ahead", "Seaside" o la propia "Chup Chup" disculpan los errores, la transparencia con la que navegan sus influencias y el amateurismo del envoltorio. Indiscutible en su imperfección.
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