A pecho descubierto
Entrevistas / Tim Booth

A pecho descubierto

Redacción — 08-09-2004
Fotografía — Archivo

Mandó educadamente a paseo a James y se dedicó a vivir la vida que le ha dado la gana: teatro, espiritualidad, creatividad y hasta paternidad. En 2004 vuelve con “Bone” (Sanctuary/Pias), que casualmente sale al mismo tiempo que el nuevo de Morrissey, aunque no tenga nada que ver. O eso le gustaría a uno de los dos.

Tim Booth dice que me han elegido para esta entrevista porque no me gusta el fútbol. La calle parece el día después de la bomba, España se juega no sé qué en un partido super-decisivo y a mi casa no ha llegado ninguna carta diciendo que mi destino está en juego. Tim Booth, vestido muy étnico, me mira con un ojo, pero el otro no lo aparta de la tele. “Como persona he cambiado mucho desde los días de ´Laid´ (Polygram, 93). Ahora disfruto mucho más de la vida. La adolescencia y los veinte son muy duros. Experimentas con todo hasta que sabes quién eres. Para mí la vida es cada vez mejor a medida que me hago más mayor”. Una nueva mirada de reojo al televisor. “Antes me daba miedo volverme loco. Y ahora me gusta saber que lo malo que venga no me va a afectar. Musicalmente éste es un intento de volver a los James clásicos. Éramos impredecibles, no había dos noches iguales. Obviamente la nueva banda todavía no tiene ese nivel, pero son muy experimentales. Hubo una época de James en la que todo se estaba convirtiendo en lo mismo, pero era una democracia, así que lo acepté y me fui". Ya no recuerdo la pregunta que le hice, pero da gusto, él tapa y descubre. “El vínculo que queda en 2004 entre Morrissey y yo es que los dos estamos muy influenciados por ´Horses´ de Patti Smith, pero hacemos música muy diferente, la suya es más cerebral, mientras que la mía nace más desde el corazón y trata más sobre emociones”. Y aunque siga existiendo esa autocompasión de las canciones de James, en “Bone” hay una esperanza más hippie que nunca.

" Experimentas con todo hasta que sabes quién eres. Para mí la vida es cada vez mejor a medida que me hago más mayor "

“Siempre he querido escribir canciones realistas, así que debe haber un elemento oscuro que refleje la vida como es, pero en el fondo también algo de esperanza. ¿Por qué deprimir más a la gente? No soy el tipo de persona que ha escuchado mucho a Joy Division, porque no ayudan a la gente. Me encanta su música, pero no los puedo aguantar durante mucho rato, yo tengo que dejar a la gente contenta e inspirada”. La forma y las estructuras de las canciones también son cruciales. “Más que nada soy un contador de historias. Desde que estaba con James me dedico a escribir guiones y, en cierto modo, quiero que se note en las canciones que escribo”. De todas formas, parece que la prensa británica no lo quiera ver ni en pintura. “Se ha hablado mal de James durante los últimos diez años. No encajo, y con ello tengo que ser optimista todo el rato, por lo que dejé de leer la prensa hace unos siete años. Espero que la gente pueda ver a través de lo que se publica. James han inspirado a tantos músicos que me han enviado cartas preciosas diciendo que han montado un grupo tras oírnos a nosotros, que no voy a escuchar lo que dice la prensa en Gran Bretaña”. Volviendo a “Bone”, es interesante analizar esa idea que se anuncia desde la portada, como de querer mostrar una fotografía privada, aunque se tape ese punto al que van todas las miradas. En la portada son los pechos de Kate, la compañera de Tim. “De ese descaro de Kate estaba muy orgulloso y al mismo tiempo muy incómodo, y con el tiempo la foto me gustó mucho como el planteamiento de algo muy casual. La idea del disco es hacer que la gente se sienta mejor con herramientas íntimas. Todas las canciones parten de mi corazón, pero no todas reflejan mi punto de vista. Normalmente cojo un personaje y le empujo a ser autocompasivo. Es como si empezase desde algo que me afecta de alguna manera y, a partir de ahí, comenzara a fantasear”. En la vida menos pública de Tim todo se genera a partir de la ebullición de unos talleres de creatividad. “El sistema que uso se llama los cinco ritmos, es una intersección en la que se encuentran la terapia, la creatividad y la espiritualidad; y trata de llevar a la gente a ese punto de inocencia infantil de cuando baila un niño, porque la gente se olvida de bailar porque se hacen muy críticos consigo mismos, es por lo que la gente deja de hacer las cosas. Yo trato de librar a la gente de ser críticos consigo mismos y que puedan bailar durante horas centrándose en el cuerpo más que en la mente". El partido de fútbol acaba de terminar, la vida vuelve a la calle. ¿Cómo es posible que haya sentimientos tan generales que son tan difíciles de compartir?

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