Participantes para un delirio
Podcasts / Coco Dávez

Participantes para un delirio

Luis M. Maínez — 07-09-2021

Tengo sentimientos encontrados alrededor de este podcast. Celebré el anuncio -en Hotel Jorge Juan, de su amigo Javier Aznar- de que una artista plástica tan interesante como Coco Dávez iba a hostear su propio podcast. Es una propuesta interesante porque habitualmente los artistas (hay varias reflexiones respecto al concepto de artista, por ejemplo en los episodios con Russian Red o el mismo Javier Aznar) suelen envolverse en capas y capas de misterio, como si la claridad fuera a desvalorizar su obra. Coco Dávez ha sido capaz de definir un estilo propio como ilustradora y pintora. No solo con sus Faceless (retratos de personas sin ningún rasgo en el interior de sus caras, con una gama cromática muy sencilla y eficaz al mismo tiempo, que se han convertido en su seña de identidad) sino con su obra posterior, Coco Dávez ha conseguido hacerse un hueco por derecho propio entre los artistas jóvenes con más proyección del presente en nuestro país.

Sin embargo, su podcast, ‘Participantes para un delirio’, no consigue atraer a través de la originalidad o la sorpresa. Parte de un concepto tan interesante como el delirio (según la RAE “Confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencias”) que no consigue transmutar en las conversaciones. ‘Participantes para un delirio’ es un podcast de entrevistas cuya calidad depende demasiado del charm del entrevistado. La dosis de delirio, que debería encarnar Coco Dávez como hostess y responsable del programa brilla por su ausencia. Por mi está bien. Soy fan de escuchar entrevistas normales y afortunadamente me gano la vida haciéndolas, pero esto no es La Resistencia, donde David Broncano realmente sí incluye esas dosis de delirio que le han funcionado tan bien. De hecho, me sorprende cierta similitud en formato y forma con el ya mencionado ‘Hotel Jorge Juan’ de Javier Aznar. Esto es positivo, porque si te gusta lo que hace el escritor santanderino para Vanity Fair te gustará ‘Conversaciones para un delirio’, y negativo, porque a lo mejor resulta que ya lo has escuchado antes. El caso más sorprendente es el Q&A de final de temporada, que si bien no es invención de Javier Aznar, se vuelve sospechoso sabiendo que, tal y como reconoce la propia Coco Dávez en uno de los programas, decidió y anunció antes el podcast que el saber cómo iba a llevarlo a cabo.

‘Conversaciones para un delirio’, a pesar de que le falte cierta dosis de originalidad, es un podcast entretenido y disfrutable. Personalmente recomiendo escuchar primero los episodios que de verdad interesen, para entrar poco a poco en su universo (bastante particular y único) y de ahí, una vez se logre conectar con la artista, que en su faceta podcaster es alegre y divertida, ya pasar a los demás invitados. Unos invitados que, aquí sí, están elegidos con buen gusto y que aportan puntos de vista interesantes sobre temas muy diversos. Quizá Coco Dávez pecó de sumarse a la ola del podcast antes de tiempo. No siempre llegar antes es llegar mejor.

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