Toma de tierra
Libros / Bruno Galindo

Toma de tierra

8 / 10
Raúl Julián — 18-10-2021
Empresa — Libros del K.O.
Fotografía — Archivo

Bruno Galindo ha ejercido, entre otras cosas, como periodista, poeta, músico, escritor, entrevistador o empleado en discográficas, en un periplo que da para vivir un sinfín de experiencias y conocer personajes de diferentes pelajes y estatus dentro del mundo de la música. Desde los ochenta –cuando hizo forma de vida de su afición/obsesión– y hasta la actualidad, el paso del argentino por (casi) todos los recovecos de esa industria musical tan fascinante como caprichosa le ha granjeado un sinfín de anécdotas, encuentros, oportunidades, vivencias, amistades y curiosidades. De la promoción al escenario, y de manejarse con y en los medios a trabajar con los artistas en primera persona, por ejemplo, mientras se establecían relaciones paralelas y en diferentes direcciones con los incontables protagonistas que transitan por ese entramado que es el ámbito de la cultura en general y de la música en particular.

Una trayectoria sin duda envidiable, cuya consecuencia directa radica en un conocimiento, exhaustivo pero también oficial y oficioso, de todo ese asunto que en realidad tiene su chispa primigenia en las propias canciones. Galindo también ha sido testigo directo (y desde dentro) de la mutación brutal del negocio en cuestión, desde aquella lejana época en la que los discos eran facturados a paladas y el dinero entraba en todos los estratos del oficio (con excesos, lujos y excentricidades en el menú del día) hasta la aparición de Internet, con las descargas cambiando las reglas del juego para siempre y la consiguiente evolución del tema hasta lo que aún está por venir. Todo eso y muchas más reflexiones son repasadas a lo largo y ancho de “Toma de tierra” desde la óptica privilegiada del autor y generando uno de esos volúmenes que, dado el profundo conocimiento de Galindo, invita a aprovechar hasta la penúltima línea.

Planteado a medio camino entre el ensayo, la peculiar biografía o el diario de abordo a posteriori, Bruno Galindo opta por obviar el patrón cronológico, colocando a cambio tres historias breves en cada uno de los ochenta capítulos que componen la referencia y dejando que sea el paso de las páginas y el azar quienes retomen y enlacen. Una estructura que en la práctica potencia el atractivo, dando al producto una agilidad liberadora y adictiva que copa un total de casi cuatrocientas páginas de jugosísimos contenidos. Quién sabe si estas memorias salteadas y que pasan sin esfuerzo de Madrid a Nueva York o de Londres a Tijuana, han sido también puntualmente adornadas con algo de ficción, en un aderezo con el que completar la receta original. Poco importa, en realidad, cuando el núcleo es tan alimenticio y el resultado tan satisfactorio como el que motiva este libro pasional, interesante y, sobre todo, entretenidísimo de leer.

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