Experimentalismo y sintetizadores se entienden a las mil maravillas en esta, la deliciosa dupla gala de synth-pop. Dibujando nostalgia, sensualidad y disco-punk una regresión emotiva y kitsch de la que cuesta escapar y que confirman ahora con la innegable belleza y suavidad de “Player Non Player”, su último álbum de estudio. Dispuestos a abrir boca sobre el impecable dinamismo que traen consigo sus melodías en directo y prepararnos así para lo que supondrá su llegada a España, charlamos con el cincuenta por ciento de la banda, Armand Bultheel.
¿Con ganas de arrancar este tour?
Muchísimas, sí. Tenemos mucha suerte de compartir nuestras giras con un equipo de seres humanos increíbles que hacen de nuestra experiencia en la carretera un auténtico lujo. Y por supuesto, nuestro público, que siempre nos ha apoyado y ha sido muy fiel. Sin duda, son las dos cosas que más he echado de menos durante este tiempo en el que la banda ha estado parada. Pero no te negaré que girar también es agotador, así que he agradecido en cierta manera tener algo de tiempo para descansar.
Supongo que para una banda volver a tocar es siempre importante.
El directo es una parte imprescindible de nuestro trabajo, francamente. Tratamos de poner muchísima energía y dinamismo en aquello que hacemos sobre el escenario y creo que el resultado es un rato de lo más divertido para nosotros y para los asistentes. Además, es una oportunidad única para poder escuchar de una forma distinta aquello que hacemos, gracias a la delicada forma con la que nuestros ingenieros de sonido Vincent Hivert y Vivian Allard mezclan nuestros temas en pleno directo. Ah, y por supuesto, no nos olvidemos del hecho de poder vernos a nosotros dos haciendo el tonto sobre el escenario, acompañados de nuestro amigable monstruo de piedra que nos acompaña ahí arriba (diseñado por Alex Kontini e ilustrado por Selma Yaker).
En España, desde luego, van a apreciar mucho que cantéis vuestro tema en español, “Cuidado, Peligro, Eclipse”.
Esto surgió debido al hecho de que la mitad de mi familia es española, así que en cierto modo siento la cultura de allí muy arraigada a mi identidad. No sé, sentí que ésta era una oportunidad interesante de rendirle tributo y me siento muy orgulloso de ese tema en particular. No recuerdo bien cómo me inspiré para hacerlo, simplemente pensé en la idea y me dejé llevar.
Si echamos la vista atrás, los orígenes de la banda son como poco curiosos. Me consta que vuestro primer concierto lo disteis en honor a la bibliotecaria de vuestra escuela, cuando se jubiló.
Correcto, sí. Unos amigos nuestros de la escuela de arte organizaron un evento, en la cafetería del edificio en el que estudiábamos. Un espacio muy pequeño, pero acogedor. Nos programaron para tocar algunas cosillas en plano acústico y sin más. En su momento, Clara me preguntó si quería hacer música con ella y yo acepté. Compusimos varias cosas en mi apartamento, entre ellas canciones que luego formarían parte de nuestro debut, como “Prettiest Virgin” o “I’m That Guy”. Y sí, también un tema en honor a nuestra bibliotecaria, pero esta canción nunca llegó a ser publicada, tan solo la compuse para ella.
¿Ha evolucionado mucho la idea que teníais en aquel momento sobre vuestra música hasta a día de hoy?
Es importante para nosotros seguir buscando sonidos nuevos e investigando. No estancarnos en lo que ya nos funcionó, sino dar con nuevas ideas y maneras de hacer música. Es lo divertido de esto, ¿no? Te mantiene vivo y hace que sigas sintiendo pasión por lo que haces. Con esta premisa en mente, me gusta creer que nuestro sonido ha evolucionado de forma natural, del mismo modo que evolucionan los seres humanos. Agregando algo de complejidad en el camino, pero aprendiendo a mantener las cosas simples e intuitivas al mismo tiempo. Sin preocuparnos demasiado y fluyendo con la incertidumbre.
"Tenemos influencias de muchas y muy diferentes épocas y escenas, aunque desde luego hay ciertos géneros que, por una razón u otra, te hacen clic"
Desde fuera, Agar Agar parece un cincuenta/cincuenta en el que Clara canta y tú te encargas de la música. ¿Es así?
Sí, realmente es así. No intercambiamos nuestros roles con demasiada frecuencia. Creo que esto viene determinado porque, a fin de cuentas, hacemos en el grupo aquello que más disfrutamos y amamos hacer también por separado. Pero por supuesto, estamos muy abiertos a las ideas que mutuamente podamos aportarnos el uno al otro. En muchas ocasiones, Clara interviene y me facilita su opinión sobre el sonido, las melodías o las armonías, pues a fin de cuentas éstas también afectarán en su forma de cantar, y viceversa. Yo también participo eventualmente en ideas para las líneas principales y las letras, pero es Clara quien principalmente las escribe y quien las canta a su manera. Nos mantenemos abiertos a la energía del otro mientras que también respetamos nuestras respectivas zonas creativas, y eso es lo que hace que Agar Agar funcione, supongo.
Hablando de esto, en vuestro último disco habéis introducido una colaboración. Algo que definitivamente no era muy usual en vuestros anteriores trabajos.
Sí, es nuestra primera colaboración, de hecho. Trabajar con Zombie-Chang fue muy interesante. Vive en Tokio, pero su trabajo presenta unas relaciones muy fuertes e interesantes con la escena francesa, así que de alguna manera sentimos su música muy próxima a lo que nosotros hacíamos y supimos desde el principio que su música y la nuestra iban a entenderse bien. La mezcla entre ambas fórmulas salió tan bien que repetimos la experiencia, con una colaboración en su disco "Stress de Stress".
Creo que su aparición refuerza el toque noventero que ya de por sí traen consigo otros temas vuestros, como “The Visit”, “Dragonlie” o “Fake Names”. ¿Sentís que más veces de las que os gustaría recurrís a ese sonido tan nostálgico?
La verdad es que no me definiría como nostálgico. Tenemos influencias de muchas y muy diferentes épocas y escenas, aunque desde luego hay ciertos géneros que, por una razón u otra, te hacen clic dentro y afectan de una forma más notoria la manera en la que haces música. Es como un deseo de querer recrear aquello que te hace sentir bien en tu vida, ¿no? Particularmente, ese lado noventero o de los dosmiles lo puedes percibir en este disco gracias a una percusión sampleada en loop, que es algo así como el signo más distintivo que poseía la música electrónica de aquellas décadas. No empleo este recurso tanto como una referencia al pasado, como sí una forma particular de pasarlo bien y divertirme, añadiéndole algo de chispa y melodía a la sección rítmica de nuestras canciones. Le da consistencia. Creo que queríamos que este álbum sonara a veces divertido y ligero, pero también intenso y profundo en determinados puntos, con el fin de poder viajar entre estos dos estados de ánimo. Las muestras de loops de batería y las líneas de bajo analógicas ayudaron mucho en eso, manteniendo cierta coherencia.
Nostálgicos o no, vuestro trabajo os ha llevado incluso a remezclar a una leyenda como Klaus Nomi.
Cierto, sí. Lanzaron este verano un proyecto con remezclas de algunas de sus canciones y contaron con nosotros para uno de sus temas. Fue un auténtico honor, como dices es una leyenda. Romántico, único, burlesco… Nos encanta, y nos sentimos muy orgullosos de aquello.
Aunque el disco salió en enero y continúa estando fresco, ¿habéis tenido tiempo de preparar alguna cosa nueva, de cara a la gira?
Sí, pero la mayoría de composiciones nuevas que hemos hecho son cosas por cuenta propia. Después de nuestra gira queremos explorar nuestras respectivas carreras en solitario, aquellas por las cuales ya éramos reconocidos antes de Agar Agar y que ahora nos apetece de alguna manera resucitar. Incluso si aquello que saquemos por cuenta propia no tiene demasiada repercusión o mantiene un plano bajo y discreto, es importante para nosotros cuidar ese espacio. Así que estad atentos, porque muy pronto publicaremos cosas nuevas en solitario.
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